martes, octubre 4
lunes, octubre 3
EL LEMA PEREGRINACIÓN... desde Chascomús.
MARÍA, SU AMOR Y SU MIRADA
La mirada, al acercar y adentrar en nosotros el mundo que nos
rodea es, en parte, formadora y transformadora de nuestro ser más íntimo.
En algunas personas, elegidas y bendecidas por sus santidad y
pureza la mirada llama, atrae, es invitación y puerta a su paisaje interior, a
su cofre de dones y cualidades y nos insta a seguir su derrotero.
Hoy pedimos: “Madre, danos tu mirada…” . Qué hermosa y laudable es
esta súplica porque la mirada de María fue purificada y perfeccionada
minuciosamente por el Espíritu Santo y, desde ya, debería ser el deseo más
hondo de todo creyente en Cristo: el querer y esforzarse por poseer esa
mirada.
Sin embargo, antes de peticionar, para poder hacerlo con
responsabilidad y compromiso creo que deberíamos meditar y contemplar esa
mirada y “ver”
cuáles son los hechos, conductas, experiencias que modelaron y
ennoblecieron a María y que ella, hoy y siempre, dona y deposita en nuestra alma con y en su mirada. Vamos a repasarlas
sumariamente.
Dice el Evangelio. “María guardaba estas cosas en su corazón”...
Comencemos entonces por lo que nos narra Lucas. María, joven y
virgen, recibe la visita del Ángel Gabriel. Hay
asombro y algo de temor en su mirada, sin embargo, acoge temblorosa y agradecida
la elección cariñosa y bendita de Dios Padre, Aquél en quien ha depositado toda
su fe confiando en su Promesa. Con júbilo en sus ojos y en sus palabras, acepta
su designio y estalla en alabanza.
Meses más tarde, en una noche única, en humilde pesebre, su mirada
embellecida en lágrimas de alegría, recorre amorosamente palmo a palmo aquel
bebé, carne de su carne, engendrado en su ser por el Espíritu; su Jesús, como
lo nombrara el Ángel, el Dios que salva.
De ahí en más, su mirada tierna y vigilante fue siguiendo el
desarrollo de ese niño que “día a día crecía y se robustecía lleno de
sabiduría” y veía “que la gracia de Dios era sobre Él” (Lc. 2, 40)
La mirada de la madre fue acompañando al hijo en todo su
magisterio. Es ella la que observa la escasez de vino en la boda de Caná y lo
insta a hacer su primer milagro.
Son sus ojos y la atención puestos en su prédica y sus acciones lo
que la convierten en la mejor seguidora, compañera y discípula del Maestro.
Siempre a su lado, aún a la distancia, alentándolo con sus oraciones al
Altísimo y sus caricias de dulzura y sostén.
Su mirada fue aprendiendo el lenguaje y significado de las manos
que rubricaban en cada gesto cada una de las palabras de la Palabra hecha
hombre. Manos tiernas para con los niños y los débiles, sanadoras para los
enfermos, fraternas y salvíficas para con los pecadores. Manos levantadas
enérgicas y definitivas contra los que desvirtuaban y profanaban la Voluntad
del Padre Eterno.
Lo vio aclamado como rey y lo acompañó coronado de espinas.
Su mirada de madre, enturbiada por las lágrimas, siguió uno a uno
los pasos vacilantes de su Hijo sin pecado y que, voluntariamente, en forma de cruz, cargaba sobre sus
hombros los pecados de todos.
En el monte, su alma hubiese preferido no ver lo que veía. La
promesa cumplida del Dios de la Promesa, la carne de su carne y sus desvelos,
clavada en un madero. Castigo entre castigos, muerte ignominiosa, reservada a
sediciosos, ladrones y asesinos.
Y con el último soplo de vida , bajo la mirada
del Padre del Amor, el Amor entrecruza sus miradas.¡ Cuánta riqueza
encerrada en ese silencioso diálogo ! y, desde él, la voz de Jesús se deja oír
, le encomienda su último deseo: "Mujer, he ahí a tu hijo”, y a Juan “He ahí a
tu madre.” (Jn. 19, 26).
Al llegar las sombras, su dolida mirada ungió con lágrimas el
cuerpo lacerado y cubierto de sangre mientras lo sostenía dulcemente sobre su
regazo.
Esa dolida mirada dejaba trasuntar, sin embargo, su fe y su
esperanza. Fe premiada; Esperanza coronada en la Resurrección.
