Gracias al generoso envío de Bernardo, podemos compartir su "esquema" para la homilía de la Vigilia Pascual recién celebrada en la Trapa.
Pecesitos
de Cristo
1. Introducción
-La psicología nos enseña que la comunicación
humana se basa principalmente en dos tipos de lenguaje: el
lenguaje verbal y el no-verbal.
-Y
el lenguaje no-verbal ocupa un 70 % de nuestra comunicación (pensemos en
las expresiones del rostro y la gesticulación...).
-De igual modo la Liturgia comunica su
mensaje con dos formas de lenguaje:
-El
lenguaje verbal: por medio de palabras, por ejemplo “Aleluia,
Aleluia”
-El
lenguaje no-verbal: por medio de signos, gestos, movimientos,
ritos...
-La Liturgia es simbólica: celebramos
el misterio simbólicamente; La liturgia se realiza por signos sensibles, con los
que la fe se alimenta, se robustece y se expresa.
-La Vigilia y el Tiempo pascual son
ricos en signos: Luz, Fuego, Agua, Pan, Vino, Cera...
-Prestemos
atención esta noche... al signo del Agua.
2. Cuerpo
2.1. El símbolo del agua
-El agua, como signo es polivalente,
puede remitir a: sed saciada, manchas purificadas, fuerza hidráulica,
inundación... frescura... vida...
-La experiencia corriente nos facilita
una primera respuesta, el agua es algo vital: allí donde
hay agua hay vida:
-Cuando
se detecta agua en un desierto, se sabe que hay posibilidades de vida.
-Cuando
pasan semanas y meses sin llover, sabemos que la sequía tornará todo lo
verde en marón amarillento y finalmente, en tierra.
-Cuando
en tiempo de sequía comienza a llover, se sabe que las pasturas y
cosechas están salvadas.
-Cuando
nos manchamos con cierto tipo de productos sabemos que se limpia con
agua fría.
-El lenguaje bíblico nos ofrece otra
respuesta que nos remite a la trascendencia: el agua es signo
del Espíritu Vivificador de Jesucristo, recordemos:
-Si
alguno tiene sed venga a mí y beba... de mi seno correrán ríos de agua viva...
y lo decía refiriéndose al Espíritu que iba a entregar (Jn.8:37-38).
-De
su costado (abierto) manó sangre y agua (Jn.19:34).
-En
el sacramento del bautismo, renacemos del agua y del Espíritu
(Jn.3:5).
2.2. El agua bautismal
-El agua, principalmente forma parte
esencial del rito sacramental del bautismo. Y esto principalmente con dos de sus
sentidos:
-Purificación:
el bautismo borra nuestro pecado de origen... purificando así nuestras almas.
-Nacimiento:
a la nueva vida que nos trae Jesucristo mediante su Espíritu.
-La aspersión de la comunidad
con agua bendecida en esta Vigilia Pascual, al igual que la sana costumbre de “santiguarse”
con agua bendita al entrar en la Iglesia, son recuerdos simbólicos del
Bautismo.
-Cuando estas realidades espirituales
se ignoran u olvidan, nos puede suceder lo que le sucedió
a aquel paisano mal catequizado que: viendo a la gente que entraba en la
iglesia poner la mano en la pila de agua bendita y luego llevar la mano a la
cara para persignarse... hizo él lo mismo... pero no sólo la puso... sino que
revolvió el agua... y sacándola frustrado exclamó: “¡se llevaron el puchero y
me dejaron el mero caldo!”
3. Conclusión
-La Iglesia, madre y maestra, por medio del
símbolo litúrgico del agua nos está enseñando dos cosas importantes para
nuestra vida de creyentes:
-El
agua del bautismo y la aspersión con agua bendita cuando
renovamos nuestras promesas bautismales: nos santifican con el Espíritu
santificador y purifican nuestras almas.
-Que la Pura y Santa Virgen María, Madre de Dios, nos
ayude a preparar nuestros corazones para recibir fecundamente el agua purificadora
y santificadora el Espíritu, y ser así “pecesitos” de Cristo.
¡Aleluia, Aleluia!
Bernardo,
5 de Abril de 2015