Páginas

jueves, noviembre 10

Día 7: Ntra. Sra. de Luján

Historia

Corría el mes de mayo de 1630 cuando la milagrosa imagen de la Virgen de Luján llegó a la Argentina. Antonio Farías Sáa, era un hacendado radicado en Sumampa (Santiago del Estero) que quería colocar en su estancia una capilla para la Virgen. Este hombre le pidió a un amigo que vivía en Brasil que le enviara una imagen que representara la Inmaculada Concepción de María. El amigo le envió dos, la que le había encargado y otra de la Virgen con el Niño Jesús. Cuando llegaron, fueron colocadas en una carreta y partieron en una caravana rumbo a Sumampa. La caravana se detuvo a orillas del río Luján a 67 kilómetros de Buenos Aires, en una hacienda, conocida como la estancia de Rosendo. Al llegar el otro día los carreteros iban a proseguir con el viaje, pero la carreta que llevaba la imagen no se movía, intentaron de todas las formas posibles que caminara, bajaron la mercadería, colocaron más bueyes, pero todo fue inútil, las dos imágenes estaban en el fondo de la carreta en dos pequeños cajones.
Los carreteros retiraron una imagen y no se movió, la subieron y bajaron la otra, y la carreta marcho normalmente. En ese instante los hombres comprendieron que estaba ocurriendo algo milagroso. Al ver que la Virgen no quería marcharse se dirigieron a la casa más cercana, la de don Rosendo. La familia se emocionó al ver la imagen y la colocaron el su casa, la noticia corrió por toda la región, y se enteraron hasta en Buenos Aires. Las personas empezaron a viajar al lugar, entonces don Rosendo construyó una pequeña capilla, entre los pajonales de la pampa, en este lugar permaneció la virgencita desde 1630 hasta 1674.

Lectura: Apocalipsis 11,
Y se abrió el Santuario de Dios en el cielo, y apareció el arca de su alianza en el Santuario, y se produjeron relámpagos, y fragor, y truenos, y temblor de tierra y fuerte granizada.
Una gran señal apareció en el cielo: una Mujer, vestida del sol, con la luna bajo sus pies, y una corona de doce estrellas sobre su cabeza.

Reflexión
Como hijos de esta querida Patria queremos seguir cuidados por la Virgen. Que nada ni nadie nos confunda. Aquí Nuestra Señora de Luján se quiso quedar como “La primera fundadora de esta Villa”. Y si nuestros mayores nos enseñaron a confiar porque visitaron a la Virgen en la gloria y en la tristeza, nos confirman ellos también lo que el pueblo argentino siempre hizo en este sitio: confiar en quien prometió cuidarlos. En este año de comienzo del Bicentenario miramos a nuestra Madre y le expresamos nuestro deseo hecho oración: “Madre queremos una Patria para todos”. Que todos tengan cabida. Que no haya “sobrantes”, excluidos ni explotados. Que esta Patria para todos nos consolide como hermanos en la herencia patriótica de nuestros mayores. Que nadie sea despreciado. Que no crezca el odio entre nosotros. Que el rencor, ese yuyo amargo que mata, no eche raíces en nuestro corazón (Cf. Hebr. 12:15). Madre queremos una Patria renovada en la fraternidad; Madre, queremos una Patria para todos. Y como en tantos otros años te pedimos: no nos sueltes de tu mano, sabemos en quien pusimos nuestra confianza. Card. Jorge Bergoglio

Oración
Virgen de Luján hermosa, la del manto azul turqui,
vengo delante de Ti por ver tu cara preciosa.
Eres la más bella rosa del argentino vergel,
eres la gloria de Aquel que formó las cosas bellas
y dio luz a las estrellas que lucen delante de Él.
Virgencita, Virgencita, amor de mi corazón,
vengo aquí con mi aflicción y mi oculta y grave cuita
Virgen morena y chiquita calma mi agudo penar
y no me iré de tu altar sin tu celeste consuelo
pues eres flor de este suelo y estrella blanca del mar.
El negro Manuel decía, que la capilla dejando,
te ibas sola caminando por toda la cercanía,
que tu manto azul traía prendidos muchos abrojos.
No te ha de causar enojos que te cuente mi dolor,
si están hablando de amor las pupilas de tus ojos.
Me está punzando una pena y yo te la traigo aquí.
¡Qué fuera de mí sin Ti! Virgen chiquita y morena.
Eres tan Santa y tan buena, tan cerca de Dios estás
que mi angustia entenderás y mi orfandad y mi duelo
que a Ti solita revelo a Ti solita, no más.
Bien se ve que eres, Señora, la flor de Jerusalén,
pues tu mirada hace bien y el corazón enamora.
Tu piedad santa endulzora toda mi negra amargura,
yo te juro, Virgen Pura, pagarte con devoción
como agradece el león a la mano que lo cura.
Hija predilecta del Padre. Madre de Cristo Rey
Gloria del Espíritu Santo
Ruega por nosotros

0 comentarios:

Movimiento Soledad Mariana

"Soledad Mariana" es un Movimiento de espiritualidad mariana y contemplativa, fundado en la Argentina en 1973, por el monje trapense Bernardo Olivera, actual Abad del Monasterio Nuestra Señora de los Ángeles de Azul, provincia de Buenos Aires.