viernes, diciembre 7
lunes, diciembre 3
viernes, noviembre 30
María Guadalupe Verdini..., por Leandro Verdini
Ayer (29 de noviembre de 2012) nació María Guadalupe. Se apuró en venir, pero está muy bien.
Algunos amigos me pidieron fotos, acá les envío
El poema final es parte del "Soneto enamorado" de Francisco Luis Bernardez, un verso romántico, que le dedica un papá enamorado:
Esta mujer que siente lo que siente
y está sangrando por mi propia herida
tiene la forma justa de mi vida
y la medida de mi pensamiento.
Cuando me quejo, es ella mi querella,
y cuando callo, mi silencio es ella,
y cuando canto, es ella mi canción.
Cuando confío, es ella la confianza,
y cuando espero, es ella la esperanza,
y cuando vivo, es ella el corazón.
Participación de Victoria Carbó
Con mucho cariño, les mandamos a todos los queridos que conforman la siempre presente SOLEDAD MARIANA!!!,la participación del casamiento de Cata e Ignacio.Fuerte Abrazo Victoria y AlejandrO.
miércoles, noviembre 28
Jesus Silveyra nos envía el Documento de los Obispos
Reflexiones de los obispos al acercarnos a la Navidad

Creemos en Jesucristo, Señor de la historia
Tengan un mismo amor, un mismo corazón, un mismo pensamiento…
Que cada uno busque no solamente su propio interés, sino también el de los demás1
Que cada uno busque no solamente su propio interés, sino también el de los demás1
El Año de la fe que hemos iniciado nos convoca a renovar nuestra fe en el Dios vivo y verdadero con una conciencia agradecida por el don recibido. Desde los orígenes de nuestra nacionalidad la fe cristiana fue transmitida en el ejercicio de la misión de la Iglesia, en el seno de las familias y por medio de sus proyecciones en la cultura de nuestro pueblo. Por eso, damos gracias por la fe de tantos argentinos que, a lo largo de nuestra historia, han sido testigos del Evangelio y ciudadanos ejemplares.
El centro de la fe cristiana es Jesucristo el Hijo de Dios hecho hombre, nuestro hermano y nuestro Redentor que nos ha revelado el amor del Padre y nos ha comunicado el Espíritu Santo, fuente de renovación y de unidad.
El centro de la fe cristiana es Jesucristo el Hijo de Dios hecho hombre, nuestro hermano y nuestro Redentor que nos ha revelado el amor del Padre y nos ha comunicado el Espíritu Santo, fuente de renovación y de unidad.
Al profesar con alegría y entusiasmo la fe expresamos nuestro deseo de difundirla y compartirla, de encarnarla en nuestra vida y en todas sus manifestaciones. Benedicto XVI al invitarnos a celebrar este tiempo de conversión, de reflexión sincera y de nueva adhesión al Señor nos ha recordado que la fe no puede quedar recluida en lo íntimo del corazón, sino que tiene una dimensión pública: requiere ser manifestada con coherencia en nuestras opciones temporales2.
Jesucristo, Señor de la historia, te necesitamos
Invocamos a Jesucristo como Señor de la historia, y reconocemos que tenemos necesidad de Él, de su luz, de su perdón y de su gracia, para edificar la comunidad humana en la verdad, la justicia y el amor, según el plan de Dios. Varias veces, haciéndonos eco de una convicción ampliamente extendida, hemos afirmado que nos encontramos sumidos en una profunda crisis moral, que revela que la fe no impregna plenamente nuestro estilo de vida. Lo manifestamos en la oración que rezamos por la patria, al decir: Nos sentimos heridos y agobiados.
Esta dolorosa situación se refleja en todos los órdenes de la vida nacional. Podemos salir de ella mediante la conversión a Dios, el único Señor, abandonando el pecado y asumiendo el compromiso de cumplir sus mandamientos: "amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma, con todo tu espíritu y con todas tus fuerzas… Amarás a tu prójimo como a ti mismo"3 . Este doble mandamiento del amor inspira el ejercicio de la justicia, que es la virtud básica de la vida social.
