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miércoles, abril 25

Nuevos Cordinadores Regionales

Queridos Todos en Soledad Mariana.

Esta vez me pongo en comunicación con ustedes para compartirles que algunas regiones han elegido nuevos coordinadores.
Antes que nada quiero agradecer el servicio que han tenido para Soledad Mariana en sus regiones: Aida Vélez, Marinés Moretti, Martín Cecchi. Gracias por la dedicación de estos tres años y seguimos contando con la ayuda de ustedes!

Los coordinadores elegidos son:

Perú: Tena Negrón
Neuquén: Alejandro Paez
Norte: Pica Mendizabal

Quiero agradecerles a ellos su disponibilidad y servicio en estos tres años que vienen.

Que Dios los Bendiga,
con cariño Patricia Canullo

martes, abril 24

Compartiendo el Camino... (Region Salta)

"Nuestra vocación contemplativa y mariana.
Seguimiento, testimonio y misión
en un mundo que cambia".
EL MOVIMIENTO "SOLEDAD MARIANA" 
invita al RETIRO DE SILENCIO que tendrá lugar en la 
 CASA DE RETIROS "JUAN XXIII"
de la UNIVERSIDAD CATÓLICA de Salta
 
 
 
 
Fecha de inicio: Viernes 27 de abril de 2012 a las 18 hs.
  Finalización:  Domingo 29 de abril de 2012 a las 14 hs. 
(incluye almuerzo)

Queridos Todos en Soledad Mariana, desde Salta les pedimos oraciones para este Retiro que será el próximo fin
de semana de abril, estaremos todos reunidos junto a Patricia, nuestra coordinadora y tambièn el P. Fernando bajo el manto de María de Guadalupe, un cariño grande a todos,
Eileen Diez
Coordinadora Salta

lunes, abril 23

Queridos amigos en el Señor:

Estamos en el tiempo pascual, tiempo en que nuestros ojos se centran de manera especial en el misterio de la Resurrección de Jesús.
Por eso en este tiempo podemos decir más que nunca: ¡Jesús Vive!

Cuando fue la vigila pascual yo pensaba como hacemos los cristianos para anunciar esta verdad: Jesús está Vivo.

¿Qué hago yo?

Y les contaba lo que ya a ustedes en SM les compartí mil veces: cómo y porqué comencé a celebrar las Misas de alabanza y sanación.

Es mi búsqueda de renovar mi espíritu mariano y contemplativo, búsquedas y encuentros.

Decía un profesor de teología que al Señor no se lo demuestra, sino que se lo muestra.

Y yo agrego: esto es dar testimonio: mostrar a Jesús.

¡Mostremos a Jesús! Sigamos con nuestras búsquedas y encuentros con Él.

Seamos fieles a nuestra búsqueda contemplativa, unidos como Cuerpo, en Comunidad.

Esto es lo que nos pide el Señor.

Este es nuestro carisma en María.

¡Feliz tiempo Pascual!

Un abrazo grande, Martín.

domingo, abril 22

martes, abril 17


Domingo 22 de abril, 11 hs.
 
Misa de alabanza y Sanación
   
Santuario Nuestra Señora de la Consolación de Sumampa
 
Del Mangrullo 1070
Entre La Rastra y El Ombú
Barrio Parque Sumampa
Villa Udaondo, Ituzaingó
   
Organiza la comunidad de Sumampa junto con la comunidad orante estrellitas de Jesús, grupo de oración espontánea de Soledad Mariana. Movimiento de espiritualidad Mariana Contemplativa
 
¡Los esperamos!
 Luego de la Misa compartimos el almuerzo a la canasta...

lunes, abril 16

Encuentro de Soledad Mariana PERU.

Lo vivido en Lima.

El 22 de marzo en un grupo formado por Patricia y José Canullo, Päncha Schoeffer, Yoli Blanco, Marcela Romat y Raquel Ezcurra, partimos a Lima en un viaje de visita hasta el dia 27 ,donde fueron días de encuentro y comunión.
Como verdaderos hermanos unidos en María ,todo fue vivido en amoR solidario; desde la acogida en el aeropuerto de Aidita, Kety y Tena, hasta lo compartido en comunión orante en los distintos hogares y en la Parroquia de San Nicolás en Chorrillos  junto al padre Luis.

Recibimos el calor de pertenecer a un mismo cuerpo donde el espíritu de cada uno podía abrazarse en la fraternidad que anima nuestro Movimiento.
Durante la Eucaristía, las Adoraciones, la charla de José acerca de la Búsqueda en el Amor, todo compartido desde el corazón, vivimos momentos de hondura y mucha Gracia.
La escucha atenta y generosa de Patricia en cada uno de los encuentros, sobre todo en lo que se requería para la formación y organización  del Moviemiento y su camino en Perú. Fue un canal de comunicación donde la cercanía fue muy valiosa.
Agradeciendo al Señor por la Gracia de este encuentro , "Tras las huellas de María" , emprendimos el regreso en la certeza de que, unidos en la diversidad, podemos caminar como verdaderos discípulos misioneros, en lo que El nos llame.
El afecto de nuestros hermanos de Perú es realmente indescriptible!!!!

Yoli Blanco y Raquel Ezcurra

domingo, abril 15

Texto completo de la Homilía del Beato Juan Pablo II

"Dad gracias al Señor porque es bueno,

porque es eterna su misericordia" (Sal. 118, 1).


Así canta la Iglesia en la  Octava de Pascua, casi recogiendo de labios de Cristo estas palabras del Salmo; de labios de Cristo resucitado, que en el Cenáculo da el gran anuncio de la misericordia divina y confía su ministerio a los Apóstoles: "Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo. (...) Recibid el Espíritu Santo: a quienes les perdonéis los pecados les quedan perdonados; a quienes se los retengáis les quedan retenidos." (Jn 20, 21-23)

Antes de pronunciar estas palabras, Jesús muestra sus manos y su costado. Es decir, señala las heridas de la Pasión, sobre todo la herida de su corazón, fuente de la que brota la gran ola de misericordia que se derrama sobre la humanidad. De este corazón sor Faustina Kowalska, la beata que a partir de ahora llamaremos santa, verá salir dos haces de luz que iluminan el mundo: "Estos dos haces -le explicó Jesús mismo- representan la sangre y el agua" (Diario, 299).