Tiempo después nos encontramos ante la mirada profunda de María
orando con los discípulos en el Cenáculo y luego con la mirada jubilosa de
María en el momento de la efusión del Espíritu Santo.
Desde entonces la mirada de María convoca a creer en
Su Hijo Jesús, Dios que salva; Jesús, el Cristo, el Mesías, el Redentor.
“Encontremos la mirada de María, porque allí está el reflejo de la
mirada del Padre que la hace Madre de Dios, y la mirada del Hijo desde la cruz,
que la hace Madre nuestra. Y con aquella mirada hoy María nos mira.”(Papa
Francisco)
La mirada de María… María que no quiere que nos detengamos junto a
ella, sino que “con ella” vayamos al encuentro de Jesús y permanezcamos en el
corazón de su hijo bien amado.
MARÍA que nos guía y exhorta a ser fieles testigos y portavoces de
las enseñanzas y conducta de Aquél que nos dice: “MI MANDAMIENTO ES
QUE OS AMÉIS UNOS A OTROS, ASÍ COMO YO OS HE AMADO”.(Jn.15,12).
En el nombre de Jesús, para Gloria de Dios Padre y pidiendo la
asistencia del Espíritu Santo, tomemos la mano de María y caminemos con ella pidiéndole: “MADRE, DANOS TU MIRADA
PARA VIVIR COMO HERMANOS.”
María de las Mercedes.-
Chascomús,1/10/2016
Chascomús,1/10/2016
Comunidad Orante y "pidiente"
Hola familia...
Me avisa Leonor Valle que Julio Gómez, hermano de Dina y con quien hemos compartido tanto años atrás, ha tenido un accidente y esta grave. La familia pide oración. ¡Recemos...! gracias a Beatriz Alanis por informarnos.
Hoy, lunes 3 de octubre, operan a la querida Messody Valente. Rezamos para que todo salga muy bien y se recupere prontito. Te mandamos un fuerte abrazo y todo nuestro cariño.
Por ellos y por todos los enfermos, los que se operan en estos días y los que hace tratamientos complejos... fuertemente unidos en oración...
Killy
martes, septiembre 27
"Vamos siendo..."
"hijos de Dios, hermanos de los hombres, señores de la Creación"
Te esperamos hoy...
18 hs. en nuestra Sede
domingo, septiembre 25
Pascua del Hermano Tomás
Nos comparten nuestros hermanos trapenses de Azul
Queridos amigos,
ayer a eso de las 21:50 hs nuestros querido hermano Tomás partió a la casa del Padre.
Les pedimos que lo tengan presente en sus plegarias y recen por su eterno descanso.
La misa y entierro serán el lunes 26 a las 10 hs.
Mil gracias y bendiciones.
H. Bruno
Acompañamos a Agustin, Pablo, Bernardo, Eduardo, José, Juan, Santiago, Mario, Ceferino, Omar, Rubén, Maxi, Bruno, Daniel, Mauricio, Sergio, Roque, Rafael y Fausto en esta despedida del Hno. Tomás unidos en oración por su felicidad eterna.
¡Gracias Señor!
Cumple 42 años de edad.
Nace de mi corazón decir ¡Gracias Señor!
y ¡Gracias Bernardo por tu sí!
Bernardo nos cuenta que en 1973 se engendró por obra del Espíritu SM en su corazón, en su ser. Y que al año siguiente la dio a luz.
Nació en aquel encuentro y diálogo entre Santa María de Guadalupe y él.
Y desde aquel momento no solo nació SM sino que no dejó de soplar el Espíritu dando a la Iglesia una nueva espiritualidad, mariana y contemplativa.
Hace dos años atrás, cuando cumplíamos 40 años de edad, Bernardo nos dio charlas que por suerte están en nuestra página Web, ya que son charlas muy luminosas e inspiradoras para los próximos años.
Gracias Señor, y no dejes de renovarnos con tu Espíritu Santo y María de Guadalupe, para que en todo y siempre se haga tu Voluntad.
un abrazo grande Martín
sábado, septiembre 24
NUESTRA SEÑORA DE LAS MERCEDES (9)
DÍA DE NUESTRA SEÑORA DE LAS MERCEDES
ORACIÓN INICIAL
En este Año de la Misericordia, danos María, ganar un corazón amoroso y generoso para saber perdonar y para trabajar con firmeza y constancia en la construcción de una comunidad renovada en la que vivamos con alegría el servicio mutuo aprendiendo cada día más a amar como Jesús nos amó.