Invocamos a Jesucristo como Señor de la historia, y reconocemos que tenemos necesidad de Él, de su luz, de su perdón y de su gracia, para edificar la comunidad humana en la verdad, la justicia y el amor, según el plan de Dios. Varias veces, haciéndonos eco de una convicción ampliamente extendida, hemos afirmado que nos encontramos sumidos en una profunda crisis moral, que revela que la fe no impregna plenamente nuestro estilo de vida. Lo manifestamos en la oración que rezamos por la patria, al decir: Nos sentimos heridos y agobiados.
Esta dolorosa situación se refleja en todos los órdenes de la vida nacional. Podemos salir de ella mediante la conversión a Dios, el único Señor, abandonando el pecado y asumiendo el compromiso de cumplir sus mandamientos: "amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma, con todo tu espíritu y con todas tus fuerzas… Amarás a tu prójimo como a ti mismo"3 . Este doble mandamiento del amor inspira el ejercicio de la justicia, que es la virtud básica de la vida social.
Queremos ser nación
Como señala Benedicto XVI, en este Año "será decisivo volver a recorrer la historia de nuestra fe, que contempla el misterio insondable del entrecruzarse de la santidad y el pecado"4 .
Estas palabras del Santo Padre nos interpelan, especialmente cuando miramos la vida de nuestra patria. Así como hemos dado gracias por la fecundidad de la fe en Argentina, también nos sentimos movidos a un examen de conciencia, a la conversión y a una purificación del corazón.
La patria es un don de Dios confiado a nuestra libertad. Un regalo que debemos cuidar y perfeccionar5 . Es esperanzador constatar que, no obstante tantas dificultades, sigue vivo en el alma de nuestro pueblo el deseo de ser nación y de construir juntos un proyecto de país.
La fe nos alienta a revisar nuestra vida personal y social a la luz de Jesucristo. Él es la Verdad que nos hace libres. El encuentro con el Señor despierta en el corazón del hombre aquellas energías espirituales y morales que necesitamos para fortalecer nuestro compromiso ciudadano. Aspiramos a ser una nación cuya identidad sea la pasión por la verdad y el compromiso por el bien común.
Con todos los discípulos misioneros de Jesús en Argentina ya estamos transitando los caminos de la nueva evangelización. Como pastores renovamos nuestro compromiso con el anuncio del Evangelio. Es el principal servicio que podemos ofrecerle a la sociedad argentina.
Danos la valentía de la libertad de los hijos de Dios, para amar a todos sin excluir a nadie
El Hijo de Dios, al encarnarse, tomó la condición de servidor6 . En este Año de la fe, Él nos invita a ser plenamente libres, haciéndonos como Él servidores los unos de los otros, superando tanto el egoísmo, como actitudes meramente partidistas.
Todos los habitantes de nuestra patria necesitan sentirse respaldados por una dirigencia que no piense solo en sus propios intereses, sino que se preocupe prioritariamente por el bien común. "La felicidad está más en dar que en recibir"7 .
Recordamos, una vez más, que este servicio al bien común requiere una dedicación generosa a promover la dignidad de nuestros hermanos más pobres en su vida personal y familiar, para que sean protagonistas de su propio desarrollo integral. La educación y el trabajo siguen siendo los instrumentos que les permiten a las personas y a las comunidades ser artífices de su propio destino.
Los obispos argentinos, reunidos en nuestra 104 Asamblea Plenaria, hemos repasado con honda preocupación algunos síntomas de la persistencia de esta crisis moral y cultural. Compartimos algunos de ellos:
1. La dignidad de la vida desde la concepción hasta su término natural es la base de todos los derechos humanos. Reiteramos, una vez más, que el ordenamiento jurídico debe respetar el derecho a la vida.
2. La familia, fundada sobre el matrimonio entre varón y mujer, es un valor arraigado en nuestro pueblo. Anterior al estado, es la base de toda la sociedad y nada puede reemplazarla. Vemos con preocupación una corriente cultural y un conjunto de iniciativas legislativas que parecen soslayar su importancia o dañar su identidad.
3. Los padres son los primeros responsables de la educación de sus hijos. Tienen el derecho de que el sistema educativo no les imponga contenidos contrarios a sus convicciones morales y religiosas. Deseamos que toda la sociedad tome una mayor conciencia de la necesidad de mejorar el sistema educativo, de modo tal, que los más pobres sean sus principales beneficiarios. La necesaria preparación para la vida cívica de niños y jóvenes debe excluir la politización prematura y partidista de los alumnos.
