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jueves, diciembre 8


COMO LLEGAR

1. Tomar la Panamericana (Acceso a Tigre )
2. Salir en la bajada Benavidez - Calle Liniers .
3. En la calle Liniers , que es la que corta, doblar a la izquierda y  seguir derecho hasta el 3er. semáforo . Ahí a la derecha sale el Camino de los Remeros.
4. Seguir hasta el final que te encontrás con una rotonda que es la ruta 27
5. En la rotonda girar hacia la izquierda (ruta 27) hacia Nordelta.
6. Pasar un Carrefour (a la derech ), luego un puente y seguir un poco
7. En el 1er. semáforo hay que doblar a la izquierda (para evitar una infracción, se puede doblar en la 1er cuadra después de una construcción grande (Centro Cultural Comunitario) y retomar un poquito quedando enfrentados al semáforo.
8.Van a ver enfrente una capillita que es un centro misional y al lado hay un cartel de Cáritas .
9. Cruzar la ruta, entrar  y seguir el camino hacia el fondo . Alli están los estacionamientos.
10. Llegaste a la Fraternidad Santa María del Encuentro. ¡¡¡Bienvenido /a !!!



miércoles, diciembre 7

Día 7: Nuestra Señora de los Dolores

Historia
Esta advocación recuerda los dolores que sufrió la Madre de Jesús, sobre todo el día de la Pasión y muerte de su Hijo, dolores que fueron profetizados por el anciano Simeón, cuando en el templo de Jerusalén dijo a María que una espada le traspasaría el corazón ( Lc 2, 32-35). La piedad ha representado a la Virgen Dolorosa con un corazón traspasado por siete espadas que simbolizan otros tantos dolores de María, y hasta hace pocos años esta conmemoración se denominaba "Los siete dolores de la Virgen María".
El origen de la devoción a la virgen de los dolores se remonta al XIV. La Virgen le dijo a santa Brígida: "Miro ahora a todos los que viven en el mundo por ver si hay quien se compadezca de mi y medite mi dolor, mas hallo poquísimos que piensen en mi tribulación y padecimientos. Y así, tú, hija, no me olvides, aunque soy olvidada y menospreciada de muchos, mira mi dolor e imítame en lo que pudieres. Considera mis angustias y lágrimas, y duélete de que sean pocos los amigos de Dios".

Lectura: Jn 19, 25-27
"Junto a la cruz de Jesús estaban su madre, la hermana de su madre, María, la mujer de Cleofás, y María Magdalena. Jesús, al ver a su madre y junto a ella al discípulo a quien tanto amaba, dijo a su madre: –Mujer, ahí tienes a tu hijo. Y después dijo al discípulo: –Ahí tienes a tu madre. Y desde aquel momento, el discípulo la recibió como suya".

Reflexión
En los momentos de su agonía, cuando ya no le quedaban fuerzas ni aire para respirar, Jesús nos entrega su último testamento: su madre, para que siempre nos experimentemos hijos queridos de Dios.
Dios pudo hacer que nosotros naciéramos de otra manera, pero quiso que cada uno tuviera una madre y la necesidad de recibir cariño maternal. Hemos sido hechos para vivir en familia con padre, madre y hermanos. Es allí donde experimentamos la seguridad física y emocional, el don del amor gratuito, ser amados incondicionalmente por lo que somos y no por lo que hacemos.
Vivir ese sentimiento de gratuidad es lo que regala la mayor seguridad ante todo temor y angustia. Desde esta experiencia de saberse generosamente amados nace la fuerza del amor cristiano.

