Querida Familia, hoy 24 de marzo se realiza en varios países la Jornada de oración y ayuno en memoria de los
Misioneros Mártires
Nos dice el
papa Francisco en su mensaje de Twitter
“Recordamos a los numerosos
hermanos y hermanas cristianos que sufren persecuciones a causa de su fe.
Estamos unidos a ellos.”
Cada 24 de marzo se realiza esta
jornada en varios países y diócesis, la fecha fue elegida por el Movimiento de
Jóvenes de la Obras Misionales Pontificias de Italia recordando que ese mismo
día del año 1980 fue asesinado Mons. Oscar Arnulfo Romero, Arzobispo de San
Salvador, quien fue beatificado el 23 de mayo de 2015.
Este año para la animación
misionera de la Jornada, se propone un gesto de solidaridad, espiritual y
material, hacia Siria, atormentada por la guerra. En este día se recuerda a los mártires de ayer
y hoy, los mártires de resonancia mundial como Mons. Romero y aquellos menos
conocidos como el P. Ragheed Ganni, el joven sacerdote católico caldeo,
asesinado en Mosul el 3 de junio de 2007 al finalizar la Misa, que por cierto
no buscaba la fama de héroe mientras continuaba sirviendo a Cristo y anunciando
el Evangelio cada día. Como también los 28 agentes pastorales asesinados en año
pasado, la Iglesia se detiene en una Jornada de oración y ayuno para no olvidar
a estos cristianos que amaron hasta el extremo. (Radio Vaticana)
Meditando en esta jornada me
vino al corazón estas palabras de la carta “Solidaridad y Misión” donde
Bernardo nos dice:
“Los verdaderos profetas son los místicos que se han
encontrado con el Padre Dios, y los genuinos místicos son los profetas que
conviven y sirven a sus hermanos. No hay profecía sin contemplación ni contemplación
sin profecía. Sin contemplación del Dios Amor no hay liberación en el Dios
Salvador y sin liberación por el Dios Salvador no hay contemplación en el Dios
Amor.
En la soledad mística de una vida en Dios descubrimos la
dignidad absoluta de todo el hombre y de todos los hombres, y esta soledad se
expande y realimenta en la solidaridad profética de una vida con Dios en
defensa de los derechos inalienables de las personas y sociedades humanas”
Haciendo también memoria de nuestros queridos hermanos
mártires trapenses de Argelia y tantos otros que se nos han hecho cercanos en
la propia vida, le doy gracias a Dios por ellos y su testimonio que nos anima a
seguir crecientes en la fidelidad al Evangelio de nuestro Señor Jesucristo.
Como dice el papa Francisco; “dar la vida es
entregarla en ese silencio de la vida cotidiana poco a poco” Que Ella Madre de
los contemplativos nos regale a toda Soledad Mariana su “Contemplación Solidaria
y Liberadora.” (carta XXV Bernardo Olivera)
Mis saludos a todos encontrados siempre en el corazón de María de San José
María N.
Les comparto este video publicado en
radio Vaticana