4. Constatamos una angustia generalizada en nuestro pueblo por la vida de los jóvenes. Es enorme la cantidad de ellos que no estudian ni trabajan: ésta es una de las hipotecas sociales más desafiante para los argentinos.
5. La droga se extiende por el crecimiento del crimen del narcotráfico y la red de complicidades que lo sustentan. Pensamos que ésta es una de las causas principales de la proliferación del delito y de la consiguiente inseguridad.
6. A casi treinta años de la democracia, los argentinos corremos el peligro de dividirnos nuevamente en bandos irreconciliables. Se extiende el temor a que se acentúen estas divisiones y se ejerzan presiones que inhiban la libre expresión y la participación de todos en la vida cívica.
Como señala Benedicto XVI, en este Año "será decisivo volver a recorrer la historia de nuestra fe, que contempla el misterio insondable del entrecruzarse de la santidad y el pecado"4 .
Estas palabras del Santo Padre nos interpelan, especialmente cuando miramos la vida de nuestra patria. Así como hemos dado gracias por la fecundidad de la fe en Argentina, también nos sentimos movidos a un examen de conciencia, a la conversión y a una purificación del corazón.
La patria es un don de Dios confiado a nuestra libertad. Un regalo que debemos cuidar y perfeccionar5 . Es esperanzador constatar que, no obstante tantas dificultades, sigue vivo en el alma de nuestro pueblo el deseo de ser nación y de construir juntos un proyecto de país.
La fe nos alienta a revisar nuestra vida personal y social a la luz de Jesucristo. Él es la Verdad que nos hace libres. El encuentro con el Señor despierta en el corazón del hombre aquellas energías espirituales y morales que necesitamos para fortalecer nuestro compromiso ciudadano. Aspiramos a ser una nación cuya identidad sea la pasión por la verdad y el compromiso por el bien común.
Con todos los discípulos misioneros de Jesús en Argentina ya estamos transitando los caminos de la nueva evangelización. Como pastores renovamos nuestro compromiso con el anuncio del Evangelio. Es el principal servicio que podemos ofrecerle a la sociedad argentina.
Danos la valentía de la libertad de los hijos de Dios, para amar a todos sin excluir a nadie
El Hijo de Dios, al encarnarse, tomó la condición de servidor6 . En este Año de la fe, Él nos invita a ser plenamente libres, haciéndonos como Él servidores los unos de los otros, superando tanto el egoísmo, como actitudes meramente partidistas.
Todos los habitantes de nuestra patria necesitan sentirse respaldados por una dirigencia que no piense solo en sus propios intereses, sino que se preocupe prioritariamente por el bien común. "La felicidad está más en dar que en recibir"7 .
Recordamos, una vez más, que este servicio al bien común requiere una dedicación generosa a promover la dignidad de nuestros hermanos más pobres en su vida personal y familiar, para que sean protagonistas de su propio desarrollo integral. La educación y el trabajo siguen siendo los instrumentos que les permiten a las personas y a las comunidades ser artífices de su propio destino.
Los obispos argentinos, reunidos en nuestra 104 Asamblea Plenaria, hemos repasado con honda preocupación algunos síntomas de la persistencia de esta crisis moral y cultural. Compartimos algunos de ellos:
1. La dignidad de la vida desde la concepción hasta su término natural es la base de todos los derechos humanos. Reiteramos, una vez más, que el ordenamiento jurídico debe respetar el derecho a la vida.
2. La familia, fundada sobre el matrimonio entre varón y mujer, es un valor arraigado en nuestro pueblo. Anterior al estado, es la base de toda la sociedad y nada puede reemplazarla. Vemos con preocupación una corriente cultural y un conjunto de iniciativas legislativas que parecen soslayar su importancia o dañar su identidad.
3. Los padres son los primeros responsables de la educación de sus hijos. Tienen el derecho de que el sistema educativo no les imponga contenidos contrarios a sus convicciones morales y religiosas. Deseamos que toda la sociedad tome una mayor conciencia de la necesidad de mejorar el sistema educativo, de modo tal, que los más pobres sean sus principales beneficiarios. La necesaria preparación para la vida cívica de niños y jóvenes debe excluir la politización prematura y partidista de los alumnos.