Oración
Señora y Madre nuestra: tu estabas serena y fuerte junto a la cruz de Jesús. Ofrecías tu Hijo al Padre para la redención del mundo.
Lo perdías, en cierto sentido, porque El tenía que estar en las cosas del Padre, pero lo ganabas porque se convertía en Redentor del mundo, en el Amigo que da la vida por sus amigos.
María, ¡qué hermoso es escuchar desde la cruz las palabras de Jesús: "Ahí tienes a tu hijo", "ahí tienes a tu Madre".
¡Qué bueno si te recibimos en nuestra casa como Juan! Queremos llevarte siempre a nuestra casa.
Nuestra casa es el lugar donde vivimos. Pero nuestra casa es sobre todo el corazón, donde mora la Trinidad Santísima. Amén.

martes, diciembre 6

Día 6: María Reina

MARIA REINA

El título de Reina se le da a María Santísima desde los primeros siglos como indicación de su preeminencia y poder que los recibe de aquel que es el Todopoderoso: Su Hijo, Jesucristo.
Juan Pablo II, el 23 de julio del 1997, habló sobre la Virgen como Reina del universo. Recordó que "a partir del siglo V, casi en el mismo período en que el Concilio de Efeso proclama a la Virgen 'Madre de Dios', se comienza a atribuir a María el título de Reina. El pueblo cristiano, con este ulterior reconocimiento de su dignidad excelsa, quiere situarla por encima de todas las criaturas, exaltando su papel y su importancia en la vida de cada persona y del mundo entero".
El Santo Padre explicó que "el título de Reina no sustituye al de Madre: su realeza sigue siendo un corolario de su peculiar misión materna, y expresa simplemente el poder que le ha sido conferido para llevar a cabo esta misión. (...) Los cristianos miran con confianza a María Reina, y esto aumenta su abandono filial en Aquella que es madre en el orden de la gracia".
                                                        
Lectura: Lc 1, 28
Y, entrando el ángel, le dijo: "Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo."

Reflexión
"Alégrate", "regocíjate"… Con este diálogo, que el ángel Gabriel entabla con María, comienza realmente el Nuevo Testamento. Por lo tanto, podemos decir que la primera invitación del Nuevo Testamento es a la alegría.
Esta alegría que hemos recibido no podemos guardarla sólo para nosotros. La alegría se debe compartir siempre, una alegría se debe comunicar. María corrió inmediatamente a comunicar su alegría a su prima Isabel. Y desde que fue llevada al cielo distribuye alegrías en todo el mundo…
Ella nos invita a distribuir también nosotros la alegría. Podemos comunicarla de un modo sencillo: con una sonrisa, un gesto bueno, una pequeña ayuda, un perdón. Llevemos esta alegría y la alegría volverá a nosotros. En especial, tratemos de llevar la alegría más profunda: la de haber conocido a Dios en Cristo".
(S.S. Benedicto XVI. Homilía en Santa Misa en Parroquia Romana de Nuestra Señora de la Consolación. 18 de diciembre de 2005)

Oración
Dios te salve, Reina y Madre de misericordia,
vida, dulzura y esperanza nuestra; Dios te salve.
A Ti llamamos los desterrados hijos de Eva;
a Ti suspiramos, gimiendo y llorando, en este valle de lágrimas.
Ea, pues, Señora, abogada nuestra,
vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos;
y después de este destierro muéstranos a Jesús,
fruto bendito de tu vientre.
¡Oh clementísima, oh piadosa,
oh dulce siempre Virgen María!
Ven con nosotros a caminar

lunes, diciembre 5

Día 5: Nuestra Señora del Pilar

Historia
La tradición de la Virgen del Pilar, tal como ha surgido de unos documentos del siglo XIII que se conservan en la catedral de Zaragoza, se remonta a la época inmediatamente posterior a la Ascensión de Jesucristo, cuando los apóstoles predicaban el Evangelio. Se dice que Santiago el Mayor había desembarcado en la Península por el puerto de Cartagena, lugar donde fundó la primera diócesis española, predicando desde entonces por diversos territorios del país.
En la noche del 2 de enero del año 40, Santiago se encontraba con sus discípulos junto al río Ebro cuando "oyó voces de ángeles que cantaban Ave María, Gratia Plena y vio aparecer a la Virgen Madre de Cristo, de pie sobre un pilar de mármol". La Santísima Virgen, que aún vivía en carne mortal, le pidió al Apóstol que se le construyese allí una iglesia, con el altar en torno al pilar donde estaba de pie y prometió que "permanecerá este sitio hasta el fin de los tiempos para que la virtud de Dios obre portentos y maravillas por mi intercesión con aquellos que en sus necesidades imploren mi patrocinio".
Desapareció la Virgen y quedó ahí el pilar. El Apóstol Santiago y los ocho testigos del prodigio comenzaron inmediatamente a edificar una iglesia en aquel sitio y, antes de que estuviese terminada la Iglesia, Santiago ordenó presbítero a uno de sus discípulos para servicio de la misma, la consagró y le dio el título de Santa María del Pilar, antes de regresarse a Judea. Esta fue la primera iglesia dedicada en honor a la Virgen Santísima.

