¿Se acuerdan que un 17 de agosto les pedí oraciones por una nieta mía que se había accidentado gravemente?
Pues bien, gracias a tantas oraciones pidiendo por su salud, el Señor que es rico en misericordia, se acordó de Teresita y la curó.
Y ahora soy yo la que no pide, sino agradece.
Queridos todos:
¡Muchas gracias por ser tan generosos y rezar por alguien que no conocían! ¡Muchas gracias por ayudarnos en el dolor de la familia y a ella, mi nieta, ayudarla con la oración!
¡Muchas gracias por estar atentos a los demás!
¡Muchas gracias por el ejemplo que me han dado de amistad, solidaridad, lealtad, generosidad y constancia!
No duden queridos amigos que en estos meses yo he cambiado, y son todos ustedes los que me han ayudado a crecer en aceptación, amor y agradecimiento.
Teresita está próxima a ser dada de alta, camina normalmente, y ha vuelto a sonreír a la vida.
Les envío a cada uno de ustedes, a los que conozco y a los que no, mi agradecimiento, que se convierte en oración por todos.
Los abraza en el Señor Jesús y a través de nuestra madre María.
¡Gracias otra vez!
Marcela Despontin de Romat
24 octubre 2013