1 ¡Sangre y agua! Nuestro pensamiento va al testimonio del evangelista San Juan, quien, cuando un soldado traspasó con su lanza el costado de Cristo en el Calvario, vio salir "sangre y agua" (Jn 19, 34). Y si la sangre evoca el sacrificio de la cruz y el don eucarístico, el agua, en la simbología joánica, no sólo recuerda el bautismo, sino también el don del Espíritu Santo (cf. Jn 3, 5; 4, 14; 7, 37-39).
La misericordia divina llega a los hombres a través del corazón de Cristo crucificado: "(...) Hija mía, di que soy el Amor y la Misericordia Mismos" pedirá Jesús a sor Faustina (Diario, 1074). Cristo derrama esta misericordia sobre la humanidad mediante el envío del Espíritu que, en la Trinidad, es la Persona-Amor. Y ¿acaso no es la misericordia un "segundo nombre" del amor (cf. Dives in misericordia, 7), entendido en su aspecto más profundo y tierno, en su actitud de aliviar cualquier necesidad, sobre todo en su inmensa capacidad de perdón?
Hoy es verdaderamente grande mi alegría al proponer a toda la Iglesia, como don de Dios a nuestro tiempo, la vida y el testimonio de sor Faustina Kowalska. La Divina Providencia unió completamente la vida de esta humilde hija de Polonia a la historia del siglo XX, el siglo que acaba de terminar. En efecto, entre la primera y la segunda guerra mundial, Cristo le confió su mensaje de misericordia. Quienes recuerdan, quienes fueron testigos y participaron en los hechos de aquellos años y en los horribles sufrimientos que produjeron a millones de hombres, saben bien cuán necesario era el mensaje de la misericordia.
Jesús dijo a sor Faustina: "(...) La humanidad no conseguirá la paz hasta que no se dirija con confianza a Mi misericordia" (Diario, 300). A través de la obra de la religiosa polaca, este mensaje se ha vinculado para siempre al siglo XX, último del segundo milenio y puente hacia el tercero. No es un mensaje nuevo, pero se puede considerar un don de iluminación especial, que nos ayuda a revivir más intensamente el evangelio de la Pascua, para ofrecerlo como un rayo de luz a los hombres y mujeres de nuestro tiempo.

2 ¿Qué nos depararán los próximos años? ¿Cómo será el futuro del hombre en la tierra? No podemos saberlo. Sin embargo es cierto que, además de los nuevos progresos, no faltarán, por desgracia, experiencias dolorosas. Pero la luz de la misericordia divina, que el Señor quiso volver a entregar al mundo mediante el carisma de sor Faustina, iluminará el camino de los hombres del tercer milenio.
Pero, como sucedió con los Apóstoles, es necesario que también la humanidad de hoy acoja en el cenáculo de la historia a Cristo resucitado, que muestra las heridas de su crucifixión y repite: "Paz a vosotros". Es preciso que la humanidad se deje penetrar e impregnar por el Espíritu que Cristo resucitado le infunde. El Espíritu sana las heridas de nuestro corazón, derriba las barreras que nos separan de Dios y nos desunen entre nosotros, y nos devuelve la alegría del amor del Padre y la de la unidad fraterna.

3 Así pues, es importante que acojamos íntegramente el mensaje que nos transmite la palabra de Dios en este segundo domingo de Pascua, que a partir de ahora en toda la Iglesia se designará con el nombre de "domingo de la Misericordia Divina". A través de las diversas lecturas, la liturgia parece trazar el camino de la misericordia que, a la vez que reconstruye la relación de cada uno con Dios, suscita también entre los hombres nuevas relaciones de solidaridad fraterna. Cristo nos enseñó que "el hombre no sólo recibe y experimenta la misericordia de Dios, sino que está
llamado a "usar misericordia" con los demás: "Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia" (Mt 5, 7)" (Dives in misericordia, 14). Y nos señaló, además, los múltiples caminos de la misericordia, que no sólo perdona los pecados, sino que también sale al encuentro de todas las necesidades de los hombres. Jesús se inclinó sobre todas las miserias humanas, tanto materiales como espirituales.
Su mensaje de misericordia sigue llegándonos a través del gesto de sus manos tendidas hacia el hombre que sufre. Así lo vio y lo anunció a los hombres de todos los continentes sor Faustina, que, escondida en su convento de Lagiewniki, en Cracovia, hizo de su existencia un canto a la misericordia: "Misericordias Domini in aeternum cantabo".

4 La canonización de sor Faustina tiene una elocuencia particular: con este acto quiero transmitir hoy este mensaje al nuevo milenio. Lo transmito a todos los hombres para que aprendan a conocer cada vez mejor el verdadero rostro de Dios y el verdadero rostro de los hermanos.
El amor a Dios y el amor a los hermanos son efectivamente inseparables, como nos lo ha recordado la primera carta del apóstol san Juan: "En esto conocemos que amamos a los hijos de Dios: si amamos a Dios y cumplimos sus mandamientos" (1 Jn 5, 2). El Apóstol nos recuerda aquí la verdad del amor, indicándonos que su medida y su criterio radican en la observancia de los mandamientos.
En efecto, no es fácil amar con un amor profundo, constituido por una entrega auténtica de sí. Este amor se aprende sólo en la escuela de Dios, al calor de su caridad. Fijando nuestra mirada en él, sintonizándonos con su corazón de Padre, llegamos a ser capaces de mirar a nuestros hermanos con ojos nuevos, con una actitud de gratuidad y comunión, de generosidad y perdón. ¡Todo esto es misericordia!
En la medida en que la humanidad aprenda el secreto de esta mirada misericordiosa, será posible realizar el cuadro ideal propuesto por la primera lectura: "En el grupo de los creyentes, todos pensaban y sentían lo mismo: lo poseían todo en común y nadie llamaba suyo propio nada de lo que tenía" (Hch 4, 32). Aquí la misericordia del corazón se convirtió también en estilo de relaciones, en proyecto de comunidad y en comunión de bienes. Aquí florecieron las "obras de la misericordia", espirituales y corporales. Aquí la misericordia se transformó en hacerse concretamente "prójimo" de los hermanos más indigentes.

