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viernes, mayo 6

¡UNA NOTICIA DE ÚLTIMO MOMENTO PARA TODA SOLEDAD MARIANA!

6 de mayo 2011
Muy querida comunidad de Soledad Mariana,
En el día de ayer, 5 de mayo, Rosita Kinzly, nuestra querida Rosita partió para la casa de nuestro Padre Dios.
Por más que tenía muchos años -por lo menos 90 ó 91- ha sido una noticia inesperada para nosotros;  el Señor se la llevó sin que ella, ni la familia, casi se dieran cuenta.
El Señor le regaló una gran inteligencia que unida a su profunda religiosidad y a su  firme constancia,  hicieron que su vida fuera un continuo buscar a Dios para vivir en su Presencia. Los que la conocimos somos testigos de ello.
Rosita conoció Soledad Mariana alrededor de 1980 y desde entonces, hasta el momento de su partida, fue una fiel discípula del Señor, leyendo e incorporando, a través de nuestra espiritualidad, su vivencia cristiana.
Pertenecía a  la Escuela de Ejercitadores "María Madre" a la cual dejó de asistir hace muy pocos años, debido a su dificultad para movilizarse. Pero, sin estar presente estos últimos años, sí lo estaba en su espíritu y corazón, y seguía relacionada con todo el ser y el hacer nuestro.
En el día de hoy Rosita ya está con el Señor nuestro Dios y a nosotros solo nos queda rezar por ella y por su querida hermana Sofía –mayor en edad que ella- y que tan bien la supo cuidar.
Para todos los que la conocimos a Rosita, y para toda la comunidad de Soledad Mariana que no la  conoció, van estas pocas líneas para recordar a un miembro de nuestro Movimiento, muy querido y respetado por todos.
En el evangelio de ayer, día de su fallecimiento, el Señor nos dice a través de San Juan "El que cree en el Hijo tiene Vida Eterna".  Y en Rosita se ha cumplido la Palabra de Dios.
Que el Señor nuestro Dios, nos bendiga a todos, es mi mayor deseo en este día, de recogimiento y oración,
Marcela D. de Romat
      Coordinadora Región Centro 

lunes, mayo 2

   

domingo, mayo 1

 

EN MEMORIA DE NUESTRO AMADO BEATO JUAN PABLO II



Hoy 1º de mayo, la Iglesia entera recuerda en forma especial  a queridísimo Papa Juan Pablo II, quien por gracia de Dios, y en orden a sus méritos, es ya Beato.

Nos unimos, emocionados, a  sus 26  años de  fecundo pontificado.

Hombre de fe, de esperanza, y de caridad, entregado en su labor apostólica, hasta dar su sangre en el atentado que sufrió en Roma.

Cruzó las fronteras del Vaticano, convirtiéndose en un “Papa peregrino del mundo”.

Nos dejó un legado de 14 encíclicas para reafirmar los valores cristianos y humanos de las personas,  disipar dudas y enfervorizar a los cristianos.

Amó especialísimamente a los jóvenes, esperanza de un mundo a construir. Promovió el ecumenismo, bregó por la paz en el mundo, el respeto por los hombres, el cuidado de los niños y los ancianos, la ética, el buen uso de la ciencia.

Tuvo la Gracia de Dios de partir para la casa del Padre en el día de la Divina Misericordia, a la cual él era tan devoto.

Rezaremos  por nuestro querido Beato Juan Pablo II, para que interceda por las necesidades del mundo, ese mundo que él tanto amó y sirvió.

¡No tengan miedo!, por Jesús Silveyra

            En una oportunidad, cuando los discípulos estaban en la barca en medio del lago de Genesaret, se levantó una gran tempestad. Jesucristo dormía en la popa. Lo despertaron increpándolo, porque parecía que no le importaba que todos murieran ahogados. Él se levantó, calmó la tempestad y les preguntó: “¿Por qué tienen miedo? ¿Por qué no tienen fe?” En ese mismo lago, tiempo después, se les apareció una noche caminando sobre las aguas. Ellos creyeron que se trataba de un fantasma y comenzaron a gritar asustados. Entonces, él les dijo a la distancia: “Tranquilícense. No tengan miedo. Soy yo”. Y le mandó a Pedro ir hacia él. Cuando Pedro confió, caminó sobre las aguas. En cuanto dudó y tuvo miedo, comenzó a hundirse.