Lectura: Hch 1,14
Todos los discípulos perseveraban en la oración, con un mismo espíritu, en compañía de algunas mujeres, de María, la Madre de Jesús, y de sus hermanos.

Reflexión
"El primer Pentecostés tuvo lugar cuando María santísima estaba presente en medio de los discípulos en el Cenáculo de Jerusalén y oraba…Aquel momento extraordinario señaló el nacimiento de la Iglesia".
De este modo, "la Iglesia se genera en torno a una madre, quien le confiere alma y ternura a la convivencia familiar. María, Madre de la Iglesia, ayuda a que los discípulos se experimenten como la familia de Dios". (S.S. Benedicto XVI. Regina Caeli. 27 de mayo de 2007 / Documento Conclusivo de Aparecida, nº272)

Oración
Dios todopoderoso y eterno,
que en la gloriosa Madre de tu Hijo
has concedido un amparo celestial
a cuantos la invocan con la secular advocación del Pilar,
concédenos, por su intercesión, fortaleza en la fe,
seguridad en la esperanza y constancia en el amor.

domingo, diciembre 4

Preparación para una alianza con Dios en María.

Con este título, el 25.11, en la Pquia. Corazón de María, se realizó un encuentro de 18.30 a 21.30, abierto a la comunidad.



Tomando conciencia que la convocatoria era de María, y mediante  dinámica, cada uno se nombró, diciendo su relación con María.

María Moreno y Killy Romero,  presentaron  "Soledad Mariana", con valores subrayados, fin y medios ofrecidos. Con ideas fuerza, presentaron a María: Madre, Mediadora, Misericordia, Modelo, Mujer…

Luego de la Eucaristía, leído el  tx. de Jer. 31-32; 40 y en primera persona, hicimos oración espontánea, dando pie a la explicación de Alianza. A continuación tomaron la posta Mafe y Teté Soto quienes dieron testimonio de la vivencia de sus respectivas Alianzas, transmitiendo serenidad y fresca alegría!.

Todo resultó tan cálido y lleno de paz, "como en el hueco de su manto"… que quedó el convencimiento de que la propuesta de preparación en cuatro encuentrosserá aceptada.

Durante la mástica, ya con los tres sacerdotes de la Comunidad Claretiana (que nos ofrecen con gran gusto su casa), se siguió hablando de la historia del Movimiento.



Como siempre, agradecidísimos por todos los que desde siempre nos acompañan.

Comunidad Mariana y Contemplativa
                Chascomús

"Tengo sed" Tras los pasos de Teresa de Calcuta

Jesús María Silveyra
 
PRESENTACION

Martes 6 de diciembre,
19:00 hs.

COLEGIO SAN PABLO
,
Pacheco de Melo 2300, CABA
 
"La cuestión no es cuánto hacemos, sino cuánto amor ponemos en lo que hacemos". Teresa de Calcuta

Día 4: Nuestra Señora de Medjugorje

Historia
El 24 de junio, de 1981 comenzaron los reportes de las apariciones de la Santísima Virgen María a seis niños en la aldea de Medjugorje, situada en Bosnia-Hersegovina (parte de la antigua Yugoslavia). El aniversario se celebra el 25 de junio porque el primer día los niños se asustaron y huyeron y no fue sino al día siguiente que los niños hablaron con la Virgen por primera vez.
Desde entonces, millones de peregrinos han venido a rezar y meditar los mensajes en un lugar en el que se experimenta una profunda paz e intimidad con Dios. En junio de 1986, en respuesta a un grupo de doce obispos italianos que buscaban consejo pastoral sobre la gente que va de peregrinación a Medjugorje, Juan Pablo II les respondió: «Dejen que la gente vaya a Medjugorje. Allá se convierten, oran, se confiesan, hacen penitencias y ayunan».