5 Sor Faustina Kowalska dejó escrito en su Diario: "Experimento un dolor tremendo cuando observo los sufrimientos del prójimo. Todos los dolores del prójimo repercuten en mi corazón; llevo en mi corazón sus angustias, de modo que me destruyen también físicamente. Desearía que todos los dolores recayeran sobre mí, para aliviar al prójimo". ¡Hasta ese punto de comunión lleva el amor cuando se mide según el amor a Dios!
En este amor debe inspirarse la humanidad hoy para afrontar la crisis de sentido, los desafíos de las necesidades más diversas y, sobre todo, la exigencia de salvaguardar la dignidad de toda persona humana. Así el mensaje de la misericordia divina es, implícitamente, también un mensaje sobre el valor de todo hombre. Toda persona es valiosa a los ojos de Dios, Cristo dio su vida por cada uno, y a todos el Padre concede su Espíritu y ofrece el acceso a su intimidad.

6 Este mensaje consolador se dirige sobre todo a quienes, afligidos por una prueba particularmente dura o abrumados por el peso de los pecados cometidos, han perdido la confianza en su vida y han sentido la tentación de caer en la desesperación. A ellos se presenta el rostro dulce de Cristo y hasta ellos llegan los haces de luz que parten de su corazón e iluminan, calientan, señalan el camino e infunden esperanza. ¡A cuántas almas ha consolado ya la invocación "Jesús, en Ti confío" (Diario, 47), que la Providencia sugirió a través de sor Faustina! Este sencillo acto de abandono a Jesús disipa las nubes más densas e introduce un rayo de luz en la vida de cada uno.

7 "Misericordias Domini in aeternum cantabo" (Sal 89,2). A la voz de María santísima, la "Madre de la Misericordia", a la voz de esta nueva santa, que en la Jerusalén celestial canta la misericordia junto con todos los amigos de Dios, unamos también nosotros, Iglesia peregrina, nuestra voz.
Y tú, Faustina, don de Dios a nuestro tiempo, don de la tierra de Polonia a toda la Iglesia, concédenos percibir la profundidad de la Misericordia Divina, ayúdanos a experimentarla en nuestra vida y a testimoniarla a nuestros hermanos. Que tu mensaje de luz y esperanza se difunda por todo el mundo, mueva a los pecadores a la conversión, elimine las rivalidades y los odios, y abra a los hombres y las naciones a la práctica de la fraternidad. Hoy, nosotros, fijando, juntamente contigo, nuestra mirada en el rostro de Cristo resucitado, hacemos nuestra tu oración de abandono confiado y decimos con firme esperanza:

"Cristo, Jesús, en Ti confío".


sábado, abril 14

Domingo de la Divina Misericordia

Durante la canonización de Santa Faustina el 30 de abril del 2000, el Papa Juan Pablo II(*) le dio el título de Domingo de la Divina Misericordia al segundo domingo del tiempo de Pascua, el cual fue luego declarado oficialmente por el Vaticano.

(*) Fue el Día de la Divina Misericordia (2-4-2005) que el Padre llevó a su Encuentro definitivo con el Beato Juan Pablo II.


Santa Faustina Kowalska - canonización


"Gaude, Mater Poloniae...".
Alégrate, Madre de Polonia;
alegraos religiosas de la Bienaventurada Virgen María de la Misericordia,
porque ha sido elevada a la gloria de los santos nuestra sor Faustina.

El II domingo de Pascua 30 de abril del año 2000, el Santo Padre Juan Pablo II canonizó en la plaza San Pedro a la religiosa Faustina Kowalska, considerada co-fundadora espiritual de la Congregación de las Hermanas de la Beata Virgen María de la Misericordia, quien "escondida en su convento de Lagiewniki, en Cracovia, hizo de su existencia un canto a la misericordia: "Misericordias Domini in aeternum cantabo" ."No es un mensaje nuevo –decía el Santo padre en su Homilía-, pero se puede considerar un don de iluminación especial, que nos ayuda a revivir más intensamente el evangelio de la Pascua, para ofrecerlo como un rayo de luz a los hombres y mujeres de nuestro tiempo" …. mensaje consolador se dirige sobre todo a quienes, afligidos por una prueba particularmente dura o abrumados por el peso de los pecados cometidos, han perdido la confianza en la vida y han sentido la tentación de caer en la desesperación. A ellos se presenta el rostro dulce de Cristo y hasta ellos llegan los haces de luz que parten de su corazón e iluminan, calientan, señalan el camino e infunden esperanza. ¡A cuántas almas ha consolado ya la invocación "Jesús, en ti confío", que la Providencia sugirió a través de sor Faustina! Este sencillo acto de abandono a Jesús disipa las nubes más densas e introduce un rayo de luz en la vida de cada uno"
Agregaba el "Santo Padre Juan Pablo II "La divina Providencia unió completamente la vida de esta humilde hija de Polonia a la historia del siglo XX, el siglo que acaba de terminar. En efecto, entre la primera y la segunda guerra mundial, Cristo le confió su mensaje de misericordia. Quienes recuerdan, quienes fueron testigos y participaron en los hechos de aquellos años y en los horribles sufrimientos que produjeron a millones de hombres, saben bien cuán necesario era el mensaje de la misericordia" ….La canonización de sor Faustina tiene una elocuencia particular: con este acto quiero transmitir hoy este mensaje al nuevo milenio. Lo transmito a todos los hombres para que aprendan a conocer cada vez mejor el verdadero rostro de Dios y el verdadero rostro de los hermanos"


"Y tú, Faustina, don de Dios a nuestro tiempo,
don de la tierra de Polonia a toda la Iglesia,
concédenos percibir la profundidad de la misericordia divina,
ayúdanos a experimentarla en nuestra vida
y a testimoniarla a nuestros hermanos."