            El domingo 1 de mayo, además de celebrarse la fiesta de san José Obrero y de la “Divina Misericordia” (por ser el primer domingo después de la Pascua), será beatificado en el Vaticano el querido Juan Pablo II, “el Grande”, como muchos lo han dado en llamar. Es de esperar que no transcurran muchos años para que sea finalmente santificado, cumpliendo así con el sensus fidei de la multitud que durante sus funerales gritó en la plaza de San Pedro: “¡Santo ya!”

            Cuando el 22 de octubre de 1978, Juan Pablo II asumió formalmente como nuevo Pontífice, sus primeras palabras durante la homilía de la misa de asunción fueron:  “¡No tengan miedo de recibir a Cristo!”. “¡No tengan miedo! ¡Ábranle las puertas a Cristo! Cristo sabe lo que hay dentro del hombre. Sólo él lo sabe”.

            No soy quién para opinar sobre los motivos que tuvo para elegir aquellas palabras, pero me animo a tratar de intuir algún paralelismo entre las palabras del Señor (a las que se podrían sumar las del ángel a María en la Anunciación) y las del difunto Santo Padre. Es que pareciera haber una mutua relación entre el temor y la fe, entre el abrazar el cristianismo en toda su dimensión o el actuar con miedo hacia el Misterio, entre el seguir los pasos de Cristo y el riesgo físico que ello puede llegar a implicar (como en el caso de los mártires).

            El incomparable Karol Wojtyla, llegó a Roma desde una tierra de sufrimiento y miedo. Baste pensar en una Polonia casi siempre invadida por sus vecinos (Suecia, Rusia, Prusia, etc…) y que luego de la invasión nazi, durante la Segunda Guerra Mundial, que llevó a la persecución y el exterminio de miles de polacos (judíos y cristianos) en los campos de exterminio, fue ocupada por los comunistas y quedó dentro de la “cortina de hierro” soviética, en la que no faltó la persecución al clero y a los creyentes. Además, él mismo provenía de una historia personal de dolor y quizá, de temor. Había perdido a una hermana antes de nacer, a su madre a los nueve años, a su hermano mayor a los doce y a su padre, cuando tenía veinte, quedando huérfano y sin familia en Cracovia (porque el resto de sus familiares vivían en otras localidades).

            Sin embargo, ese sufrimiento y temor, tanto personal como social, no lo había amilanado, sino, todo lo contrario, robustecido en la fe hasta convertirlo en un testigo de Cristo que estaba dispuesto a dar su vida por Él y el Evangelio. Así, durante muchos momentos de su vida religiosa en Polonia, tanto como sacerdote, obispo o cardenal, pese a sentirse vigilado por las autoridades comunistas, no dudó nunca en seguir propagando el Evangelio y en defender los derechos humanos, en especial, el de gozar de libertad religiosa para profesar el culto.

            Luego, siendo Papa, tampoco el sufrimiento ni el temor pudieron detenerlo, aunque fue víctima de varios atentados contra su vida (se calcula que fueron quince), uno de ellos casi mortal (el del 13 de mayo de 1981 en la plaza de San Pedro). Un ejemplo, sirva para graficar la valentía que se despertaba en el Papa ante las dificultades. Todos los analistas señalan el viaje de marzo de 1983 a Nicaragua, como el más peligroso, ya que los sandinistas en el poder no deseaban su visita y los servicios de inteligencia estaban sobre aviso de un posible atentado. Le pidieron entonces a Juan Pablo II que él y su comitiva utilizaran chaleco antibalas. Él les respondió: “Si alguien del séquito quiere llevar chaleco antibalas es preferible que no me acompañe a esta visita. Estamos en manos de Dios y Él nos protegerá”. Conclusión, viajó sin chaleco y no sólo eso, sino que enfrentó durante una de las misas el acoso de los sandinistas.

