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domingo, abril 14

Francisco. Regina Coeli. (3er domingo de Pascua)


"ALEGRIA", de Teresa Piñero

Queridisimos todos.

Con inmensa alegría, les reenvio el mail que mandó Pablito, mi nieto, a todos los que rezaron por su salud durante estos meses.
¡Gracias a todos! los que se unieron a mi preocupación y rezaron conmigo por él.
Un beso grande.
Teresa


Gente querida, como están? Hoy me confirmaron que el Cáncer ya no está en mi cuerpo, que el tratamiento que hicimos durante el año pasado fue efectivo y que solo nos queda llevar un control cada 6 meses.  La verdad es que me siento más bien que nunca, ninguna secuela física, haciendo gimnasia y disfrutando de la vida.
Quiero agradecerte porque desde el día que nos enteramos de la enfermedad al  dia de hoy siempre me sentí acompañado por vos, recibí muchas fuerzas por parte de todos ustedes.
Hoy estoy viviendo una nueva vida, en un País diferente, con gente diferente, responsabilidades diferentes, ritmos diferentes.
Toda esta semana estuve pensando en que todo pasa por algo o mejor dicho detrás de cada mala noticia esta la buena, un claro ejemplo es lo que paso en Buenos Aires con las inundaciones, ver tanta gente colaborando, redes sociales plasmadas de cadenas, mensajes, etc., te hubieses imaginado lo solidario que es el pueblo Argentino? Capaz que nunca lo hubiésemos notado sino llegaban las inundaciones, parece que el  hombre necesita llegar al límite para darse cuenta de las cosas.
Mi enfermedad como siempre lo dije fue una oportunidad que Dios me dio para rehacer mi vida, necesitaba de la misma para poner fin a muchas cosas, estaba enceguecido. Gracias a la enfermedad descubrí una nueva vida.
De este último viaje la verdad es que me vuelo con un sentimiento de tristeza en mi interior, veo en muchos rostros que falta una sonrisa, una alegría, veo rostros cansados, enojados, sin ganas de vivir, las causas seguramente son muchas al igual que los motivos, pero la verdad que viéndolo desde afuera produce un impacto importante. Por eso quería invitarte a que reveas tu vida y descubras que es lo que te hace Feliz, que es lo que te alegra el alma, que te des cuenta que hoy la sociedad nos hace llenar de cosas materiales por un tiempo, cosas que no llenan a uno, cosas temporales y no profundas. A mí la vida me dio una nueva oportunidad pero no estoy seguro de que todos tengamos esa oportunidad. Yo creo que encontré  cual es el camino a la felicidad, anímate a encontrar el tuyo, no tengas miedo, de lo único que no se puede volver es de la muerte, y si seguimos con este ritmo de vida, la muerte no está muy lejos. Cuando quieras lo podemos charlar y ver de encontrar una solución juntos.
Estoy inmensamente agradecido por todo el apoyo recibido tanto a mí como a mi familia, ojala tuviera la oportunidad de poder abrazarte y decir GRACIAS.
No bajes los brazos, dale para adelante, la vida es una sola a DISFRUTARLAAAAAA…!!!!
                                                                                                              Pablito

jueves, abril 11

Mensaje de S.S. Francisco a la Ciudad y a la Arquidócesis de Buenos Aires







 Arzobispado de Buenos Aires

El Papa habla en español durante audiencia

 "Ser cristianos no es sólo cumplir los mandamientos"


Bernardo en "VIDAS CONSAGRADAS"...





Aca van los tres "links" del programa completo.


miércoles, abril 10

Francisco: "Vivamos como verdaderos hijos de Dios"





El Santo Padre dedicó la catequesis de la audiencia general de los miércoles al valor salvífico de la resurrección de Jesús. Después de haber recorrido la Plaza de San Pedro en automóvil descubierto y saludado a las miles de personas que aplaudían a su paso, el Papa explicó que la fe cristiana "se basa en la muerte y resurrección de Cristo, como una casa construida sobre los cimientos: si estos ceden, toda la casa se derrumba. En la cruz, Jesús se ofrece a sí mismo; tomando sobre sí nuestros pecados y descendiendo en el abismo de la muerte y en la resurrección los derrota, los elimina y abre el camino para renacer a una nueva vida". 

