Queridos Hermanos y Amigos de Soledad Mariana.
Promedia ya un mes de lo que vivimos la comunidad de Soledad Mariana México... ¡Sí! Transcurridos 6 años del primer Encuentro de Soledad Mariana en el Monasterio Trapense de Ciudad Hidalgo en México, nos hemos conocido y reconocido como una Comunidad que recorre unida este camino de espiritualidad mariana y contemplativa.
Cada año es una nueva fiesta que podríamos afirmar sin temor, que se trata de un nuevo Caná en el que María vuelve a decirle a Jesús... "se han quedado sin vino" y el Señor llena estos "odres" con su Mejor Vino, pero sobre todo con su Nuevo Vino. Y nuestros corazones se ensanchan y se amalgaman embriagados por la alegría de ser hermanos sin fronteras, que vamos en María con el Hijo, por el Espíritu Santo al Padre. Nuestra fe se enamora y espera feliz con la certeza de que el Hijo de Dios hecho Hombre está vivo, se quedó entre nosotros y no cejará de convertir el agua en Vino, para nosotros, cada vez que María se lo pida. ¡Hay! ¡Si pudiera no perder de vista esto cada vez que una preocupación "vacía" mi cabeza de lo verdaderamente importante!
Pero volviendo al principio. Les contaba... Hace un mes fue nuestra reunión "anual" en México y estabamos... de Mexico DF: Guille y Rodolfo (también Rony que si bien no fue estuvo presente ayudándonos y facilitando el encuentro); de La Piedad: Raquel, Teresa y Eleazar con su hija Itzel, Hortensia y Ester; el Bajío: María Elena y Lucha; Rodolfo y Estela con su hija Claudia y su nieta Estelita; Rincón de San Jerónimo: Rosita y Hna. Aurora. Además estuvieron presentes en nuestro corazón y en nuestras oraciones los que no pudieron ir esta vez pero que también son parte de esta hermosa comunidad y Killy y Mercedes que se hicieron presentes a través de Internet.
Nos reunimos el viernes al mediodía y a las 15.00 hs. comenzamos nuestro Retiro-Encuentro: Ratos de Oración, Silencio y Compartir fueron llevándonos a la meta propuesta desde el inicio: ¿Se sienten invitados a hacer la Alianza en María? ¿La hacemos?
Así, dinámicas, películas, ¡juegos!, trabajos personales y grupales nos llevaron a conocer y acercarnos más aún a nuestra Madre querida que sale al encuentro como en la Visitación..., como en el Tepeyac..., hoy también para cada uno de nosotros. ¡Tiene tanto para darnos! Sus brazos extendidos aguardan nuestro "sí" que le permita cuidarnos y conducirnos.
Y lo que empezó cómo una propuesta terminó concretándose en una Alianza grupal y de cada uno ofrecida en la misa del domingo 6 de julio. ¡qué lindo regalo para la virgencita! Como un ramo de dieciseis flores de todos colores y tipos ofrecido y entregado a las manos de María.
Después de la Eucaristía, en el oratorio de la hospedería del Monasterio, cada uno y con todos como testigos unidos en oración fue diciendo su oración personal.
Finalmente la fiesta y celebración de lo vivido.
¡Gracias María de Guadalupe! ¡Gracias México! ¡Gracias hermanos del Tepeyac! La alegría continúa y la fiesta se prolonga en cada nuevo encuentro y especialmente en cada Eucaristía.
¿Qué sigue ahora? ¡...en María de Guadalupe!
Malena