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jueves, noviembre 10

Día 10: Nuestra Señora de la Candelaria

Historia

A los cuarenta días de su nacimiento Jesús fue presentado en el templo, siguiendo lo prescrito por la ley mosaica (Ex 13, 2-11), al mismo tiempo que su Madre realizaba la ceremonia de su purificación. Por ser María la portadora de Cristo, que es luz para los pueblos (Lc 2, 29-32), recibe Ella el título de Candelaria.

Lectura: Lc 2, 28-33
“Simeón lo tomó en sus brazos y bendijo a Dios, diciendo: Ahora, Señor, según tu promesa, puedes dejar que tu siervo muera en paz. Mis ojos han visto a tu Salvador, a quien has presentado ante todos los pueblos, como luz para iluminar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel. Su padre y su madre estaban admirados de las cosas que se decían de él.”

Reflexión
María, portadora de la Luz de Cristo, es muy significativa en la vida de los mineros, que trabajan duramente en la oscuridad de la mina y de los pescadores artesanales que salen de noche a su faena.
Es figura de la oscuridad que a veces reina en nuestras vidas personales, familiares y laborales. No es casualidad que este título de la Virgen haya cautivado a muchos, ya que toca una de las experiencias que más nos marcan: la oscuridad, ya sea física, afectiva o espiritual. ¡Cuánta angustia, temor y susto crea la oscuridad! Por eso, Ella busca que nos acerquemos a Cristo, que es la luz que trasmite verdad, calidez y cercanía que disipa los temores.

Oración
Virgen María, Madre Candelaria…
En tu mano llevas un cirio que ni la noche ni el tiempo apagan:
es la luz divina de tu Hijo que resucitó de madrugada…
Virgen María, Madre Candelaria…
confirma la luz de nuestra fe que vacila
y se renueva nuestra pobre esperanza
aviva en nosotros el fuego del Espíritu Santo,
la caridad que nos hermana.
Consuela a los tristes y afligidos.
Da justicia y libertad a nuestra Patria
y condúcenos en la alegría hasta el hogar de la Trinidad Santa.
Amén. (P. Joaquín Alliende)

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Movimiento Soledad Mariana

"Soledad Mariana" es un Movimiento de espiritualidad mariana y contemplativa, fundado en la Argentina en 1973, por el monje trapense Bernardo Olivera, actual Abad del Monasterio Nuestra Señora de los Ángeles de Azul, provincia de Buenos Aires.