Queridos amigos en el Señor:

Quiero contar algo de mi presente.
Antes comienzo por algo de hace unos diez años. Fue cuando comencé a celebrar las Misas de alabanza y sanación. Yo buscaba como ayudar a la gente, especialmente a los humildes.
Buscaba donde ellos buscaban, hasta que llegué como a una fuente. A las Misas de alabanza y sanación. Fue en septiembre de 2002, en el Santuario del Sagrado Corazón de Jesús, en San Justo.
Cuando comencé a celebrar estas Misas sentí que había encontrado, junto con la gente, aquello que buscaban, y también yo buscaba.
Era algo espiritual, una síntesis de vida: contemplación, solidaridad y alabanza.
Tantas veces Bernardo nos habló de la síntesis de espiritualidad de nuestro pueblo, tantas veces…
Ahí estaba, y yo con ellos.
Sentí que todo lo recibido en Soledad Mariana (SM) durante tantos tantos años… brotaba de mí, dándolo a los demás, a los muchos que estaban presentes todos los viernes a la mañana.
Así comenzaron estas Misas que llamamos de alabanza y sanación.
Ya han pasado nueve años.
Algo más: estas Misas son hondamente contemplativas porque son nuestras. Igual que son hondamente marianas.
Este año quiero tomarme unos días de retiro. Los necesito. El trabajo ha sido intenso. Quiero ponerme a tono con el ritmo. Quiero cuidar la contemplación que nos mueve. También aprovechar estos desiertos con el Señor para escribir en letra clara (es decir en la computadora) los diarios espirituales que escribí para mí en la década del 80. Siempre sentí que el camino de sanación que el Señor me regalaba podía ayudar también a otros. Este camino que llamo "Camino de salud" es lo que aparece en estos cuadernos que estoy pasando a mi PC. Y esto lo hago en estos retiros, lugar de silencio, oración y paseo también: cosas que alimentan el alma.
Este es mi camino, este mi presente. Se los comparto, como quien habla de sus hijos, de su trabajo, de sus sueños.

un abrazo grande y ¡feliz Pascua de Resurrección!  Martín

viernes, abril 13

martes, abril 10

¡FELIZ PASCUA!

Queridos todos en Soledad Mariana:

Deseo que juntos en esta Semana Santa tengamos los mismos sentimientos que Cristo Jesús.
Deseo que nos miremos como Jesús nos mira y que nos amemos como Jesús nos ama con eterna Misericordia.
Pidamos a Cristo Resucitado crecer en su Amor.
Felices Pascuas y que Dios los Bendiga, con cariño
Patricia Canullo
Coordinadora General

domingo, abril 8




¡¡¡F E L I Z   P A S C U A 
de  R E S U R R E C C I O N!!!

Domingo de Pascua

`EL FINAL SE LLAMA RESURRECCIÓN'


Cristo no acabó en la pasión ni en la muerte del viernes santo. ¡Resucitó! Esta es la gran novedad, que en esta noche cargada de anuncios, de gozo y de esperanza, rompe el silencio y rasga las tinieblas, para anunciarnos la Buena Noticia. Hace falta haber esperado tensamente, es preciso haber muerto y haber sentido la densidad de las tinieblas y del pecado, para poder percibir la novedad inmensa de una nueva esperanza, el gozo de una vida que nace o la alegría de una luz radiante que brota de la oscuridad. Quien no ha mirado de frente a la cruz del viernes santo, no puede ver tampoco la novedad de la resurrección.
Esta noche que para muchos es una más, para nosotros es la noche santa por excelencia, el quicio que divide a la historia en un antes y un después, el comienzo de un nuevo caminar hacia la luz y hacia la
vida. Ningún cristiano puede sentirse ausente de la alegría de esta noche. Debe ser para nosotros como la primera de nuestro nacimiento a la vida, pues no en vano renovamos nuestro bautismo. Necesitamos morir cada año, porque cada año tenemos necesidad de resucitar a la maravillosa novedad que hay en nosotros.


sábado, abril 7

Sabado Santo


SILENCIO CARGADO DE ESPERANZA

Hay acontecimientos en la vida que sólo pueden vivirse en el silencio. Ante ellos toda palabra puede resultar impúdica, porque arriesga con mancillar su solemne grandeza, su infinito misterio. Ningún acontecimiento como la muerte de Cristo en la cruz merece ese admirable, respetuoso y sobrecogedor silencio, cargado de sorpresa, hecho de deuda de amor, de vergüenza de pecado, de bochorno de cruz. El sábado santo es el día del gran silencio de la Iglesia, del gran temblor del corazón del mundo. No porque se desee que Dios calle, sino porque se quiere escuchar su grito con más fuerza. Cristo muerto y resucitado, fecunda las mismas entrañas de la tierra, y «desciende a los infiernos», para hacer surgir de su profundidad la voz y el corazón nuevo que cante la esperanza. Nadie ni nada habrá ya que no pueda amar, reclinándose, tembloroso y gozoso, sobre el silencio de un sepulcro que quedará vacío.

viernes, abril 6

La Cruz es un hecho, de Janina Caminos

Como dice monseñor Zaspe, la cruz es un hecho. Todos tenemos nuestra cruz de mayor  o menor longitud y peso pero todos, sin excepción,  deben cargar con la suya. Es un obstáculo que no podemos esquivar y hay que enfrentarlo con resignación, coraje, valentía y tenacidad y mismo con alegría porque sabemos que tras ella viene la resurrección y no debemos pensar en la muerte sino siempre apostar a la vida y la resurrección es vida.
  Yo tuve un principio de una enfermedad que me hizo pensar en un final próximo pero la pude enfrentar con todas mis fuerzas y así lograr frenarla y seguir adelante y no dejar que ella me frene a mi.  Tuve también lo peor que se puede tener en la vida para una madre que es la muerte de una hija. ¡Qué desesperación! Pero ella no está muerta y no lo estará nunca para mí. La encuentro en la Eucaristía, ella me escucha y yo le pido cosas que se van cumpliendo porque ella está al lado de Jesús y nos encontraremos allí junto a El después de mi pascua y resurrección  el día que Dios lo quiera.
  He dejado de quejarme por mi cruz porque hay tanto que agradecer; por mis ojos que ven, cuando otros están en la oscuridad; por mis oídos que escuchan y aprecian los sonidos de la naturaleza, cuando otros viven en silencio, por mi voz que canta cuando hay tantas enmudecidas; por mis manos que trabajan y hasta pueden interpretar obras de arte musicales, cuando hay tantas que no hacen nada y hasta mendigan!
  Porque tengo un hogar donde me cobijo y donde puedo reunir a mis hijos cuando hay tantos que duermen en la calle.
  Por eso es que sonrío, amo y sueño y finalmente tengo poco para pedir a Dios y tanto para agradecer ¡!