            Juan Pablo II no tenía miedo, porque se entregaba a la voluntad de Dios y creía que todo dependía de Él, como afirmaba frecuentemente al repetir un dicho alemán: “Nada sucede por casualidad, todo procede de lo alto”. Con esa fortaleza y entrega radical a Cristo, con su palabra perseverante fue uno de los artífices de la caída del comunismo, tal como afirmara Michael Gorbachov al decir: “Yo no he sido el que ha acabado con el comunismo, sino Juan Pablo II”.

            Sí, entre las muchas virtudes heroicas del difunto Santo Padre, seguramente la valentía ocupe un lugar destacado. Valentía para obrar y para decir, descartando siempre la vía de la violencia y proponiendo el camino del diálogo. Como decía de él, el general Jaruzelski (dictador de Polonia en la época comunista): “Wojtyla era una rompehielos, es decir, un hombre capaz de romper los prejuicios de ambas partes”.

            Vaya pues, en este pequeño homenaje hacia una personalidad que no bastan las miles de páginas escritas sobre él para describirla, un recuerdo sobre aquellas primeras palabras de su Pontificado que nos siguen invitando, en medio de un mundo de dolor y sufrimiento, donde abundan también las situaciones de persecución a la Iglesia y a los cristianos, a que no tengamos miedo de anunciar a Cristo ni de abrirle las puertas de nuestro corazón para que venga y habite dentro.

jueves, abril 28

Mision Rio Villegas 2011 - Jueves Santo

“SIEMBREN LA SEMILLA DE LA PALABRA SIN PREOCUPARSE POR LA COSECHA, OTROS SE ENCARGARÁN DE ELLO”, nos dijo Bernardo con motivo de nuestra partida a misionar, a Río Villegas, Diócesis de Bariloche. Patagonia,  Argentina


Una tardecita caminábamos Patricia y yo a una casa, llevando la imagen de la Virgen de Guadalupe, que visitaba cada casa que quisiera recibirla. Cuando de repente alzo la vista y veo una flor.

Me detuve y sin dudarlo llamé a Blanca (ella es evangélica) que estaba adentro de su casa y le pedí si me regalaba la flor para ponerla en la capilla y le dijimos que íbamos hasta lo de Rosa y volvíamos enseguida.

A la vuelta,  nos salió al encuentro con la rosa colocada en un florerito.

Y nos contó que ese rosal se lo había regalado varios años atrás una misionera llamada Mercedes.

En este gesto se cumplían las palabras de Bernardo.

Hubo otros.

El Señor fue muy generoso.

Lo es eternamente



Hoy, Jueves Santo, se ha puesto a nuestros pies.

¡Somos seguidores de un Dios que se ciñe las vestiduras, nos lava los pies, nos besa!

Entrega su vida por todos

Y nos salva

Y nos da una nueva vida, ¡su Vida!

Para que tengamos vida, ¡para que seamos felices!

Muere entregando su espíritu

¡Y resucita glorioso!

Y nos envía en un mismo Espíritu

¡A proclamar el Reino de los cielos!


Esto es lo que creemos, esta es la fe de la Iglesia.

Este acto de amor es el que nos mueve y remueve.

Y cuanto nos arde el corazón

¡Ay de mí si no lo digo! gritó el profeta


Y nosotros, los locos que seguimos a Jesús

NO PODEMOS CALLAR.

Si lo hacemos, las piedras gritarán



Cuánto bien nos hace el Señor,

¿cómo le pagaremos?



Mariana Cecchi
Misionera de la Comunidad Santa María del Encuentro
Misión de Soledad Mariana


miércoles, abril 20

Queridos todos en Soledad Mariana:

Que seamos todos atraídos hacia el Amor del Crucificado y, alcanzados por la Misericordia del Padre, vivamos en el mismo Espíritu la comunión de los hermanos. Por esto los invito a transitar el camino de la Unidad en la diversidad del Amor haciendo nuevas todas las cosas.