"Con la resurrección de Jesús -prosiguió- sucede algo absolutamente nuevo: somos liberados de la esclavitud del pecado y nos convertimos en hijos de Dios, somos engendrados a una nueva vida. ¿Cuando ocurre ésto? En el Sacramento del Bautismo que en la antigüedad, se recibía normalmente por inmersión... después del cual los bautizados salían de la pila y se ponían la nueva vestidura blanca, es decir nacían a una nueva vida, sumergiéndose en la muerte y resurrección de Cristo". 

"En la carta a los Romanos, dijo el Papa, San Pablo escribe: "Han recibido el Espíritu que los hace hijos adoptivos, por medio del cual exclamamos:" ¡Abba! Padre ". El Espíritu que recibimos en el bautismo nos enseña, nos empuja a llamar a Dios "Padre" o mejor. "Abbà" que significa "papá". Así es nuestro Dios: es un papá para nosotros. Este es el don más grande que recibimos del Misterio Pascual de Jesús. Dios nos trata como hijos, nos comprende, nos perdona, nos abraza, nos ama aun cuando nos equivocamos". 

Sin embargo, esta relación filial con Dios "no es como un tesoro que escondemos en un rincón de nuestras vidas: debe crecer, ser alimentada cada día con la escucha de su Palabra la oración, la participación en los sacramentos, sobre todo la Penitencia y la Eucaristía y la caridad". 

"¡Podemos vivir como hijos! Esta es nuestra dignidad, tenemos dignidad de hijos. Comportémonos como verdaderos hijos. Esto significa que cada día tenemos que dejar que Cristo nos transforme... significa tratar de vivir como cristianos, tratar de seguirle, incluso si vemos nuestras limitaciones y nuestras debilidades. La tentación de dejar de lado a Dios para ponernos a nosotros mismos en el centro nos acecha siempre... Por eso tenemos que tener el valor de la fe y no dejarnos llevar por la mentalidad de quien nos dice: "Dios no hace falta, no es importante para ti." 

"Al contrario, sólo comportándonos como hijos de Dios, sin desanimarnos por las caídas, sintiendo que nos ama nuestra vida será nueva, inspirada por la serenidad y la alegría. ¡Dios es nuestra fuerza! ¡Dios es nuestra esperanza!", enfatizó el Pontífice. 

"Nosotros somos los primeros que tenemos que mantenernos firmes en esta esperanza y ser un signo visible, claro y brillante para todos, señaló Francisco. 

"El Señor resucitado es la esperanza que no falla, que no defrauda. ¿Cuántas veces en nuestra vida las esperanzas se desvanecen? ¿Cuántas veces las expectativas de nuestros corazones no se hacen realidad? La esperanza de los cristianos es fuerte, segura, arraigada en esta tierra, donde Dios nos llamó a caminar, y está abierta a la eternidad, porque está fundada en Dios, que es siempre fiel... Ser cristiano no se reduce a seguir unos mandamientos: quiere decir estar en Cristo, pensar, actuar y amar como Él, es dejar que él tome posesión de nuestra vida y la cambie, la transforme, para liberarla de la oscuridad del mal y del pecado". 

"A quien nos pide dar cuenta de la esperanza que hay en nosotros, mostrémosle a Cristo Resucitado y hagámoslo con el anuncio de la Palabra, pero sobre todo con nuestra vida de resucitados. Mostremos la alegría de ser hijos de Dios, que nos da la libertad de vivir en Cristo, que es la verdadera libertad, la de la esclavitud del mal, del pecado y de la muerte! Miremos a la patria celestial y así tendremos una nueva luz y más fuerza en nuestras tareas y esfuerzos diarios. Es un valioso servicio que tenemos que prestar a este mundo nuestro que a menudo ya no es capaz de levantar la mirada hacia arriba, hacia Dios", concluyó el Papa su catequesis.+ 

AICA - Agencia Informativa Católica Argentina

El Papa habla en español en la audiencia de miércoles



Por primera vez durante la audiencia pública de los miércoles, Francisco habló en español, idioma que uso junto el italiano para saludar a las cerca de 40.000 personas de todo el mundo presentes en la plaza de San Pedro en el tradicional encuentro semanal con los fieles.


