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domingo, octubre 4

La Misión de Nuestra Virgen de Luján; por María Nouguès



Madre de Luján


¡¡Gracias por la fe de nuestro pueblo!!






Querida Madre de Luján,
Madre de nuestra Patria argentina, aquí tienes a tus hijos...
en ellos, que caminan en busca de nuevos pasos...
está representado todo el pueblo.
Sí nuestra tierra necesita renovarse...
necesita encontrar tu Mirada para empezar a ver con tus propios Ojos!!!
Madre recibe en tu corazón Inmaculado a este pueblo que te busca
muchos corazones con historias heridas...
muchos solitarios que buscan aprender de tu soledad solidaria...
muchos solidarios que caminan en tu fortaleza...
tantos que mueven sus pasos con deseos de algo nuevo que posibilite esperanza...
y tantos otros que marchan por los muchos otros que no pueden y
caminan alegres contagiando amor-humor-música de Dios por las rutas...
¡Bendita peregrinación que anticipa y enseña la propia de cada día!
Bendito Signo de Fe que reúne libertades en un mismo camino... ¡juntos hacia la Madre!
En el codo a codo caminantes hacia el cara a cara con el Hijo
que los espera junto a su Madre.
Por eso te cantamos... a Ti Nuestra

VIRGEN DE LUJAN


Madrecita de ternura, Virgencita lujanera,
vos que sos la mensajera
que anuncia la salvación,
Dándole fuerza y valor al corazón peregrino
Vení a abrirnos el camino para llegar hasta Dios.

Sos en este pueblo humilde
como la luz de los ojos
lleno tu poncho de abrojos
porque en el querés estar
no nos dejes olvidar
cuando luchamos a oscuras,
que vos sos la Virgen Pura,
nuestra Madre popular.

Vos sos Madre de los pobres
porque pobre fue tu vida
Viste abrirse como herida tu corazón de dolor,
Al ver a tu Hijo y Señor, elevado en el madero
Vos diste otro sendero para darnos salvación.
Mestiza, Virgen Morena,
madre del pueblo argentino
Apurá nuestro destino, traénos liberación.
Hacé caso a este clamor que generoso se alza
María, Madre de Dios, sostené nuestra esperanza

Movimiento Soledad Mariana

"Soledad Mariana" es un Movimiento de espiritualidad mariana y contemplativa, fundado en la Argentina en 1973, por el monje trapense Bernardo Olivera, actual Abad del Monasterio Nuestra Señora de los Ángeles de Azul, provincia de Buenos Aires.