Dirigiendo nuestras miradas hacia el Cristo Resucitado les deseo unas Felices Pascuas y que Dios los Bendiga, con cariño
                                                                                          Patricia Canullo
                                                                                     Coordinadora General

martes, abril 19

Misa de Alabanza

jueves, abril 14

Calcuta y Juan Pablo II, por Jesús María Silveyra

Les mando estos artículos que escribí en la revista de La Nación y en Valores Religiosos de Clarín.




Saludos
Jesús

jueves, abril 7

“En los jóvenes Dios nos ha demostrado el amor que nos tiene”

Misión de SM en Río Villegas – Diócesis de Bariloche.

Queridos todos en SM:

            Hace un tiempo que deseaba escribir y no me hacía el tiempo o no encontraba las palabras para compartir. Gracias a todos los que siempre nos motivan a compartir aquí o en otros ámbitos lo vivido. Sucede que a veces lo vivido es tan intenso o tan lleno de Dios y su misterio, que cuesta encontrar palabras que nos expresen. Al volver de la misión tuve la gracia de hacer mi retiro personal anual en la Trapa. Allí seguí esto que Bernardo nos compartía sobre las "consideraciones" de San Bernardo: este mirar nuestra historia con los ojos de Dios y contemplando su presencia y obrar en "toda" nuestra vida. Algo así hice con nuestra misión. Al llegar al monasterio me encuentro rezando "Nona" (oración de la Liturgia de las horas) y escucho un texto de la primera carta de Juan en boca de Padre Eduardo: "Dios nos ha demostrado el Amor que nos tiene…" (1 Jn 4, 9).  Y así toda esa tarde fui mirando cómo Dios nos demostró, nos manifestó su amor en la misión. En otro momento les contaré más sobre ello, ahora me voy a concentrar en los jóvenes 


            Hago pié en el compartir de Romina y Andrés. Ellos les contaron hace un tiempo la experiencia de la misión junto a los niños, y también junto a los jóvenes.

            La misión junto con los jóvenes, fue desde el primer año, un dejarnos "misionar" por Dios desde la realidad de ellos. Siempre lo viví como un camino de aprendizaje y "esfuerzo contemplativo" por estar en la sintonía y ritmo de Dios.  El primer año no esperábamos jóvenes, nos habían dicho que no vivían jóvenes allí. Pero como siempre "Dios nos sorprendió" y hubo algunos… Unos jugaban al Fútbol frente a la capilla, pero que no pisaban el templo ni en broma y por distintos motivos. Por tanto, sobre todo Diego y Andrés se dejaron enseñar por la Pedagogía de Jesús: "¿Qué buscan?" "Vengan y Vean" (Jn 1, 38), o "¿De qué hablaban en el camino?"  (Lc 24, 17). Así entramos sencilla y respetuosamente a "su mundo" y poco a poco los fuimos invitando a la "experiencia de Jesús"…
En el segundo año esto se profundizó y ahondó con fogones y encuentros en los que (si bien no querían entrar a la capilla o venir a las celebraciones) se animaban a rezar o cantar o simplemente estar en silencio frente al fuego. Allí descubrimos que era bueno hacer propuestas de modos sanos de divertirse, encontrarse y compartir sus vidas. "Si vamos a la Junta (encuentro del Río Manso y Río Villegas) en lo posible sin alcohol…". El mate, la guitarra, las canciones populares, el fuego, la escucha de sus silencios que hablan, algunos juegos y la "locura linda de algún animador de fogón", una procesión con la Virgen, nos unían y abría caminos de encuentro.

También les gustaba ayudarnos en las tareas de reparar cosas en la capilla o cortar el pasto: entre cables y martillos, entre pala y podadora los diálogos eran una "oportunidad y un regalo".  Hubo oración en los fogones y terminamos colocando en una "celebración" al "Cristo de la Soga" en esa cruz que ellos mismos colocaron y pintaron. Allí fue muy emotivo para nosotros.
       