Janina Caminos
(Región Centro)

 Janina


Viernes Santo

 Meditación sobre la Pasión según S. Juan 18, 1-19, 42


Leemos hoy la Pasión.
-"¿A quién buscáis?" "A Jesús el Nazareno"--"Soy Yo" Así que Jesús les dijo: "Yo soy", retrocedieron y cayeron en tierra El evangelista subraya este detalle simbólico.
A lo largo del evangelio, te ha sido hecha está pregunta ¿Quién es Jesús? La respuesta surge luminosa ahora: ¡Jesús es Dios! La Pasión, según san Juan está marcada de una majestad divina resplandeciente. Es Jesús quien conduce los acontecimientos de su propia pasión. Aquí, cuando dice "Soy Yo" sus adversarios "caen en tierra".
-Jesús dijo a Pedro: "Mete la espada en la vaina. El cáliz que me dio mi Padre, ¿no he de beberlo? Libertad soberana y lucidez. Señor, ayúdanos a tomar por la cintura nuestras cruces, como Tú.
-Yo públicamente he hablado al mundo... ¿Qué me preguntas a mí? Lo que Yo he enseñado, pregúntalo a los que me han oído. No, no es un condenado corriente. No baja la cabeza ante sus jueces: es él quien les juzga.
-"Si hablé mal, muéstrame en qué, y si bien, ¿por qué me pegas? Es El quien pregunta a sus interrogadores.
-¿Por tu cuenta dices esto o te lo han dicho otros de mí? ¡Que seguridad! Es bueno pensar, Señor, que Tú no eras un hombre abatido sino "un hombre que está en pie." Danos esta valentía, esta solidez personal ante la prueba.
-Mi reino no es de este mundo; si de este mundo fuera mi reino, claro está que mis gentes me habrían defendido para que no cayese en manos de los judíos, mas mi reino no es de acá. Yo no soy "de acá", sino "de otra parte", de "lo alto"... Misterio de su persona. Adoro, Señor, tu realeza escondida invisible.
-"No tendrías ningún poder sobre mí si no te hubiera sido dado de lo alto." Siempre la misma autoridad soberana.
¡La gloria de la resurrección está "ya" presente en ese condenado! Incluso en lo más hondo de la humillación, la exaltación divina está presente, subyacente. Y las ceremonias del "viernes santo" no son ritos fúnebres: es ya la celebración de la "Gloria de la Cruz".
-Mujer, ahí tienes a tu Hijo... Ahí tienes a tu Madre... Y por lo tanto "la humanidad" exquisita de Jesús está también siempre presente.
-"Todo está cumplido." No es un "final. Es un "cumplimiento": una obra terminada, llevada a la perfección. Señor, ayúdanos a "cumplir" nuestra vida hasta el final.
-Uno de los soldados le atravesó con su lanza el costado: y al instante salió sangre y agua... Es el símbolo de los "sacramentos", de la "vida nueva" que surge. No es un "final" es un inmenso comienzo, una cascada de vida: millares de salvados, múltiples eucaristías, múltiples bautizos...
NOEL QUESSON
PALABRA DE DIOS PARA CADA DIA 1
EVANG. DE ADVIENTO A PENTECOSTES
EDIT. CLARET/BARCELONA 1984.Pág. 174 s.

