COMPARTIENDO LA SEXTA MISIÓN EN RÍO VILLEGAS… para leer de a poquito…
Querida Soledad Mariana: aquí algunos de la comunidad misionera hemos escrito unas líneas sobre nuestra experiencia de misión vivida el pasado enero en el paraje de Río Villegas.
Por diferentes y variadas circunstancias ocurrió, a último momento, que de los 17 que íbamos a ir terminamos pudiendo ir solo nueve. Los cuales estuvimos todos presentes los diez días que nos comprometimos a estar, entre el 14 y el 25 de enero. Aquí van algunas compartidas…
Queridos hermanos/as:
La Misión, como cada año, es la misma y es nueva! Dios nos sorprende siempre y nos invita a una contemplación misionera que transforma nuestros planes y proyectos según el ritmo del Corazón de Dios. La Misión es rica de experiencias es difícil elegir qué compartir.
SALIDA…Salir de sí (de nuestros deseos, nuestros proyectos, nuestras familias, barrios, descansos, de nuestros “temas personales”, nuestro ritmo y forma. Salir cada día, intentar ir a los más lejanos o distantes. Salir que también implica “saber recibir y hospedar”.
ENCUENTRO…Toda misión es un encuentro. Ensayamos (en el sentido más hondo de esta experiencia) el encuentro entre nosotros durante el año, con algunos de ellos siempre desde la intercesión.
· Encontrándonos: en lo cotidiano y todo lo que desafía nuestra diversidad a la cotidianeidad; encuentros en los tres grandes momentos de oración comunitaria: Oración del mañana, la Eucaristía, a la noche. Momentos de encuentros y reencuentros, fiesta, perdón y reconciliación. Encuentros en los silencios de escucha, alabanza e intercesión. Encuentros en la fraterna recreación (juegos, mates, distensión, vida compartida junto al río). Recordemos el relato de San Antonio del Desierto (ejercitación de Ascesis – Bernardo).
· Encuentro con la gente del lugar: con sus dolores, heridas, discusiones y luchas, ritmo y cultura, sentimientos y búsquedas, sus alegrías y los pasos de crecimiento, sus reclamos…con… con sus VIDAS.
· Encuentros como Iglesia: en las visitas de distintos sacerdotes, monjes agustinos (de El Bolsón), laicos de la fraternidad de los monjes, el Obispo nuevo de Bariloche con su cercanía y sencillez.
ALEGRÍA…: de prepararnos, de llegar, y encontrarnos…somos sus “hermanos” y se van tejiendo lazos de amistad. La alegría de visitarlos, encontrarnos en torno al mate y de orar lo que van viviendo, sufriendo o soñando. La alegría que les contagia el Papa Francisco. Y todo vuelve a comenzar… Alegría. Salir. Encontrar. ¡Es la experiencia de lo que Dios hace con nosotros! Él nos dice: “Amigos, yo estoy entre ustedes” (lema del 2014)
La misión siempre fue distinta; pero este año, en mí, tuvo una fuerza, energía y una gracia particular que me sorprendió. Creo que el testimonio y palabra del Papa Francisco (todo lo que Dios está haciendo por medio de él) me encendieron, me empujaron, me descentraron, me alentaron, me pusieron palabras donde antes no las tenía, escucha y paciencia en medio de mi ansiedad, me dieron paz, humor y serenidad… Un día al rezar solo junto al río, con el mate y la Palabra (1 Sam3, 3-10.19) escribí: “El protagonista de hoy es TU PALABRA… que Samuel ESCUCHA, SIRVE Y ANUNCIA. Somos llamados a ser PUENTES de la PALABRA entre la orilla humana (tocando misericordiosamente los límites) y la orilla de Dios (dejándonos tocar siempre por su Infinita Misericordia)”. Abrazo en la Madre de la Alegría del Evangelio.
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En esta misión la pasé muy lindo.
Me gustó convivir con la gente y comunicarme con ellos.
Me gustó el paisaje, ¡el río!
Me encontré con mucha gente a la que quiero mucho y eso me gusta, me hace bien.
Pude encontrarme con Dios viendo la sonrisa de los chicos y de la gente grande del paraje.
Lo sentí a Dios en las celebraciones y cada vez que íbamos al rio.
Yo, esta misión 2014 la pasé muy bien y tuve muchas buenas experiencias.
Me gustaría volver.
Mateo (14 años)
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Me cuesta mucho todavía poner en palabras lo vivido…
Lo más fuerte que viví en la misión: lo compartido en comunidad, que se manifiesta en los vínculos y amistad.
Jesús me habló: en la alegría y frescura de los niños, en la sed y esperanza de los jóvenes, en la fé compartida.
La misión fue: comunión, amistad, camino, encuentro, evangelio, sanación, morir a mí misma, luz en lo cotidiano.
Lo más lindo de misionar es sentir que estamos haciendo lo que hacía Jesús: salir al encuentro, a veces sintiendo que no pasa nada, pero sabiendo que en el fondo, pasa mucho.
Maira
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¡ AY DE MI SI NO PREDICO EL EVANGELIO, DICE SAN PABLO. (1 COR. 9, 16)
PUEDO EXPERIMENTAR ESE SENTIMIENTO QUE AÑO A AÑO VA IN CRESCENDO
EN ESTE TESORO QUE ES LA MISIÓN.