Lectura: Juan 2, 1-5. 11
Se celebraba una boda en Caná de Galilea y estaba allí la Madre de Jesús. Fue invitado también a la boda Jesús con sus discípulos. Y, como faltara el vino, le dice a Jesús su Madre: "No tienen vino". Jesús le responde: "¿Qué tengo yo contigo, mujer? Todavía no ha llegado mi hora". Dice su Madre a los sirvientes: "Haced lo que él os diga"… Así, en Caná de Galilea dio Jesús comienzo a sus señales y manifestó su gloria, y creyeron en Él sus discípulos.

Reflexión
"Permaneced en la escuela de María, escuchad su voz, seguid sus ejemplos. Como hemos oído en el Evangelio, Ella nos orienta hacia Jesús: "Haced lo que Él os diga". Y como en Caná de Galilea, encomienda al Hijo las dificultades de los hombres, obteniendo de Él las gracias deseadas".
En su escuela queremos aprender a ser discípulos atentos y dóciles al Señor (…) Siguiendo su ejemplo, queremos dejarnos guiar siempre y sólo por Jesucristo".
(S.S. Juan Pablo II. Homilía ante la Basílica Nacional de Aparecida. 4 de julio de 1980 /
S.S. Benedicto XVI. Homilía en Solemnidad de Santa María, Madre de Dios. 1º de enero de 2006)

Oración
¡María, Madre de Dios y Madre nuestra, Reina de la Paz!
Tú viniste a nosotros para llevarnos a Dios.
Alcánzanos la gracia de no sólo decir:
¡Hágase en mí según Tu voluntad!,
sino vivirla tal como Tú lo hiciste.
Ponemos en Tus manos nuestras manos,
a fin de que puedas conducirnos a Jesús
en medio de todas las aflicciones y pesares.
Por Cristo, Nuestro Señor. Amén.

sábado, diciembre 3

Día 3: Nuestra Señora de los Milagros de Caacupé

Historia
Cuenta la historia que corría el año 1600.....cuando cierta mañana un grupo de indios Mbayaes perseguía a un guaraní con intención de darle muerte, tal vez por pertenecer a otra tribu dominante del área, o tal vez porque el indio guaraní convertido al cristianismo y era feligrés de los franciscanos, a los que los Mbayaes temían tanto como al Diablo.
Completamente acorralado como estaba y desesperado por la suerte que le esperaba, el indiecito se escondió detrás de un gran árbol que le parecía protector. Agazapado y tembloroso, se le iluminó de pronto el recuerdo de la Inmaculada Concepción, que era la Virgen de su predilección. Entre súplicas y suspiros, entre miedo y esperanzas, le prometió a la Reina de los Cielos que si lo libraba de sus injustos y feroces enemigos, le haría una imagen de la misma madera de aquel árbol.
Milagrosamente, los Mbayaes no lo encontraron en aquel monte y al caer la noche se vieron obligados a volver a sus tolderías. El indiecito guaraní se vio luego libre... y no vivió más que para cumplir su promesa. Esperando un prudencial tiempo, el guaraní vuelve al árbol protector, ya con sus primitivas herramientas. Desgajó de aquel tronco la madera necesaria para su propósito, puso a secarla, y pacientemente, con todo el arte de sus manos y el fervor de su alma, se puso a esculpir dos estatuas de la Virgen: una, más grande, destinada a la Iglesia de Tobatí, cercana al lugar, y otra, más pequeña, para su devoción particular.

Lectura: Lc 10, 21
En aquel momento, se llenó de gozo Jesús en el Espíritu Santo y dijo: "Yo te bendigo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has ocultado estas cosas a sabios e inteligentes y se las has revelado a los sencillos."