jueves, abril 5

Jueves Santo - J. Rathzinger

Meditación de Joseph Rathzinger


En el calendario de los nómadas, de los cuales heredó Israel la fiesta pascual, la Pascua era el primer día del año, el día en que Israel había de ser nuevamente defendido contra la amenaza de la nada. La casa y la familia son como el valle en que la vida se halla protegida, el lugar de la seguridad y de la paz; la paz del habitar juntos, que permite vivir y guarda la creación. También en tiempos de Jesús se celebraba la Pascua en las casas, en las familias, luego de la inmolación de los corderos en el templo. Estaba prohibido abandonar la ciudad de Jerusalén en la noche de Pascua. Toda la ciudad se consideraba lugar de salvación contra la noche del caos, y sus muros eran como diques que defendieran la creación.
Todos los años, por Pascua, Israel debía acudir en peregrinación a la ciudad santa, para volver a sus orígenes, para ser creado de nuevo, para recibir otra vez su salvación, su liberación y fundamento. Hay aquí una profunda sabiduría. A lo largo de un año, un pueblo se halla siempre en peligro de disgregarse, no sólo exteriormente, sino también desde dentro, y de perder así las bases interiores que lo sustentan y rigen. Tiene necesidad de volver a sus antiguos fundamentos. La Pascua representaba este retorno anual de Israel, desde los peligros de aquel caos que amenaza a todo pueblo a aquello que antaño lo había fundado y que continuaba edificándolo en todo momento, a su ininterrumpida defensa y a la nueva creación de sus orígenes. Y puesto que Israel sabía que sobre él brillaba la estrella de la elección, era también consciente de que su buena o malaventura traería consecuencias para el mundo entero, que en su existencia o en su fracaso se jugaba el destino de la tierra y de la creación.
También Jesús celebró la Pascua conformándose al espíritu de esta prescripción: en casa, con su familia, con los apóstoles, que se habían convertido en su nueva familia. Obrando de este modo, obedecía también a un precepto entonces vigente, según el cual los judíos que acudían a Jerusalén podían establecer asociaciones de peregrinos, llamadas chaburot, que por aquella noche constituían la casa y la familia de la Pascua. Y es así como la Pascua ha venido a ser también una fiesta de los cristianos. Nosotros somos la chaburah de Jesús, su familia, la que el fundó con sus compañeros de peregrinación, con los amigos que con él recorren el camino del Evangelio a través de la tierra y de la historia.
Como compañeros suyos de peregrinación, nosotros somos su casa, y de esta suerte la Iglesia es la nueva familia y la nueva ciudad que es para nosotros lo que fue Jerusalén, casa viviente que aleja las fuerzas del mal y lugar de paz que protege a la creación y a nosotros mismos. La Iglesia es la nueva ciudad en cuanto familia de Jesús; es la Jerusalén viviente, cuya fe es barrera y muralla contra las fuerzas amenazantes del caos, que se confabulan para destruir el mundo. Sus murallas se hacen fuertes en virtud del signo de la sangre de Cristo, es decir, en virtud del amor que llega hasta el fin y que no conoce límites. Este amor es la potencia que lucha contra el caos; es la fuerza creadora que funda continuamente al mundo, los pueblos y las familias, y de este modo nos ofrece el shalom, el lugar de la paz, en el que podemos vivir el uno con el otro, el uno para el otro, el uno proyectado hacia el otro.
Pienso que, sobre todo en nuestro tiempo, existen sobradas razones para reflexionar de nuevo sobre tales analogías y referencias, y para dejar que ellas nos hablen. Porque no podemos menos de ver la fuerza del caos; no podemos menos de ver cómo surgen, precisamente en el seno de una sociedad desarrollada que parece saberlo y poderlo todo, las fuerzas primordiales del caos que se oponen a lo que esa sociedad define como progreso. Vemos cómo un pueblo que ha llegado a la cúspide del bienestar, de la capacidad técnica y del dominio científico del mundo, puede ser destruido desde dentro, y cómo la creación es amenazada por las oscuras potencias que anidan en el corazón del hombre y cuya sombra se cierne sobre el mundo.
Sabemos por experiencia que la técnica y el dinero no pueden por sí solos alejar la capacidad destructiva del caos. Únicamente pueden hacerlo las murallas auténticas que el Señor nos ha construido y la nueva familia que nos ha dado. Y yo pienso que, por este motivo, la fiesta pascual, que nosotros hemos recibido de los nómadas a través de Israel y de Cristo, tiene también una importancia política eminente en el más profundo de los sentidos. Nuestros pueblos de Europa tienen necesidad de volver a sus fundamentos espirituales si no quieren perecer, víctimas de la autodestrucción.
Esta fiesta debería volver a ser hoy una fiesta de la familia, que es el auténtico dique puesto para defensa de la nación y de la humanidad. Quiera Dios que alcancemos a comprender de nuevo esta admonición, de suerte que renovemos la celebración de la familia como casa viviente, donde la humanidad crece y se vence al caos y la nada. Pero debemos añadir que la familia, este lugar de la humanidad, este abrigo de la criatura, únicamente puede subsistir cuando ella misma se halla puesta bajo el signo del Cordero, cuando es protegida por la fuerza de la fe y congregada por el amor de Jesucristo. La familia aislada no puede sobrevivir; se disuelve sin remedio si no se inserta en la gran familia, que le da estabilidad y firmeza. Por esta razón, ésta ha de ser la noche en la que rehacemos el camino que conduce a la nueva ciudad, a la nueva familia, a la Iglesia; la noche en que de nuevo nos adherimos a ella con el más firme de los vínculos, como a la patria del corazón. En esta noche deberíamos aprender de esta familia de Jesucristo a conocer mejor a la familia humana y a la humanidad que ha de guiarnos y protegernos.
Se nos ofrece otra reflexión. Israel heredó esta fiesta del culto y de la cultura de los nómadas. Celebraban éstos la fiesta de la primavera el día en que iniciaban una nueva migración con sus rebaños. Lo primero que se hacía era trazar con sangre de cordero un círculo en torno a las tiendas. Con este gesto trataban de defenderse seguramente contra las fuerzas de la muerte, a las que deberían enfrentarse en no pocas ocasiones en el mundo desconocido del desierto. La ceremonia se llevaba a cabo con las vestimentas del peregrino en el momento de la partida, con la comida de los nómadas, el cordero, las hierbas amargas, que sustituían a la sal, y con el pan sin levadura. Israel ha heredado de sus tiempos de nomadismo estos elementos fundamentales en la celebración tradicional de la fiesta, y la Pascua le ha recordado siempre el tiempo en que era un pueblo sin hogar, un pueblo en camino y sin patria. Esta fiesta le ha traído siempre a la memoria que, aun cuando tenemos casa, seguimos siendo nómadas; como hombres que somos, nunca nos hallamos definitivamente en casa, estamos siempre con el pie en el estribo. Y pues vamos de camino y nada nos pertenece, todo cuanto poseemos es de todos y nosotros mismos somos el uno para el otro. La Iglesia primitiva tradujo la palabra Pascha como «paso», y expresó de este modo el camino de Jesucristo a través de la muerte hasta la nueva vida de la Resurrección.
