Muy Querida
familia en Soledad Mariana:
Luego de la
compartida de Malena sobre la lindísima experiencia vivida junto a la querida comunidad
de Soledad Mariana en México, me toca a mí compartirles sobre mi
visita-encuentro con la comunidad de Soledad Mariana en Lima, Perú.
Con los corazones contentos del "precioso encuentro vivido con los hermanos de México" salimos con Tena desde el aeropuerto de DF, México, el sábado 11 de mayo. Por la noche, bastante tarde,
aterrizamos en Lima. Gracias a Dios tuvimos un buen viaje. Desde allí con la
buenísima organización que la caracteriza a Tena, partimos hacia la casa de
Milagros, su hija, donde ella está viviendo y que le hizo
lugar a esta amiga de su mamá. Allí viví durante toda la semana de estadía. Le
agradezco mucho a Milagros su generosa hospitalidad que claramente hace honor a
la calidez tan propia de su madre. Y de paso les recuerdo que Milagros, es la
hija de Tena por la que tanto rezamos en su operación de la cabeza, felizmente
está bien y estable, igualmente deberá pasar por exámenes médicos en un par de
meses, les comento esto para que nos sigamos acordando de ella en nuestras
oraciones y siga mejorando cada vez más.
Y aquí les
hago una pequeña narración que por supuesto quedará corta de los gozosos
encuentros vividos con nuestros tan queridos hermanos de Perú.
Tuvimos
tres encuentros grupales en los que así pude de esta manera conocer y compartir
con toda la comunidad de soledad mariana. Siguiendo las indicaciones de Killy y
según lo que cada coordinadora de los grupos sugería, nos abocamos a ahondar en
diferentes aspectos que ofrece nuestra espiritualidad como ayuda al
autoconocimiento.
El primer Encuentro fue el lunes 13 de mayo, fiesta de nuestra Madre
de Fátima, por la mañana, en una casa de religiosas. Fue una media jornada que
terminó a las 14hs. con misa celebrada por el padre Lucho que felizmente pudo
estar presente en algunos ratos. Tuvimos la alegría de compartir con:
Carmencita Ortiz, Elia y Teresita, no videntes, ¡Tere una gran musiquera! nos
acompañó todo el encuentro con su alegre canto y acordeón; también estaban Ingrid
y Eliana (hijas del grupo de las marianitas), Florcita, Martita, María Ester, Tena,
Alicia, Ivo y Carmen Dulude quien está de coordinadora en este tiempo.
Verdaderamente, me sentí en mi casa, compartiendo, como hermanos que somos, nuestro
caminar y profundizar en el autoconocimiento de manera contemplativa y mariana.
A medida que fuimos trabajando la primera parte de la ejercitación de
autoconocimiento, se fue dando un profundo intercambio de parte de todos los
presentes haciéndonos preguntas, y compartiendo con confianza experiencias que
iban sirviendo de ayuda e iluminación a todos. Gozamos en todo momento y no
dudo que crecimos un poquito más en todo lo que reflexionamos. Al final Carmen
Dulude les compartió el regalo de la Imagen de Guadalupe bendecida y enviada
por Bernardo, ante la cual se sintieron muy agradecidos y emocionados de
recibirla!
Ya se iban a ocupar de enmarcarla ¡cuidadosamente!
Segundo Encuentro: fue en la casa de Carmencita Ortiz.
Aquí fue un encuentro con el grupo que le llaman “San Rafael”. Está integrado
por señoras de la comunidad de Chorrillos, además de Ingrid, Eliana, Enriqueta
y Juanita. Este grupo está trabajando las ejercitaciones del segundo
ciclo, acompañadas por Carmencita Ortiz y Carmen Dulude. Por supuesto, me encantó
conocer a las de Chorrillos y encontrarla a Enriqueta que el día anterior,
fiesta de la Virgen de Fátima, había sido su cumpleaños ¡número 95! Un alegrón
verla con su ¡maravillosa juventud! participando con atención y vitalidad. Por
propuesta de Carmencita Ortiz, continuamos con el trabajo de autoconocimiento,
enfocándonos especialmente sobre el aspecto de la humildad como nos enseña
Bernardo en la carta de Despojo.
Gracias a esta reflexión, nos renovamos
también en nuestros deseos de crecer en la verdadera contemplación que nos
invita María nuestra Madre. Carmencita Ortiz, toda una anfitriona al recibirnos! atenta a todos los momentos y detalles. ¡Fue otra reunión de Cariño y Alegría!!