4. Constatamos una angustia generalizada en nuestro pueblo por la vida de los jóvenes. Es enorme la cantidad de ellos que no estudian ni trabajan: ésta es una de las hipotecas sociales más desafiante para los argentinos.
5. La droga se extiende por el crecimiento del crimen del narcotráfico y la red de complicidades que lo sustentan. Pensamos que ésta es una de las causas principales de la proliferación del delito y de la consiguiente inseguridad.
6. A casi treinta años de la democracia, los argentinos corremos el peligro de dividirnos nuevamente en bandos irreconciliables. Se extiende el temor a que se acentúen estas divisiones y se ejerzan presiones que inhiban la libre expresión y la participación de todos en la vida cívica.
Concédenos la sabiduría del diálogo
Toda sociedad tiene conflictos. La democracia, tal como lo refleja la doctrina social de la Iglesia, no se construye agudizándolos, sino concretando los ideales de una verdadera amistad social.
Algunas sombras nos han perseguido a lo largo de nuestra historia, que en distintos momentos han acentuado su intensidad e impedido una vigencia más plena del orden democrático. Una es el excesivo caudillismo, que atenta contra el desarrollo armónico de las instituciones, acentúa su deterioro y menoscaba la autonomía de cada uno de los poderes del estado, tanto en el orden nacional como provincial. Esto es particularmente delicado cuando se trata de la independencia del Poder Judicial.
Otra sombra es la oposición entre las visiones unitaria y federal de la nación, la cual se extendió fuertemente en los albores de nuestra patria, e intermitentemente se manifiesta en distintos momentos de la historia. Cuando en nuestra oración por la patria decimos que queremos ser nación expresamos un anhelo claramente manifiesto en nuestra Constitución. Queremos ser una nación basada efectivamente en un sistema republicano, representativo y federal.
Llegando la Navidad los argentinos debemos recordarnos la deuda pendiente de nuestra reconciliación. Se hace cada vez más necesario generar contextos de encuentro, de diálogo, de comunión fraterna que nos permitan reconocernos y tratarnos como hermanos, aborre-ciendo el odio y construyendo la paz.
El niño que María recuesta en el pesebre es el Señor de la historia. A Él volvemos a dirigirle nuestra plegaria: "Jesucristo, Señor de la historia, te necesitamos…" A la Virgen María, Nuestra Señora de Luján, le confiamos nuestras inquietudes y ponemos en sus manos nuestras esperanzas.
Toda sociedad tiene conflictos. La democracia, tal como lo refleja la doctrina social de la Iglesia, no se construye agudizándolos, sino concretando los ideales de una verdadera amistad social.
Algunas sombras nos han perseguido a lo largo de nuestra historia, que en distintos momentos han acentuado su intensidad e impedido una vigencia más plena del orden democrático. Una es el excesivo caudillismo, que atenta contra el desarrollo armónico de las instituciones, acentúa su deterioro y menoscaba la autonomía de cada uno de los poderes del estado, tanto en el orden nacional como provincial. Esto es particularmente delicado cuando se trata de la independencia del Poder Judicial.
Otra sombra es la oposición entre las visiones unitaria y federal de la nación, la cual se extendió fuertemente en los albores de nuestra patria, e intermitentemente se manifiesta en distintos momentos de la historia. Cuando en nuestra oración por la patria decimos que queremos ser nación expresamos un anhelo claramente manifiesto en nuestra Constitución. Queremos ser una nación basada efectivamente en un sistema republicano, representativo y federal.
Llegando la Navidad los argentinos debemos recordarnos la deuda pendiente de nuestra reconciliación. Se hace cada vez más necesario generar contextos de encuentro, de diálogo, de comunión fraterna que nos permitan reconocernos y tratarnos como hermanos, aborre-ciendo el odio y construyendo la paz.
El niño que María recuesta en el pesebre es el Señor de la historia. A Él volvemos a dirigirle nuestra plegaria: "Jesucristo, Señor de la historia, te necesitamos…" A la Virgen María, Nuestra Señora de Luján, le confiamos nuestras inquietudes y ponemos en sus manos nuestras esperanzas.