Papa habla en español en audiencia de miércoles
Desde su elección el pasado 13 de marzo, el pontífice argentino Jorge Mario Bergoglio sólo había hablado en italiano, con la excepción del día en que saludó a los periodistas de todo el mundo que siguieron el cónclave, cuando pronunció una frase suelta en español.

En las dos audiencias públicas hasta ahora celebradas (la de hoy es la tercera), Francisco sólo uso el italiano, incluso cuando saludó a los fieles españoles y latinoamericanos y resumió la catequesis, lo que desilusionó a muchos de los presentes, que querían escuchar en español al primer papa Latinoamericano.

Hasta ahora, tras la catequesis, Benedicto XVI pronunciaba un resumen de la misma en diferentes idiomas (español, francés, inglés, alemán, polaco y de los países del este europeo) y saludaba a los fieles de esas naciones en su idiomas, incluso en árabe.

Hoy el papa Bergoglio saludó en italiano a los fieles presentes de lengua portuguesa, francesa, inglesa, alemana, polaca, árabe e italiana, menos cuando saludó a los latinoamericanos, que lo hizo en español, levantado los aplausos de los fieles.

Entre los presentes se encontraba los miembros del club Atletico San Lorenzo de Almagro, de Buenos Aires, el equipo de fútbol preferido del pontífice.

Cuando se dirigió a ellos y dijo "saludo al grupo del Club Atlético San Lorenzo de Almagro, de Buenos Aires" agregó con una amplia sonrisa: "eso es muy importante".

El texto pronunciado por el papa Bergoglio en español fue el siguiente:

"Queridos hermanos y hermanas:

Deseo reflexionar sobre el valor salvífico de la Resurrección de Jesús, en la que se funda nuestra fe y por la que hemos sido liberados del pecado y hechos hijos de Dios, generados a una vida nueva.

Éste es el don más grande que recibimos del Misterio Pascual de Cristo. Dios nos trata como hijos, nos comprende, nos perdona, nos abraza y nos ama aun cuando nos equivocamos.

Esta relación filial con el Señor debe crecer, ser alimentada cada día con la escucha de su Palabra, la oración, la participación en los Sacramentos y la práctica de la caridad. Comportémonos como hijos de Dios, sin desanimarnos por nuestras caídas, sintiéndonos amados por Él, sabiendo que Él es nuestra fuerza.

Ser cristianos no se reduce sólo a cumplir los mandamientos, es ser de Cristo, pensar, actuar, amar como Él, dejando que tome posesión de nuestra existencia para que la cambie, la trasforme, la libere de las tinieblas del mal y del pecado.

A quien nos pida razón de nuestra esperanza, mostrémosle a Cristo Resucitado y hagámoslo con el anuncio de la Palabra, pero sobre todo con nuestra vida de resucitados".

Tras el resumen de la catequesis añadió:

"Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española, provenientes de España, Argentina, México y los demás países latinoamericanos.

En particular, al grupo de las diócesis de Galicia, con sus Obispos, así como a los sacerdotes del curso de actualización del Pontificio Colegio Español, y al grupo del Club Atlético San Lorenzo de Almagro, de Buenos Aires. Eso es muy importante.

Invito a todos a dar testimonio del gozo de ser hijos de Dios, de la libertad que da el vivir en Cristo, que es la verdadera libertad. Muchas gracias"

Regina Coeli 7/4/2013


lunes, abril 8

Jesús como con Tomás nos tiene paciencia



Homilía del papa Francisco 

Misa de posesión de la catedral de Roma

FRANCISCO47
Roma, 07 de abril de 2013 (Zenit.org)