Tercer Encuentro: por último nos encontramos con el
Grupo “Para Cristo”, en la casa de Martita Becerra. Como verán en la foto, de
izquierda a derecha les nombro a todos los que estuvieron: Nata, María Ester,
Aida y Alfonso, Carmencita Ortiz, Alicia, Martita, Ivo, Enriqueta y Juanita, en
la fila de abajo están Queti, Carmen Dulude, Flor, Rochi y Tena. En este
encuentro seguimos trabajando autoconocimiento, pero esta vez desde la profundización
y renovación de nuestra ascesis. De vuelta, encontré el intercambio profundo ¡de
todos! unido a el deseo y búsqueda por continuar creciendo en nuestro seguir a
Jesús en María. También estuvieron presentes nuestros cantos tan propios y que
hacen sentirnos “Un Solo Corazón en María de san José”, con entusiasmo al
empezar, pedido por todos, nos acompañó María Guadalupana y como cierre María
Soledad.
Martita, otra anfitriona llena de delicadezas, preparó una mesa plena de dulces proponiendo cantar feliz cumpleaños a los tres que habíamos cumplidos
en este mes. Enriqueta, Ivo y la que les habla. ¡Bien cariñosos todos!
No me
alcanzan las palabras para decirles los muchísimos detalles que fueron teniendo
cada uno conmigo en sus atenciones y expresiones.
¡Los hermanos de Perú, como
así también lo recibo de parte de nuestros hermanos en México, tienen la común
característica de la humilde alegría llena de afecto y cariñosas atenciones!
Además de estos
encuentros comunitarios, tuve oportunidades de otros más personales y así también ¡llenos de fraterno cariño!
Pudimos felizmente vernos con Carmen Dulude, quien me recibió amorosamente dos veces en su casa, tuvimos un aprovechado y lindísimo espacio de compartida con ella y su hijo sobre la vida cotidiana, proyectos y deseos.
No pudo faltar el encuentro con la querida Queti, generosamente también y junto con Tena, se hizo un espacio en medio de su trabajo y compartimos un almuerzo largo en fraterna y amistosa conversación.
Otro
momento fue cuando, llevada por Tena, visitamos a Aida y Alfonso Velez,
con
quienes también gocé de escucharlos, contándome como fueron sus inicios en Soledad
Mariana y tantas cosas más por las que nos reímos y emocionamos. Tuvimos un lindísimo desayuno en un bar junto al padre Lucho y Tena, el tiempo nos quedó corto por lo ¡tanto compartido! Nos vimos también con la tan cariñosa, Aidita Velez, acompañada por Tena, fuimos a su casa y, como si nos viéramos todos los días, tuvimos
un profundo compartir que junto a la oración dejó el deseo, de seguir renovándose en estos encuentros orantes.
Pude estar con Martita quien también me recibió en su casa llena de
afecto, ambas compartimos hondamente sobre la vida y deseos en este andar mariano y contemplativo tras los pasos de Jesús.
Así estuve por el centro histórico, donde
Tena me acompañó a visitar los lugares de San Martín de Porres y Sta.Rosa de
Lima.
Sus hijos y nieto, tan cariñosos también, en los huecos que Tena encontraba
y organizaba, me llevaron a conocer diferentes lugares de la ciudad, el parque
de las Aguas que es bellísimo, las ruinas de Pachacamac, espacio arqueológico muy
interesante para entender un poco más las raíces peruanas, unas pequeñas y pintorescas poblaciones pesqueras en la playa. Como verán ¡no fue nada desaprovechado esta
visita peruana!
Sé que siempre
quedan cortas las palabras para expresar tanto recibido. Por encima de todo y
todos lo más importante para mí es dar un GRACIAS INMENSO A DIOS POR HACERNOS
FAMILIA, HIJOS Y HERMANOS en nuestra querida SOLEDAD MARIANA.
Las visitas
a los distintos lugares donde, encontrados, vamos animándonos a crecer en esta
vida contemplativa mariana, siempre tienen el mismo sello, es el sello de lo
fraterno y la comunión profunda mariana. En medio de la intensa vida cotidiana
que nos toca vivir en estos tiempos, esa comunión se hace certeza en los
encuentros del cara a cara de unos y otros, fortaleciéndonos en el entusiasmo a
seguir en el cada día con Jesús y María de san José.
¡Muchas
Gracias por tanto recibido queridos hermanos de Perú!
¡Muchas Gracias querida Killy por posibilitarme esta preciosa visita a
Perú!
Que la
comunión orante, mariana y contemplativa siga siendo nuestra fortaleza, corazón
y ánimo para continuar esta preciosa aventura de deseantes en fe enamorada con
Ella hacia Dios.
María Nougués