Modelo nuestro, queremos amar a Jesús como vos lo amas.
NUESTRA SEÑORA DE LA ALIANZA
Dando otro paso adelante, decimos: la
soledad y la solidaridad de María confluyen en una única y doble realidad: la alianza con Dios y con los hombres.
Gran razón tenían nuestros Obispos,
reunidos años atrás en Puebla cuando hablando de María, nos decían: “Toda de
Cristo y con Él, toda servidora de los hombres” (294). No en vano ella es la
más perfecta discípula de Aquel que “aparece actuando en la historia de la mano
de su Padre” (276). En consecuencia, los ciudadanos del Pueblo de Dios “deben
caminar por la tierra, pero como ciudadanos del cielo, con su corazón enraizado
en Dios, mediante la oración y la contemplación. Actitud que no significa fuga
frente a lo terreno, sino condición para una entrega fecunda a los hombres.
Porque quien no haya aprendido a adorar la voluntad del Padre en el silencio de
la oración, difícilmente logrará hacerlo cuando su condición de hermano le
exija renunica, dolor, humillación” (251).
En fin, si aceptamos a María como
cautivante modelo, ella nos hará participar de su gracia. Podremos así ver y
unirnos a Dios con los ojos de María, latiendo con su corazón, obrando con sus
manos y testimoniándolo con su vida.
La soledad y solidaridad de María es una
total apertura al poder del Padre, a fin de que se haga carne en el Hijo y
salvador de los hombres, por quien todos somos uno en el amor del Espíritu.
Soledad
Mariana – Solidaridad Mariana (B.Olivera. en Siguiendo a Jesús en María)
Nuestra Señora de la Alianza nos abre caminos de
alegría y esperanza. No precisamente de alegrías fáciles o esperanzas
superficiales y pasajeras. Sino de alegrías y esperanzas que nacen de la cruz y
echan raíces hondas de caridad auténtica y duradera. María nos enseñará a amar
con sinceridad, a rezar de veras, a sufrir con serenidad, a servir con alegría,
a esperar contra toda esperanza.
Nuestra Señora de la Alianza –al introducirnos
profundamente en el misterio pascual de su Hijo- nos hace sustancialmente
pobres y felices, serenos y fuertes, alegres y llenos de esperanza. Contemplar
a nuestra Señora de la Pascua
es meternos en su corazón fiel para gritar: “Salve, oh cruz, nuestra única
esperanza”. A partir de allí el Espíritu pone en nuestros labios: “Resucitó
Cristo, mi esperanza”. (Card. Pironio)
PAUTAS PARA LA REFLEXIÓN
¿Qué es lo que más te llamó la
atención en la reflexión de hoy? ¿Por qué maría asunta a los cielos es signo de
nuestra esperanza cierta? ¿Cómo nos sentimos después de haber rezado esta
novena? ¿cómo festejamos la fiesta de María de las Mercedes?
Presentamos nuestra petición personal y rezamos tres Ave Marías
ORACIÓN FINAL
"Acuérdate, piadosísima Virgen María, que jamás se oyó decir, que ninguno de los que han acudido a tu presencia, implorando tu asistencia y reclamando tu socorro, ha sido abandonado de vos.
Animados por esta confianza, a vos también acudimos Oh ¡Virgen, Madre de las vírgenes! y aún gimiendo por el peso de nuestros pecados, nos animamos a comparecer ante tu presencia soberana. Oh. Madre de Dios, no deseches nuestras súplicas sino más bien escúchalas y acógelas favorablemente, por Jesucristo Nuestro Señor. Amen."
viernes, septiembre 23
NUESTRA SEÑORA DE LAS MERCEDES (8)
NOVENA (Dia 8)
ORACIÓN INICIAL

En este Año de la Misericordia, danos María, ganar un corazón amoroso y generoso para saber perdonar y para trabajar con firmeza y constancia en la construcción de una comunidad renovada en la que vivamos con alegría el servicio mutuo aprendiendo cada día más a amar como Jesús nos amó.
Modelo nuestro, queremos amar a Jesús como vos lo amas.