Queridos hermanos y hermanas:
Con gran alegría celebro por primera vez la Eucaristía en esta Basílica Lateranense, catedral del Obispo de Roma. Saludo con sumo afecto al cardenal vicario, a los obispos auxiliares, al presbiterio diocesano, a los diáconos, a las religiosas y religiosos y a todos los fieles laicos. (Aquí nombró también a la familia que le saludó).
Caminemos juntos a la luz del Señor resucitado. Celebramos hoy el segundo domingo de pascua, también llamado «de la Divina Misericordia». Qué hermosa es esta realidad de fe para nuestra vida: la misericordia de Dios. Un amor tan grande, tan profundo el que Dios nos tiene, un amor que no decae, que siempre aferra nuestra mano y nos sostiene, nos levanta, nos guía.
En el Evangelio de hoy, el apóstol Tomás experimenta precisamente esta misericordia de Dios, que tiene un rostro concreto, el de Jesús, el de Jesús resucitado. Tomás no se fía de lo que dicen los otros apóstoles: «Hemos visto el Señor»; no le basta la promesa de Jesús, que había anunciado: el tercer día resucitaré.
Quiere ver, quiere meter su mano en la señal de los clavos y del costado. ¿Cuál es la reacción de Jesús? La paciencia: Jesús no abandona al terco Tomás en su incredulidad; le da una semana de tiempo, no le cierra la puerta, espera. Y Tomás reconoce su propia pobreza, la poca fe: «Señor mío y Dios mío»: con esta invocación simple, pero llena de fe, responde a la paciencia de Jesús. Se deja envolver por la misericordia divina, la ve ante sí, en las heridas de las manos y de los pies, en el costado abierto, y recobra la confianza: es un hombre nuevo, ya no es incrédulo sino creyente.
Y recordemos también a Pedro: que tres veces reniega de Jesús precisamente cuando debía estar más cerca de él; y cuando toca el fondo encuentra la mirada de Jesús que, con paciencia, sin palabras, le dice: «Pedro, no tengas miedo de tu debilidad, confía en mí»; y Pedro comprende, siente la mirada de amor de Jesús y llora. Qué hermosa es esta mirada de Jesús, cuánta ternura.
Hermanos y hermanas, no perdamos nunca la confianza en la paciente misericordia de Dios. Pensemos en los dos discípulos de Emaús: el rostro triste, un caminar errante, sin esperanza. Pero Jesús no les abandona: recorre a su lado el camino, y no sólo. Con paciencia explica las Escrituras que se referían a Él y se detiene a compartir con ellos la comida.
Éste es el estilo de Dios: no es impaciente como nosotros, que frecuentemente queremos todo y enseguida, también con las personas. Dios es paciente con nosotros porque nos ama, y quien ama comprende, espera, da confianza, no abandona, no corta los puentes, sabe perdonar. Recordémoslo en nuestra vida de cristianos: Dios nos espera siempre, aun cuando nos hayamos alejado. Él no está nunca lejos, y si volvemos a Él, está preparado para abrazarnos.
A mí me produce siempre una gran impresión releer la parábola del Padre misericordioso, me impresiona porque me infunde siempre una gran esperanza. Pensad en aquel hijo menor que estaba en la casa del Padre, era amado; y aun así quiere su parte de la herencia. Se va, lo gasta todo, llega al nivel más bajo, muy lejos del Padre; y cuando ha tocado fondo, siente la nostalgia del calor de la casa paterna y vuelve.
¿Y el Padre? ¿Había olvidado al Hijo? No, nunca. Está allí, lo ve desde lejos, lo estaba esperando cada día, cada momento: ha estado siempre en su corazón como hijo, incluso cuando lo había abandonado, incluso cuando había dilapidado todo el patrimonio, es decir su libertad; el Padre con paciencia y amor, con esperanza y misericordia no había dejado ni un momento de pensar en él, y en cuanto lo ve, todavía lejano, corre a su encuentro y lo abraza con ternura, la ternura de Dios, sin una palabra de reproche: Ha vuelto.Esa es la alegría del padre, en el abrazo del hijo está toda la alegría.
Dios siempre nos espera, no se cansa. Jesús nos muestra esta paciencia misericordiosa de Dios para que recobremos la confianza, la esperanza, siempre. Romano Guardini decía que Dios responde a nuestra debilidad con su paciencia y éste es el motivo de nuestra confianza, de nuestra esperanza. Es como un diálogo entre nuestra debilidad y la paciencia de Dios. Si está este diálogo hay esperanza.