104ª Asamblea Plenaria
Año de la Fe. Adviento 2012
_________________
1. Flp 2,2.4
2. Benedicto XVI, Porta fidei 10
3. Mc 12,30-31
4. Benedicto XVI, Porta fidei 13
5. Cf. CEA, Hacia un Bicentenario en justicia y solidaridad 11
6. Cf. Flp 2,7
7. Hch 20,35
2. Benedicto XVI, Porta fidei 10
3. Mc 12,30-31
4. Benedicto XVI, Porta fidei 13
5. Cf. CEA, Hacia un Bicentenario en justicia y solidaridad 11
6. Cf. Flp 2,7
7. Hch 20,35
Retiro en Salta
Movimiento Soledad Mariana – Salta
Retiro de Adviento 2012
Lugar: Huerto de los Olivos
Día: Sábado 1 de diciembre, 2012
Horario: 8,30 hs. a 15,00 hs.
Almuerzo: Por favor traer bebidas
Traer: Biblia y algo para anotar
Costo: $ 50,-
¡Muchas Gracias y los esperamos!
Equipo coordinador
lunes, noviembre 26
El Card. Bergoglio invita a seguir orando
...por la paz en Medio Oriente
El arzobispo de Buenos Aires y primado de la Argentina, cardenal Jorge Mario Bergoglio SJ, invitó este viernes a continuar orando por la paz en Medio Oriente, como lo pide el Santo Padre Benedicto XVI. Esta vez la oración será el próximo martes 27 de noviembre a las 20 en el Gran Templo de Paso (Paso 423, del barrio porteño de Once). En tanto, el miércoles 5 de diciembre, la oración por la paz se hará en una mezquita. ¨Convocamos a todos los hombres de buena voluntad a rezar y desear la paz a nuestros hermanos que sufren el flagelo del enfrentamiento y la desolación¨, subraya la invitación. ¨De esta manera reafirmamos nuestro anhelo de paz, bien supremo reconocido en las Escrituras de las tres religiones del Libro¨, agrega. El pasado miércoles, el cardenal Bergoglio reunió a referentes judíos, islámicos y cristianos en una oración común en la catedral metropolitana, donde resonó la frase del papa Pablo VI: "Todo se pierde con la guerra, todo se gana con la paz".
El arzobispo de Buenos Aires y primado de la Argentina, cardenal Jorge Mario Bergoglio SJ, invitó este viernes a continuar orando por la paz en Medio Oriente, como lo pide el Santo Padre Benedicto XVI.
Esta vez la oración será el próximo martes 27 de noviembre a las 20 en el Gran Templo de Paso (Paso 423, del barrio porteño de Once).
En tanto, el miércoles 5 de diciembre, la oración por la paz se hará en una mezquita.
"Convocamos a todos los hombres de buena voluntad a rezar y desear la paz a nuestros hermanos que sufren el flagelo del enfrentamiento y la desolación", subraya la invitación.
"De esta manera reafirmamos nuestro anhelo de paz, bien supremo reconocido en las Escrituras de las tres religiones del Libro", agrega.
El pasado miércoles, el cardenal Bergoglio reunió a referentes judíos, islámicos y cristianos en una oración común en la catedral metropolitana, donde resonó la frase del papa Pablo VI: "Todo se pierde con la guerra, todo se gana con la paz".
El purpurado porteño pidió entonces que esa frase "nos acompañe, la llevemos a casa en el corazón y se haga oración. Oración que construya, oración que acerque, oración que interceda por todos aquellos que están sufriendo el flagelo de la enemistad y de la guerra. Todo se pierde con la guerra, todo se gana con la paz".
domingo, noviembre 25
La alabanza, por Martín Serantes
La alabanza
La Iglesia nos enseña : ¿Qué es la oración de alabanza?
La alabanza es la forma de oración que, de manera más directa, reconoce que Dios es Dios; es totalmente desinteresada: canta a Dios por sí mismo y le da gloria por lo que Él es. (Compendio del Catecismo de la Iglesia Católica, 556).
Hay muchas maneras de alabar a Dios. Me quiero referir en estas líneas a dos de ellas:
1. La alabanza que viven los monjes y monjas en los conventos de clausura.
Siete veces al día se reúnen los monjes y monjas para alabar a Dios. Desde la primera hora de maitines, mucho antes del amanecer, hasta completas con que se cierra el día.