MARÍA, MODELO DEL CRISTIANO DE HOY
...Los
textos del magisterio que hemos consultado nos han mostrado diferentes rostros,
aspectos y virtudes de María que la Iglesia y cada cristiano están invitados a
imitar y seguir a fin de alcanzar la perfección evangélica.
Si nuestra consulta hubiera interrogado
la larga historia de la espiritualidad
mariana, habríamos podido constatar con facilidad cómo en diferentes épocas
y lugares se descubrió y mostró uno u otro aspecto de la santidad ejemplar de
María. O, si se prefiere hablar de otra manera, cómo María se hizo presente
mostrando, según aspiraciones y esperanzas, diferentes virtudes cristianas que
el Espíritu deseaba regalar, valiéndose de su ejemplo y mediación, como así
también de nuestra libertad y cooperación.
Valgan, para ilustrar lo recién dicho,
estos pocos datos de muestra. En los primeros siglos cristianos se vio y se
mostró a María como modelo eximio de una vida consagrada en la virginidad. En
los ámbitos monásticos medievales europeos brilló como ejemplo en el orden de
la humildad y la obediencia. En el oriente bizantino y eslavo se la presenta
como imagen de la sabiduría y la ternura. En nuestra Latinoamérica
contemporánea, en consonancia con las aspiraciones de nuestros pueblos, se la
descubre como modelo de libertad, contemplación y evangelización integral.
Cada uno de nosotros, además, sentirá particular atracción hacia uno u otro
aspecto de la santidad modélica de María. En esto influye nuestra sensibilidad,
educación, historia personal, relaciones, anhelos, experiencias de vida y otras
mil circunstancias que la gracia de Dios utiliza como vehículos y mediaciones.
Cada uno, en última instancia, es el
propio juez de la validez de sus opciones en la línea de la imitación mariana.
No obstante, los rasgos señalados por la tradición y el magisterio son de
alcance universal y hasta pueden servir como criterios para discernir la
validez de nuestras inclinaciones individuales. Me explico: pretender imitar a
María como modelo de ama de casa y amable vecina, dejando de lado su fe y
servicio, sería una lamentable reducción. (B.Olivera. en Siguiendo a Jesús en María)
La figura de María es un
modelo claro y perfecto para los que queremos vivir contemplativamente en el mundo. Ella no defrauda las esperanzas
del hombre contemporáneo, sino que, por el contrario, puede ser tomada como
espejo de estas esperanzas.
Y Ella no es una espectadora pasiva de
la historia humana. Ella es protagonista junto a Jesús de esa historia,
participando de una manera activa y responsable en la obra de la redención.
María de Nazaret no es mujer
dubitativa, indecisa, temerosa. Su sí en la Anunciación fue un sí
decidido. María
es la mujer fuerte que conoció la pobreza y el sufrimiento, la huída y el
exilio. Fue una mujer de acción: no solo escuchó la palabra de Dios sino que la
puso en práctica. Fue mujer que amó hasta el heroísmo; sino, mirémosla ahí de
pie junto a la cruz. Ella, María, ofrece al cristiano de hoy el modelo perfecto
del discípulo del Señor: constructor de la sociedad terrena, pero peregrino hacia la patria verdadera; promotor
de la justicia que libera al oprimido y de la caridad que socorre al
necesitado, pero sobre todo testigo activo del amor que edifica a Cristo en los
corazones.
PAUTAS PARA LA REFLEXIÓN
¿María de Nazaret fue espectadora o
protagonista de la historia humana? ¿Estamos dispuestos a tomarla como modelo de nuestra vida? ¿Qué nos conduce María como modelo para nuestra vida de cada día?
Presentamos nuestra petición personal y rezamos tres Ave Marías
ORACIÓN FINAL
"Acuérdate, piadosísima Virgen María, que jamás se oyó decir, que ninguno de los que han acudido a tu presencia, implorando tu asistencia y reclamando tu socorro, ha sido abandonado de vos.
Animados por esta confianza, a vos también acudimos Oh ¡Virgen, Madre de las vírgenes! y aún gimiendo por el peso de nuestros pecados, nos animamos a comparecer ante tu presencia soberana. Oh. Madre de Dios, no deseches nuestras súplicas sino más bien escúchalas y acógelas favorablemente, por Jesucristo Nuestro Señor. Amen."
jueves, septiembre 22
NUESTRA SEÑORA DE LAS MERCEDES (7)
NOVENA (Dia 7)
ORACIÓN INICIAL
En este Año de la Misericordia, danos María, ganar un corazón amoroso y generoso para saber perdonar y para trabajar con firmeza y constancia en la construcción de una comunidad renovada en la que vivamos con alegría el servicio mutuo aprendiendo cada día más a amar como Jesús nos amó.