Quisiera subrayar otro elemento: la paciencia de Dios debe encontrar en nosotros la valentía de volver a Él, sea cual sea el error, sea cual sea el pecado que haya en nuestra vida. Jesús invita a Tomás a meter su mano en las llagas de sus manos y de sus pies y en la herida de su costado.
También nosotros podemos entrar en las llagas de Jesús, podemos tocarlo realmente; y esto ocurre cada vez que recibimos los sacramentos. San Bernardo, en una bella homilía, dice: «A través de estas hendiduras, puedo libar miel silvestre y aceite de rocas de pedernal, es decir, puedo gustar y ver qué bueno es el Señor».
Es precisamente en las heridas de Jesús que nosotros estamos seguros, ahí se manifiesta el amor inmenso de su corazón. Tomás lo había entendido. San Bernardo se pregunta: ¿En qué puedo poner mi confianza? ¿En mis méritos? Pero «mi único mérito es la misericordia de Dios. No seré pobre en méritos, mientras él no lo sea en misericordia. Y, porque la misericordia del Señor es mucha, muchos son también mis méritos». Esto es importante: el coraje de confiarme a la misericordia de Jesús, de confiar en su paciencia, de refugiarme siempre en las heridas de su amor.
San Bernardo llega a afirmar: «Y, aunque tengo conciencia de mis muchos pecados, si abundó el pecado, más desbordante fue la gracia». Tal vez alguno pudiese pensar: mi pecado es tan grande, mi lejanía de Dios es como la del hijo menor de la parábola, mi incredulidad es como la de Tomás; no tengo las agallas para volver, para pensar que Dios pueda acogerme y que me esté esperando precisamente a mí. Pero Dios te espera precisamente a ti, te pide sólo el coraje de regresar a Él.
Cuántas veces en mi ministerio pastoral me han repetido: «Padre, tengo muchos pecados»; y la invitación que he hecho siempre es: «No temas, ve con Él, te está esperando, Él hará todo». Cuántas propuestas mundanas sentimos a nuestro alrededor. Dejémonos sin embargo aferrar por la propuesta de Dios, la suya es una caricia de amor. Para Dios no somos números, somos importantes, más aún, somos lo más importante que tiene; aun siendo pecadores, somos lo que más le importa.
Adán después del pecado sintió vergüenza, se ve desnudo, siente el peso de lo que ha hecho; y sin embargo Dios no lo abandona: si en ese momento, con el pecado, inicia nuestro exilio de Dios, hay ya una promesa de vuelta, la posibilidad de volver a Él. Dios pregunta enseguida: «Adán, ¿dónde estás?», lo busca. Jesús quedó desnudo por nosotros, cargó con la vergüenza de Adán, con la desnudez de su pecado para lavar nuestro pecado: sus llagas nos han curado.
Acordaos de lo de san Pablo: ¿De qué me puedo enorgullecer sino de mis debilidades, de mi pobreza? Precisamente sintiendo mi pecado, mirando mi pecado, yo puedo ver y encontrar la misericordia de Dios, su amor, e ir hacia Él para recibir su perdón.
En mi vida personal, he visto muchas veces el rostro misericordioso de Dios, su paciencia; he visto también en muchas personas el coraje de entrar en las llagas de Jesús, diciéndole: Señor estoy aquí, acepta mi pobreza, esconde en tus llagas mi pecado, lávalo con tu sangre. Y he visto siempre que Dios lo ha hecho, ha acogido, consolado, lavado, amado.
Queridos hermanos y hermanas, dejémonos cubrir por la misericordia de Dios; confiemos en su paciencia que siempre nos concede tiempo; tengamos el valor de volver a su casa, de habitar en las heridas de su amor dejando que Él nos ame, de encontrar su misericordia en los sacramentos. Sentiremos su ternura, tan bella, sentiremos su abrazo y seremos también nosotros más capaces de misericordia, de paciencia, de perdón y de amor.

domingo, abril 7

"No debemos tener miedo de vivir como cristianos" FRANCISCO


Movimiento Soledad Mariana

"Soledad Mariana" es un Movimiento de espiritualidad mariana y contemplativa, fundado en la Argentina en 1973, por el monje trapense Bernardo Olivera, actual Abad del Monasterio Nuestra Señora de los Ángeles de Azul, provincia de Buenos Aires.