Por este motivo, la Pascua ha sido siempre, y sigue siendo hoy para nosotros, fiesta de la peregrinación; también a nosotros nos dice: somos únicamente huéspedes en la tierra; todos somos huéspedes de Dios. Por eso nos exhorta a sentirnos hermanos de aquellos que son huéspedes, pues nosotros mismos no somos otra cosa que huéspedes. Somos tan sólo huéspedes en la tierra; el Señor, que se hizo él mismo huésped y nómada, nos pide que nos abramos a todos aquellos que en este mundo han perdido la patria; espera de nosotros que nos pongamos a disposición de los que sufren, de los olvidados, de los encarcelados, de los perseguidos. El está presente en todos ellos. En la ley de Israel, cuando se dan normas para el tiempo en que el pueblo se establezca definitivamente en la tierra prometida, se insiste en prescribir que los peregrinos sean tratados igual que todos; y al hacerlo, se acude siempre a las palabras: «¡Recuerda que tú mismo fuiste nómada y peregrino!» Somos nómadas y peregrinos. Este es el punto de vista desde el que debemos entender la tierra, nuestra vida misma, el ser el uno para el otro.
Estamos tan sólo de paso en la tierra, y esto nos hace recordar nuestra más secreta y profunda condición de peregrinos; nos hace recordar que la tierra no es nuestra meta definitiva, que estamos en camino hacia el mundo nuevo, y que las cosas de la tierra no constituyen la realidad última y definitiva. Apenas nos atrevemos a decirlo, porque se nos echa en cara que los cristianos no se han preocupado nunca de las cosas terrenas, que no se han entregado en serio a edificar la ciudad nueva de este mundo, siempre con el pretexto de que tenían en el otro su morada. Nada de esto es verdad. Quien se zambulle en el mundo, aquel que ve en la tierra el único cielo, hace de la tierra un infierno, porque la fuerza a ser lo que no puede ser, porque quiere poseer en ella la realidad definitiva, y de esta suerte exige algo que le enfrenta consigo mismo, con la verdad y con los demás.
No; nos hacemos libres, libres de la codicia de poseer, justamente cuando tomamos conciencia de nuestro ser nómadas; es entonces cuando nos hacemos libres los unos para los otros, y es entonces también cuando se nos confía la responsabilidad de transformar la tierra, hasta que podamos un día depositarla en las manos de Dios. Por esta razón, esta noche del tránsito, que nos recuerda el último y definitivo trayecto del Señor, ha de ser para nosotros exhortación constante a recordar nuestro último viaje y a no echar en olvido que un día debemos abandonar todo cuanto poseemos, y que, al final de la vida, lo que de veras cuenta no es lo que tenemos, sino únicamente lo que somos; que, a lo último, deberemos responder sobre cómo -fundados en la fe- hemos sido personas en este mundo, personas que se han dado recíprocamente la paz, la patria, la familia y la nueva ciudad.
La Pascua se celebraba en casa. Así lo hizo también Jesús. Pero después de la comida, él se levantó y salió fuera, rebasó los límites establecidos por la ley, porque pasó al otro lado del torrente Cedrón, que señalaba los confines de Jerusalén. No tuvo miedo del caos, no quiso esquivarlo, se adentró en él hasta lo más profundo, hasta las fauces mismas de la muerte. Jesús salió, y esto significa que, pues las murallas de la Iglesia son la fe y el amor de Jesucristo, la Iglesia no es plaza fortificada, sino ciudad abierta; y, en consecuencia, creer significa salir también con Jesucristo, no temer el caos, porque Jesús es el más fuerte, porque él penetró en ese caos, y nosotros, al afrontarlo, le seguimos a «él». Creer significa salir fuera de los muros y, en medio de este mundo caótico crear espacios de fe y de amor, fundados en la fuerza de Jesucristo. El Señor salió fuera: éste es el signo de su fuerza. Bajó a la noche de Getsemaní, a la noche de la cruz, a la noche del sepulcro. Y pudo bajar porque, frente al poder de la muerte, él es el más fuerte; porque su amor lleva en sí el amor de Dios, que es más poderoso que las fuerzas de la destrucción. Su victoria, por tanto, se hace real justamente en este salir, en el camino de la Pasión, de suerte que, en el misterio de Getsemaní, se halla ya presente el misterio del gozo pascual. El es el más fuerte; no hay potencia que pueda resistírsele ni lugar que él no llene con su presencia. Nos invita a todos a emprender el camino con él, pues donde hay fe y amor, allí está él, allí la fuerza de la paz, que vence la nada y la muerte.
Al finalizar la liturgia del Jueves Santo, la Iglesia imita el camino de Jesús trasladando al Santísimo desde el tabernáculo a una capilla lateral, que representa la soledad de Getsemaní, la soledad de la mortal angustia de Jesús. En esta capilla rezan los fieles; quieren acompañar a Jesús en la hora de su soledad. Este camino del Jueves Santo no ha de quedar en mero gesto y signo litúrgico. Ha de comprometernos a vivir desde dentro su soledad, a buscarle siempre, a él, que es el olvidado, el escarnecido, y a permanecer a su lado allí donde los hombres se niegan a reconocerle. Este camino litúrgico nos exhorta a buscar la soledad de la oración. Y nos invita también a buscarle entre aquellos que están solos, de los cuales nadie se preocupa, y renovar con él, en medio de las tinieblas, la luz de la vida, que «él» mismo es. Porque es su camino el que ha hecho posible que en este mundo se levante el nuevo día, la vida de la Resurrección, que ya no conoce la noche. En la fe cristiana alcanzamos esta promesa.
Pidamos a Jesús en esta Cuaresma que haga resplandecer su luz por encima de todas las oscuridades de este mundo; que nos haga entender, también a nosotros, que él permanece siempre a nuestro lado en la hora de la soledad y el vacío, en la noche de este mundo, y que así edifica, por nuestro medio, la nueva ciudad de este mundo, el lugar de su paz, de la nueva creación.
JOSEPH RATZINGER
EL CAMINO PASCUAL
BAC POPULAR MADRID-1990.Págs. 107-113