Modelo nuestro, queremos amar a Jesús como vos lo amas.
SANTA MARÍA LIBERADORA
Si conocíamos a Juan Pablo como el Papa
de la consagración mariana, ahora lo conocemos también como el Papa de la fe de
María. Sin haber leído con el detenimiento este enjundioso documento, constato
enseguida que María está también presente en el misterio de la Iglesia como
modelo de madre y virgen (RM, 42-44), y como: (...)
– “La imagen más
perfecta de la libertad y de la liberación de la humanidad y del cosmos”
(RM,37).
– “Figura que
proyecta luz sobre la mujer en cuanto tal..., espejo de los más altos
sentimientos de que es capaz el corazón humano: la oblación total del amor, la
fuerza que sabe resistir a los más grandes dolores, la fidelidad sin límites,
la laboriosidad infatigable y la capacidad de conjugar la intuición penetrante
con la palabra de apoyo y de estímulo” (RM, 46).(B.Olivera. en Siguiendo a Jesús en María...)
El hombre de nuestro tiempo tiene
sentido de su libertad; la aprecia enormemente. Sin embargo, nuestro tiempo es
un tiempo lleno de amenazas dirigidas contra la libertad humana, la conciencia
y la religión. Por eso, el hombre de hoy vive intranquilo, inquieto, tiene
miedo de ser víctima de una opresión que lo prive de la libertad interior, que
le quite la libertad de expresar su verdad; de profesar su fe; que le impida
seguir la voz de su conciencia.
Esa es la ambigüedad de nuestra
época: la libertad que se eleva como un valor precioso en medio de nuevas
formas de esclavitud que surgen. Por eso, hoy más que nunca debemos poner
nuestros ojos en Jesús, que nos redimió para que gocemos de la libertad. Por
eso, hoy más que nunca debemos poner nuestros ojos en María, madre liberadora;
en María que cooperó con Jesús en la liberación de los hombres de todo mal. No
nos olvidemos en esta hora de ella, la virgen que cantó el Magníficat, el himno
de aquellos que en su sufrimiento confían en el Dios que libera.
Confiemos nuestra libertad a María,
a ella que conoce todo lo que puede oprimirnos, esclavizarnos, humillarnos; a
ella que como madre bondadosa nos libera del egoísmo, del orgullo, de la
ambición y la envidia que generan injusticia, dominación, violencia, lucha,
corrupción, miseria. Ella nos libera del pecado que aleja de Dios y destruye la
dignidad humana. Ella nos libera de la cautividad, del hambre y la miseria, que matan nuestra esperanza y no dejan lugar para creer. Ella nos
libera como liberó al cautivo de otras épocas, suscitando redentores para que
liberen con ella; saliendo con ellos al encuentro del hombre sufriente para
procurarle la libertad y permitirle que siga peregrinando en la fe hacia la
plenitud del encuentro con Dios.
Miremos a María y pongamos en ella
nuestra esperanza de libertad.
PAUTAS PARA LA REFLEXIÓN
¿De qué tiene miedo el hombre de
hoy? ¿Por qué debemos mirar a Jesús, por qué debemos mirar a María? ¿De qué nos
libera María?
Presentamos nuestra petición personal y rezamos tres Ave Marías
ORACIÓN FINAL
"Acuérdate, piadosísima Virgen María, que jamás se oyó decir, que ninguno de los que han acudido a tu presencia, implorando tu asistencia y reclamando tu socorro, ha sido abandonado de vos.
Animados por esta confianza, a vos también acudimos Oh ¡Virgen, Madre de las vírgenes! y aún gimiendo por el peso de nuestros pecados, nos animamos a comparecer ante tu presencia soberana. Oh. Madre de Dios, no deseches nuestras súplicas sino más bien escúchalas y acógelas favorablemente, por Jesucristo Nuestro Señor. Amen."
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Movimiento Soledad Mariana
"Soledad Mariana" es un Movimiento de espiritualidad mariana y contemplativa, fundado en la Argentina en 1973, por el monje trapense Bernardo Olivera, actual Abad del Monasterio Nuestra Señora de los Ángeles de Azul, provincia de Buenos Aires.