En estas horas litúrgicas se cantan los salmos de la Biblia. También hay cánticos, lectura de la Palabra, enseñanzas de los padres y del Magisterio, oraciones, etc. Es de una riqueza infinita, herencia de siglos de oración.
2. La alabanza espontánea. El Espíritu Santo ha inspirado en estos tiempos de la Iglesia, este modo de alabanza. Especialmente este modo de alabar se ve entre los más humildes, pero la verdad, es que desde ellos llega a toda la Iglesia. Pienso que como dicen muchos dentro de la Iglesia, el Espíritu está suscitando entre nosotros una nueva unción, una nueva Presencia Suya. Y esto se ve especialmente en la alabanza que brota espontáneamente del corazón. Esto trae consigo una renovación de la vida espiritual. También esta forma de orar despierta en nosotros distintos carismas, dones para el servicio de los demás.
Recuerdo una experiencia muy sencilla de este tipo de alabanza espontánea que viví hace unos quince años en Villa Tesei. Esto fue antes de que comenzáramos a celebrar Misas de alabanza y sanación. Recuerdo que todos los viernes nos reuníamos un pequeño grupo de SM en la Parroquia "Cristo Obrero". Entre los presentes recuerdo a Marcela y a Francis que ya están alabando al Señor cara a cara. Este grupito se reunió durante tres años todos los viernes a la tarde a adorar a Jesús en la Eucaristía con esta oración espontánea. Y Francis decía que nunca se había interrumpido, ni siquiera por las fiestas de fin de año. Recuerdo que mientras ellas alababan al Señor yo me iba atrás de la Iglesia a confesar. Y desde allí las miraba. Me parecía todo humanamente muy pobre, y al mismo tiempo, me parecía maravillosamente espiritual. Me parecía contemplar una riqueza difícil de explicar. Y me sentía inmensamente feliz.
Hace tiempo que quería escribir estas líneas sobre la alabanza. Algo tan simple, tan hondo, tan pleno.
Qué el Espíritu nos llene del don de la alabanza y que unidos a María cantemos su Magníficat, el Magníficat de la humanidad.
un abrazo grande Martín
domingo, noviembre 18
Fiesta en Soledad Mariana
Queridos amigos:
Invitamos a todos que reserven en sus agendas el dia 15 de Diciembre .
Ese día a las 11hs en la Parroquia Santa Rita de Boulogne celebraremos la misa en la cual el Movimiento, nosotros, renovamos la Alianza de pertenencia total, absoluta y sin reservas a Maria.
También será el envío de nuestros queridos misioneros a Río Villegas.
También será el envío de nuestros queridos misioneros a Río Villegas.
Después tendremos un encuentro fraterno en lo de Mendizabal.
En una próxima carta irán los detalles.
Un abrazo a todos y a cada uno
Mercedes Serantes
(Coord. Gral)
Invitación del Cardenal Bergoglio a unirse en oración por Medio Oriente
Arzobispado de Buenos Aires
OFICINA DE PRENSA
Ante el clima de tensión y situaciones de violencia que se están viviendo en Medio Oriente en estos meses, y de modo especial en los últimos días, el Arzobispo de Buenos Aires Cardenal Jorge Mario Bergoglio sj, invita al pueblo de Dios de la ciudad de Buenos Aires, a los hermanos creyentes y no creyentes, a unirse en oración y ardientes deseos de paz, el próximo miércoles 21 de noviembre a las 18.30 en la Catedral Metropolitana.
Animados por las palabras del Papa Benedicto XVI llamando a la paz en Medio Oriente, exhortamos a todos aquellos hombres y mujeres de buena voluntad a rezar y a desear la paz a nuestros hermanos que sufren el flagelo del enfrentamiento y la desolación.
Buenos Aires, 16 de noviembre de 2012
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Movimiento Soledad Mariana
"Soledad Mariana" es un Movimiento de espiritualidad mariana y contemplativa, fundado en la Argentina en 1973, por el monje trapense Bernardo Olivera, actual Abad del Monasterio Nuestra Señora de los Ángeles de Azul, provincia de Buenos Aires.