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miércoles, agosto 7

Papa Francisco. -¿Lo mirás a los ojos? ¿le tocás la mano?






¡Compartimos la alegría del Encuentro!


Algo Más de nuestra Visita Misionera en Río Villegas

Creo que esta charla comienza al lado del fuego, sí, al lado de una cargada salamandra que arde y arde y, que de tanto en tanto la alimenta una mano conocedora del tema…como si el mismo Espíritu hubiera encendido y mantuviera vivo ese fuego…todos los fuegos…

Como uds. saben, y si no se los cuento, nosotros los misioneros somos expertos en pedir leña (jajaja), pero no en prender leños como los lugareños y por eso nos hacen bromas, además de por nuestras muuuchas capas de ropa.  

Bueno, la historia que quiero contarles tiene que ver con esto del fuego, pero es un fuego distinto, un fuego que no se apaga, como en casa de Gladys y Víctor o en casa de Constancio y Chichita o casa de Laura o Tamara (con chimenea nueva…) un fuego distinto de este, pero igual, loca razón que solo el Espíritu puede hacer…
Encender, mantener y permanecer... y nosotros tenemos quizás un poco que ver con eso… ¿seremos leña? ¿combustible? No sé, solo puedo decirles que ellos nos esperan año a año o mejor: estación a estación, como quien espera la leña seca, quizás con la avidez del que tiene frío y quiere refugiarse junto al hogar encendido. 

No se puede medir la fe, pero sí la confianza y el afecto con que somos recibidos, hasta los nuevos como yo, con una calidez fraterna. Es tema para otra “carta” pero sí es para no olvidar, se siente que nos reconocen y recuerdan como a hermanos que vivimos lejos, como a viejos conocidos, que para ser personas del sur, calladas, ensimismadas, esto es mucho y mucho regalo de ellos y del Padre  Dios.

No es presuntuoso de nuestra parte, y menos de la mía indigna de ser siquiera leñita seca del costado del camino... pero sí, estoy segura, que el Espíritu nos ha encendido-los ha encendido y nos envía, delante suyo… anunciando la luz.

Todo esto viene a que cuando llegamos este invierno a las casas, para sorpresa nuestra, en cada visita, nos contaban con inmensa alegría como habían vivido la noticia del nuevo papa Francisco, y como muchos, nos habían recordado en ese momento... (María, tiempo atrás, nos había dicho que Francisco nos iba a abrir el camino…) pero creo que ni ella lo imaginaba así, ¿o si?

Mientras nos contaban todo lo que habían visto, no faltó quien dijera que nos habían buscado entre la gente de la plaza, la noche de la vigilia o entre la gente que festejaba a Francisco Papa.
Bueno, Francisco estaba en sus bocas y en sus almas, y ahora se lo dejábamos como estampa para sus casas... (y también compartimos una emotiva tarde de videos sobre el Papa)
Creo que ahora puedo unir más las ideas primeras: el fuego del Espíritu, Francisco, nuestros hermanos de Villegas y nosotros… misioneros… de la luz, del Fuego del Espíritu…

Si ellos pudieron unirnos a la Iglesia feliz por Francisco, orante en la plaza; creo que es porque el fuego queda encendido en cada misión y que seguro echamos algo de leña al fuego, en cada misión… pero estoy segura que el Espíritu sopla para que se encienda la llama y es Él quien la cuida… y casi me atrevo a decir que nos llama a misionar para misionarnos a nosotros… para que no se apague nuestro fuego inicial…

Gracias a Él que nos mantiene el fuego y que atiza de vez en cuando mis pobres brasas…

En Él me despido y en Él confío.
                                                                Graciela Cañas

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¡Chicos! ¿se acuerdan como se llamaba la mula del Curita Brochero? Me sonrío recordando este momento y sus chispeantes ojos, luego de haber compartido un rato de imágenes sobre la historia del próximo beato cordobés a un pequeño grupo de grandes y chicos en la capilla de Villegas…

La noche que llegamos al paraje con Graciela, entre risas y rosario en los labios, entre la fría oscuridad y el barro, nos costó arrastrar por el camino de entrada el peso de las cosas que llevábamos… Cosas, que para nosotros son como promesa de Dios ya que se trata de todo lo preparado con el corazón y la mente para entregar a nuestros amigos que nos esperan… 

Y es así… como después viene el regalo del Gozo, en el uso de todo lo llevado, viendo como cada cosa cumple su objetivo, el cañón, la notebook, papeles y tanto más: son medios de esta “visita encuentro” para seguir despertando fe y esperanza en fraterna comunidad… semillas de vida.

Querida Familia de Soledad Mariana. ¡Gracias una vez más por el apoyo y la sólida comunión de intercesión! cada visita es un paso de confianza, de renovación, de continuar y de seguir preguntándonos ¿cómo seguimos? María sigue siendo Nuestra Madre Guía… el último día, pudimos hacer un Encuentro de Mujeres en la capilla,  donde previamente el Mono nos  había preparado el calor del espacio animando el fuego de la pequeña salamandra.  La reunión coincidió con el día del Amigo… Hablamos de lo que nos significa una amistad, y así lo llevamos a  nuestra Amistad-Fe en Jesús Amigo… terminamos con María, la mujer Plena de Fe en cada paso de su vida.

Concluyendo y comentando sobre este “buen rato compartido” se oyó una suave y firme voz de una de ellas que dijo: “para hacer estas reuniones es cuestión de decisión, yo me doy cuenta uno tiene que decidirse y no estar tan agarrado a lo que tiene que hacer”. 

Para mí fue una nueva “semilla de vida agradecida a Dios”.
María

Movimiento Soledad Mariana

"Soledad Mariana" es un Movimiento de espiritualidad mariana y contemplativa, fundado en la Argentina en 1973, por el monje trapense Bernardo Olivera, actual Abad del Monasterio Nuestra Señora de los Ángeles de Azul, provincia de Buenos Aires.