Reflexión
"La piedad popular es la piedad de los "pobres y sencillos". Es la manera cómo estos predilectos del Señor viven y traducen en sus actitudes humanas, y en todas las dimensiones de su vida, el misterio de la fe que han recibido.
Esta piedad popular, en toda América Latina, es indisolublemente mariana… Ella es la madre, la reina, la protectora, la modelo. A ella se viene para honrarla, para pedir su intercesión, para aprender a imitarla, es decir, para aprender cómo ser un verdadero discípulo de Jesús". (S.S. Juan Pablo II. Homilía en Santuario de Nuestra Señora de Zapopán. 30 de enero de 1979)

Oración
Santísima Virgen María
Madre de Dios y Madre Nuestra
cúbrenos con tu maternal protección.
Intercede por todos nuestros hermanos pobres
por los enfermos y los necesitados
da perdón y misericordia.
Intercede también por nosotros pecadores
por nuestros padres y bienhechores.
Protege a Nuestra Iglesia Católica
para que sea testimonio de tu Divino Hijo,
alcanza luz para nuestras autoridades
para que defiendan la Justicia
y construyan la paz de nuestra Patria.
Después de la gracia particular, te pedimos
alcánzanos la gracia de perseverar en nuestra fe
y en caridad fraterna
para merecer la promesa de Nuestro Señor Jesucristo
de salvar a quien persevere hasta el final de sus Días.
A ti, Madre nuestra, te consagramos nuestra familia y nuestra
vida cotidiana, y te invocamos con fe y amor
para obtener la gracia que necesitamos.

viernes, diciembre 2

Día 2: Nuestra Señora de los Desamparados;

Historia
En la mañana del primer domingo de Cuaresma de 1409, cuando se dirigía a predicar en la homilía de la Misa mayor en la Catedral de Valencia, el religioso de la orden mercedaria, Fray Juan Gilabert Jofré, observó, durante el trayecto, que un grupo de muchachos maltrataba cruelmente a un pobre loco. Intervino el fraile en socorro del enfermo y después detener y reprender a los jóvenes.
Impresionado por el suceso modificó el contenido de su sermón, incluyendo en él una a llamada a la caridad y a favor de los que abandonados a su miseria por las calles, eran sujeto de toda clase de abusos.
Sus palabras calaron en el corazón de los presentes, entre los cuales se encontraba un mercader llamado Lorenzo Salom, de tal manera que diecinueve días después el Consejo General de la Ciudad estudiaba la iniciativa y dos meses y medio más tarde comenzaban las obras de un hospital con esta finalidad. Con la idea de apoyar al Hospital surgió una Cofradía o hermandad con mayores recursos materiales y humanos. Sus miembros se propusieron practicar las mismas obras de misericordia del hospital y además, asistir al entierro de los dementes y cofrades, sufragar gastos del Hospital y de actos religiosos. El celo y entusiasmo de esta Cofradía pronto quiso ampliar el campo de sus asistencias más allá del Hospital desamparadas.
En este contexto, se vio la necesidad de proporcionar una nueva imagen de la Virgen para representar el patrocinio sobre los dementes del Hospital y la piadosa Cofradía, por lo que, sin pretenderse, había surgido una nueva advocación la Santísima Virgen destinada a tener un alcance universal. Por decreto del Rey Fernando el Católico firmado en Barcelona el 3 de junio de 1493, la advocación recibió el título de Nuestra Señora de los Inocentes y de los Desamparados.

Lectura: Jn 3, 16-17
"Tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna. Porque Dios no ha enviado a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él".

Reflexión
"Dios se hizo Hijo del hombre para que nosotros nos convirtiéramos en sus hijos, (…) un gran misterio del amor que nunca termina de sorprendernos. La salvación dada por Dios, capaz de suscitar la alegría y la confianza incluso en el día oscuro de la prueba, debe ser testimoniada al mundo, de forma que la humanidad entera acuda a esas fuentes de paz, de alegría y de libertad". "No hay nada más hermoso, urgente e importante que volver a dar gratuitamente a los hombres lo que hemos recibido gratuitamente de Dios (…) La Virgen María, que no comunicó al mundo una idea, sino a Jesús mismo, es modelo incomparable de evangelización. Invoquémosla con confianza, para que la Iglesia anuncie
también en nuestro tiempo la buena nueva de que Dios "tanto amó al mundo que le entregó a su Hijo para que el mundo se salve por medio de él". (S.S. Juan Pablo II. Audiencia General. 17 de abril de 2002)