miércoles, abril 4

Miercoles Santo

Meditación sobre el evangelio: Mateo 26, 14-25

Hoy vamos a meditar la misma escena que ayer, explicada esta vez por Mateo. Lo esencial es común en ambas narraciones.
Pero Mateo pone de relieve algunas significaciones diferentes de las anotadas por Juan.
-Entonces uno de los doce, llamado Judas, se fue a los príncipes de los sacerdotes y les dijo: "¿Qué me dais y os lo entrego?" Se convinieron en treinta piezas de plata, y desde entonces buscaba ocasión favorable para entregarle.
Vemos, aquí a Judas tomar la iniciativa.
Misterio de la libertad y de la culpabilidad humanas. Todos los evangelistas subrayan que Judas iba tras el dinero: esta es la explicación inmediata que dan al gesto aberrante de su antiguo colega.
¡El dinero!
-El día primero de los Ácimos se acercaron los discípulos a Jesús y le dijeron. "¿Dónde quieres que preparemos para comer la Pascua?" El les dijo: "Id a la ciudad a casa de un tal y decidle: El Maestro dice: "Mi tiempo está próximo, quiero celebrar en tu casa la Pascua con mis discípulos." "Mi tiempo está próximo..."
No deja de pensar en lo que se acerca. Jesús ha previsto "esta comida" el lugar preciso lo había ya determinado con un amigo... La "Cena", la primera Misa, no es una comida improvisada al azar. Será una "comida pascual" evocando toda la tradición judía. El pan sin levadura evocaba la salida rápida de Egipto en la que no hubo tiempo de dejar fermentar la pasta: comida festiva cantando una liberación.
-Llegada la tarde se puso a la mesa con los doce discípulos; y mientras comían dijo: "Uno de vosotros me entregará".
Muy entristecidos comenzaron a decirle cada uno: "¿soy acaso yo, Señor?"
Y con eso llegamos al relato de Juan. La iniciativa de Jesús.
La interrogación de los apóstoles.
-Respondió: "El que conmigo mete la mano en el plato..."
Los detalles precisos son diferentes, pero el sentido es el mismo. Jesús hace un gesto "de comunión": para un Hebreo, tender a alguien el plato, es hacer un gesto simbólico de amistad.
Puede decirse que, por parte de Jesús, no hay ninguna condena, sino el ofrecimiento de una amistad. Es Judas solo el que se condena al rehusar la tentativa de su amigo. Por otra parte, Jesús estaba suficientemente habituado a "comer con los pecadores", como se le ha reprochado a menudo: y esta tarde, no menos que otras veces, no ha rechazado a un pecador... es Judas quien se ha separado de El.
La Eucaristía, es también una comida en la que Jesús nos ofrece la comunión con El.
Cada misa es un gesto de Jesús hacia los pecadores que somos nosotros, siempre que no nos excluyamos nosotros al rehusar su amor.
Haz que descubramos, Señor, la significación simbólica de la comida que Tú ofreces a los hombres: tenemos a un Dios que "ama a los pecadores y quiere salvarlos".
Pero, tenemos también a un Dios que respeta nuestras libertades y no se impone.
-"¿Soy acaso yo, Rabbí?"
-"Tú lo has dicho." Eres tú quien lo has dicho... eres tú quien decide la respuesta a dar.
Jesús coloca a Judas ante su responsabilidad. Todo sería posible todavía si Judas aceptara esta mano que Jesús continúa tendiéndole.
NOEL QUESSON
PALABRA DE DIOS PARA CADA DIA 1
EVANG. DE ADVIENTO A PENTECOSTES
EDIT. CLARET/BARCELONA 1984.Pág. 170 s

martes, abril 3

Martes Santo

Meditación sobre el evangelio: Juan 13, 21-38


Después de la meditación de ayer que se situaba históricamente en Betania el lunes por la tarde... saltamos directamente a la tarde del jueves, durante la ultima cena.
-Jesús dijo: "Uno de vosotros me entregará" Se miraban los discípulos unos a otros, sin saber de quién hablaba.
Jesús toma la iniciativa de anunciar la traición.
Está solo. Nadie entiende en esto nada.
Uno de los discípulos, el amado de Jesús...
Juan subraya esto. Y es a ese título que él interviene. La amistad.
-Estaba recostado junto a Jesús. Simón Pedro le hizo señal, diciéndole: "Pregúntale de quién habla". El discípulo, inclinándose hacia el pecho de Jesús, le dijo: "Señor, ¿quién es?"
Es una escena que ha sido representada por muchos pintores.
Familiaridad.
Sí, Tú, Señor, has aceptado estos gestos sencillos. No te has avergonzado de haber necesitado este afecto... de poder hablar con verdaderos amigos...
Por otra parte, vemos una vez más en el Evangelio, las funciones complementarias, en la Iglesia: Pedro toma la iniciativa - prioridad oficial-, pero es Juan el que hace el encargo delicado.
Cada uno tiene su sitio particular. Todos no pueden hacer todo. Ayúdame, Señor, a cumplir bien mi cometido, y en mi sitio. Durante estos días santos, quisiera, a mi manera, vivir contigo, Señor. Ofrecerte mi amistad. Procuraré pensar mucho más en ti en el curso de estos días venideros.
-"Aquel a quien yo mojare y diere un bocado". Se lo da a Judas... y Jesús le dice: "Lo que has de hacer, hazlo pronto." Ninguno de los que estaban a la mesa conoció a qué propósito hacía aquello. Judas tomando el bocado, se salió luego.
Era de noche.
Todo se hace con palabras veladas... en una especie de pudor sigiloso, entre Jesús y Judas... como si Jesús no quisiera perjudicar a Judas: los demás no entienden lo que está pasando.
Hasta aquí llega la lucidez de Jesús frente a su muerte: es El quien dirige las operaciones; es El quién decide la hora: "lo que has de hacer, hazlo pronto,". Mi vida, nadie la toma, soy Yo quien la da. He aquí mi Cuerpo entregado por vosotros.
-Así que salió, dijo Jesús: "Ahora ha sido glorificado el Hijo del Hombre, y Dios ha sido glorificado en él... Dios también le glorificará pronto." Palabras asombrosas. Como ayer son también una anticipación. La "gloria" ya está ahí, desde que la muerte ha sido decidida, desde que el traidor ha salido para su faena.
-Hijitos míos, todavía estaré un poco con vosotros... Yo me voy.
Tú no piensas en ti, sino en ellos. Van a quedarse solos. Pedro adivina algo, sin duda. Y ¡propone "seguir" a Jesús!
-"¿Darás por mí tu vida?... En verdad te digo que no cantará el gallo antes que tres veces me niegues."
¡Pobre Pedro! Y sin embargo él se creía muy generoso, y lo era, a su modo. Jesús le anuncia su propia traición, algunos minutos después de la de Judas. Entonces, de repente, el silencio debió de ser muy denso en el grupo.
Tu soledad ¡oh Jesús! es total. Has ido hasta el límite de la condición humana. El hombre, que más solo se encuentre a la hora de la muerte, puede reconocerse en ti.
NOEL QUESSON
PALABRA DE DIOS PARA CADA DIA 1
EVANG. DE ADVIENTO A PENTECOSTES
EDIT. CLARET/BARCELONA 1984 .Pág. 168 s.

Movimiento Soledad Mariana

"Soledad Mariana" es un Movimiento de espiritualidad mariana y contemplativa, fundado en la Argentina en 1973, por el monje trapense Bernardo Olivera, actual Abad del Monasterio Nuestra Señora de los Ángeles de Azul, provincia de Buenos Aires.