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viernes, mayo 22

Pascua de Feli: Despedida de Jesús Silveyra (SM-Centro)

Queridos todos:
Les mando el texto de las palabras que pronuncié luego de la misa fúnebre de Felicitas Carbó...

Feli, querida, me han pedido algunos amigos del Movimiento Soledad Mariana, que diga unas palabras de despedida. Lo que primero brota de mi corazón es decirte algo íntimo: fuiste una amiga y eso que la amistad entre el hombre y la mujer es algo difícil. Fuiste una amiga en los consejos intercambiados sin dinero a cuenta, en las acaloradas discusiones que jamás nos distanciaron, en ese reírnos a carcajadas como dos niños, en el rezar profundo que lleva a la contemplación, en el llorar mirándonos de frente el llanto y en esa palabra profunda que deja su huella en el corazón. Siempre que nos juntábamos a conversar, sabíamos que iríamos saltando de tema en tema para actualizarnos el uno en la vida del otro, pero que no terminaría la reunión sin un momento de humor que siempre era sanador, ni uno de reflexión, que nos dejaría pensando en la salvación; como aquél día en que me impulsaste a escribir sobre el padre Santoro y el diálogo con el Islam.

Tuviste un rol muy importante dentro del Movimiento de Soledad Mariana, especialmente en la zona centro, y tu ausencia sin dudas se sentirá, pero la llenaremos con el grato recuerdo de aquella primera laica consagrada, que no se cansaba de misionar, de convocar gente nueva, de coordinar grupos de oración a los que le dabas nombres disparatados (baste recordar tu famoso grupo “improvisado”), de dirigir dinámicas en encuentros y retiros, de hacer siempre travesuras con el fin de agradar y divertir a los demás y, últimamente, de cargar la cruz de tu enfermedad con la dignidad de los hijos de Dios. Una especial mención te hago como ex compañero de la escuela de “San José” del Centro que tantas veces se reunió en tu casa, donde nunca faltó la calidez de tu amable simplicidad.

Hoy recuerdo las palabras que escribiste y me mandaste allá por febrero y de las que extraigo algunos párrafos:

“¿Puedo vivir muriendo? Quiero morir viviendo, si es que he tomado conciencia total que esta vida es un peregrinar hasta llegar a lo eterno. Y Dios presente en todo, me muestra que todo se reduce al Todo, nada es inventado, todo lo ordena y lo cuida Él, la intensidad de los sentimientos es vivir adherida a una roca, que de cualquier lado me puedo tomar.

¿Y los temores? ¿Y los miedos? Tan humanos, me llevan al sin límite de mi debilidad, y sin embargo, frágil y temblando, tomo el Rosario, imagino al Crucificado y la calma cosecha su espacio para que deje de jadear por miedo y suspire por la paz esperada.

Silencio que te hiciste tan latente, que con vos camino a diario, la compañía de los más queridos, sirve para verlos vivos y vivientes, y le pido a Dios que disfruten la salud, la autonomía, el amar lo bello y llorar con el dolor ajeno…

Se agudiza la pertenencia a Dios, lo más querido, ansiado y esperado, cierra espacios al dueño de la paz, al que conmueve con su ternura, al que no suelta, y con Él, su Madre y con ellos tanto afecto y manos que rezan, es la verde pradera por donde Él me hace descansar.

Gratitud esta, a cada día la respiro y ansío con vida, y el temor convive, soy mujer de fe, pero un ser humano donde la fragilidad no se esconde en la valentía. Se despierta y desesperada, hace sentir mi cuerpo cansado y fatigado, es cuando la muerte cercana se hace familiar y quisiera que ella, espere en silencio, se aquiete y la respiración en armonía, vuelva a mostrarme que solo Dios basta”.


Querida Feli, me contaron que el domingo pasado, llamó Bernardo desde la trapa y mandó que te repitieran aquellas palabras que te había dicho cuando te consagraste al Movimiento: “Feli, hacele honor a tu nombre y sé feliz”. No me caben dudas que has alcanzado la felicidad completa, encontrándote cara a cara con el Señor al que buscabas desde siempre, pero cuya búsqueda se hizo más patente desde aquella “astilla de la cruz” que mencionaste en un poema que volvió canción el Movimiento, donde decías: “Señor, que mi oración sea el silencio y que mi entrega sea el dolor”. Querida Felicitas, hoy, cuando entregada has dejado de sufrir, todos podemos decir que has hecho verdadero honor a tu nombre.

Jesús Silveyra

1 comentarios:

Patricia de la Torre dijo...

Apenas estoy degustando de SM.
Obviamente no conci a Feli, pero me siento cercana. Igual con ustedes. No se...
Me ha conmovido ella ya, en la Eternidad con Dios.

Un abrazo en nuestra Madre Dolorosa.

Patricia
Quito Ecuador

Movimiento Soledad Mariana

"Soledad Mariana" es un Movimiento de espiritualidad mariana y contemplativa, fundado en la Argentina en 1973, por el monje trapense Bernardo Olivera, actual Abad del Monasterio Nuestra Señora de los Ángeles de Azul, provincia de Buenos Aires.