Oración
María del Amparo:
Hoy vengo a rezarte por todos los que caben en las letras de tu acogedor título:
Ampara bajo tu manto protector a todos los destechados que sufren la intemperie.
Mira con entrañas de misericordia a cuantos padecen cualquier tipo de miseria.
Protege a todos los que sus familias y la sociedad tienen desprotegidos.
Acoge en tu cálido regazo a cuantos se sienten solos, tristes y afligidos.
Recoge entre tus brazos maternales a todos los hijos pródigos huidos del Padre.
Ofrece tu corazón sensible a cuantos sólo hallan insensibilidad y rechazo.

jueves, diciembre 1

Día 1: Nuestra Señora de la Misericordia

Historia
El 18 de marzo de 1536 el humilde labrador Antonio Botta se dirigía a trabajar al valle de San Bernardo, provincia de Savona, cuando al cruzar un pequeño arroyo afluente del Letimbro, se detuvo a beber. Antonio había nacido en 1470, estaba casado con Catalina Cavaza y era padre de dos hijos, Masino, muerto a poco de nacer y Catalina.
El labriego se lavaba las manos a orillas del arroyo cuando de repente escuchó una suave y dulce voz que lo llamaba por su nombre. Al alzar la vista, vio descender del cielo, envuelta en radiante luz, a la mismísima Virgen Santísima.
Antonio cayó de rodillas preguntando a la Santa Madre que era lo que quería y aquella, con suavidad, le respondió que debía encaminarse a la iglesia de San Bernardo para decirle a su párroco y confesor, fray Daniele Porro, que a partir del siguiente sábado debería organizar tres procesiones diarias en honor de Dios y de su Santa Madre. Antonio prometió hacer lo que se le ordenaba, finalizando la Virgen que al cuarto sábado volviese al mismo lugar.
Cumplido el pedido regresó Antonio el día indicado, 8 de abril, para encontrar a la Madre del Cielo de pie en el mismo lugar, vistiendo una túnica blanca y sonriéndole dulcemente. Y una vez más volvió a hablarle empleando aquella voz suave con la que lo había cautivado para decirle la célebre frase "Misericordia quiero y no justicia", en alusión a las sangrientas guerras entre España y Francia que tenían a Italia por campo de batalla.

Lectura: Isaías 7, 14
El Señor mismo va a daros una señal: He aquí que una doncella está encinta y va a dar a luz un hijo, y le pondrá por nombre Emmanuel".

Reflexión
"A la discípula inmaculada le era familiar la lectura orante de las Escrituras. Ese mundo era su verdadera casa. Vivía en el espacio interior de la Palabra de Dios, se identificaba con ella… Ése es el camino de todos los verdaderos discípulos del Señor".
"A imagen de María y con ella, estad continuamente a la escucha de la palabra de Dios, conservándola y meditándola día y noche en vuestro corazón. Esta palabra os transformará y os hará crecer."

Oración
Concédenos, Virgen Santa, un poco de consistencia para nuestro barro;
un poco de luz para nuestra noche;
un poco de paz para nuestra lucha de cada día;
un poco de fe para nuestra duda;
un poco de alegría para nuestras penas;
un poco de amor para nuestro egoísmo;
un poco de agua para nuestra sed;
un poco de vida para nuestra vida;
un poco de servicio para nuestra comodidad;
un poco de calor para nuestra frialdad;
un poco de ilusión para nuestra desgana;
un poco de tu auxilio para nuestra necesidad.
Amen.

Movimiento Soledad Mariana

"Soledad Mariana" es un Movimiento de espiritualidad mariana y contemplativa, fundado en la Argentina en 1973, por el monje trapense Bernardo Olivera, actual Abad del Monasterio Nuestra Señora de los Ángeles de Azul, provincia de Buenos Aires.