     Durante este tercer año ya fuimos un poco más preparados y planificados, pero sin olvidar que Dios siempre sale con Sorpresa y Gracia desbordante en medio de nuestros planes.  Nos ayudó mucho rezar durante el año durante todo un encuentro de la comunidad misionera ¿Cómo miramos a los jóvenes? ¿Qué vemos en ellos? ¿Cómo nos miran ellos? Etc. Y luego se armó un equipo para llevar todo esto a la práctica (Diego y Meli, Andrés y Romina, Maira y yo). Toda una tarde hasta la cena viendo qué compartir con ellos, cómo seguir acercándonos y acercándolos a Jesús.

           
            Allí vimos que era bueno crear un espacio significativo y de referencia para ellos en el terreno de la Capilla: un lugar de encuentro. Y allí hacer nuestros fogones y ya no en la cancha de enfrente. Justo en ese lugar que les traían recuerdos dolorosos, este año hicimos tres fogones encuentros. La lluvia de los primeros cinco días nos aguó los planes y, al mismo tiempo, nos fue una "feliz excusa" para entrar al templo para hacer el encuentro. En estos encuentros cantamos canciones religiosas (que luego nos las pidieron grabadas porque les había gustado), jugamos, creo que Dios nos regaló la posibilidad de ser puentes entre las "cosas de Dios" y sus vidas… que anhelan misteriosamente a Él. Algunos de ellos son evangélicos e igualmente participaban de todo. Rezamos con la Palabra, con imágenes y nos compartieron vivencias fuertes, a veces dolorosas de sus vidas. Allí me sentí como Moisés ante la zarza ardiente "descalzo ante la tierra sagrada" de sus vidas. Hasta nos invitaron ellos una "cena fogón, un asado" y lo quisieron hacer en el lugar que habíamos preparado. Diego y Andrés no dejaron de acercarse al fútbol. Las más jóvenes de nuestra comunidad (Lucía y Cynthia) compartían como una más en estos encuentros.  Otros lo hacíamos desde el dialogo informal mientras trabajábamos en la capilla, o visitábamos sus casas… Si tuviera que encontrar una expresión que exprese sintéticamente el modo de estar con ellos y "acompañarlos" sería ésta: "pastoral de la amistad". Así llamaba el Beato Carlos de Foucauld a su modo de estar contemplativamente en y entre gente.

            Realmente Dios nos sorprendió, nos colmó, superó toda expectativa y despertó la Esperanza. Y termino como empecé, con la carta de Juan: ""Dios nos ha demostrado el Amor que nos tiene enviando al mundo a su Hijo único para que viviéramos gracias a Él". El lema de este año para la misión fue "…en un mismo Espíritu". "Dios permanece en nosotros y el amor de Dios ha llegado a su plenitud en nosotros. Reconocemos que está con nosotros y nosotros con Él porque nos ha hecho participar de su Espíritu". (1 Jn 4, 12 – 13). Y nosotros damos testimonio de ello; "Lo que existía desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que hemos contemplado y han palpado nuestras manos, es lo que les anunciamos: la Palabra de Vida. La Vida se nos manifestó… Lo que vimos y oímos se lo anunciamos también a ustedes para que compartan nuestra vida, nuestra comunión es con el Padre y con su Hijo Jesucristo. Les escribimos esto para que nuestra alegría sea completa". (1 Jn 1, 1-4). Así sea y Gracias!! 
Abrazo en la Guadalupana del Encuentro.

su hno
adrián  

           

Movimiento Soledad Mariana

"Soledad Mariana" es un Movimiento de espiritualidad mariana y contemplativa, fundado en la Argentina en 1973, por el monje trapense Bernardo Olivera, actual Abad del Monasterio Nuestra Señora de los Ángeles de Azul, provincia de Buenos Aires.