EL SEÑOR NOS HA BENDECIDO CON SU GRACIA Y HEMOS INTENTADO SERVIRLO, SIRVIENDO Y SIRVIÉNDONOS LOS UNOS A LOS OTROS.
LA MISIÓN ES SEMILLA QUE CAE EN TIERRA, MUERE Y AL TIEMPO SE VEN LOS PRIMEROS VERDES. DESPUNTAN EN PRECIOSAS PEQUEÑAS PLANTITAS.
LA MISIÓN ES TIERRA FERTIL Y TAMBIÉN DESIERTO.
LA MISIÓN ES DE DIOS
LA MISIÓN ES DIOS ENTRE NOSOTROS.
¡GRACIAS, GLORIA A TI SEÑOR!
Mariana
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Esta misión fue para mi UNA VERDADERA ESCUELA DE VIDA CRISTIANA donde Jesús me iba enseñando muchas cosas que ya sabía pero me las iba refrescando para poderlas vivir en profundidad. Me enseñó que cuando tengo la tentación de pensar que no voy a poder tengo que recordar que EN EL TODO LO PUEDO. Creí al principio que no iba a tener fuerzas para realizar todas las actividades misioneras y de pronto encontrarme en los días sucesivos con tantas energías, con renovadas fuerzas. También volví a descubrir que se siente en el corazón una gran alegría cuando uno se olvida de sí mismo para salir al encuentro del otro, cuando uno se dona desde Jesús, aunque no siempre se tenga una respuesta del otro, pero no importa porque Jesús que ve en lo secreto sabe que allí hubo puro amor, Aprendí que primeramente la evangelización consiste en compartir la vida sencilla de cada familia del paraje, escucharlos, acompañarlos, hacerles saber de alguna manera que ellos pueden contar con nosotros, tener una gran apertura, el corazón abierto al servicio del otro. Al principio no teníamos mucho acompañamiento de la gente en nuestras celebraciones y misas diarias, pero a medida que pasaban los días se iban sumando más. Y en la última misa la capilla se desbordaba con gente de todas las edades, con un verdadero clima de fiesta durante la misa y en el momento posterior. En nuestra comunidad misionera hubo un verdadero clima de familia, y al no ser muchos podíamos escucharnos más y estar pendientes unos de otros. En el último día pudimos percibir el cariño de algunas personas del lugar: una madre con su hijo de 10 años nos vino a despedir y el nene tenía lágrimas en sus ojos por la tristeza de nuestra partida. Otra señora se acercó para ayudarnos a limpiar la escuela momento antes de nuestra partida. Como siempre sucede los misioneros se convierten en misionados porque el amor dado se multiplica.
Norma
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-Todo es gracia.-
-Es una enorme gracia el sabernos instrumentos, para esta siembra que El nos propone.
-Es una enorme gracia, poder compartir esto, con todos los que formamos este grupo. Somos verdaderamente "Familia, Hijos y Hermanos", y me conmueven, la lectura de nuestra Alianza, como el canto a María de Guadalupe.
-Es una enorme gracia poder Misionar en Familia. (supera mi capacidad amorosa, poder hacerlo con Mateo).
-Es una enorme gracia el lema de este año "AMIGOS ESTOY ENTRE USTEDES".
-Es una enorme gracia, saber que El es un Amigo que esta con nosotros.-
-Es una enorme gracia, sabernos recibidos por la gente del paraje, como Amigos.
-Es una enorme gracia, el signo de la cruz de San Damian, que esta gente reconoció, como su símbolo, y que... ¡¡¡esta entre ellos, con ellos!!!.-
-Es una enorme gracia las visitas que año tras año recibimos de nuestros Amigos que nos visitan y nos alientan.
-Es una enorme gracia saber que Ella nuestra Madre, camina junto a nosotros, limpia la escuela junto a nosotros, y cocina junto a nosotros.
-Es una enorme gracia, poder estar en este maravilloso lugar, donde El dejo una huella, y nosotros estamos un poquito más cerca del cielo.
Mono
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Gracias Señor por esta inmensa posibilidad de vivir esta sexta misión y con su modo y estilo de vivirla.
Gracias por la Familia toda de Soledad Mariana que tanto nos ayuda con su Oración, colaboración y cariño.
Gracias Señor por la comunidad misionera, donde aprendo tanto de mis errores y de las riquezas de mis hermanos.
Gracias Señor por las visitas de sacerdotes, y comunidad de El Bolsón, que al recibirlos fuimos muy enriquecidos en la vida compartida alrededor de la mesa fraterna.
Gracias Señor por cada persona del paraje que nos saluda y sonríe ya como amigos conocidos, por la fortaleza de don Juan ante su accidente con la sierra, por la alegría de María al recibir su rosario, por los abrazos de los chicos al llegar y al despedirse, por las medias tejidas de doña Mercedes que le regalamos al obispo, por las familias que nos cuidan, por el encuentro de mujeres donde reinó una verdadera confiada alegría y quedó el deseo de seguir rezando juntas. Por las casas más lejanas que pudimos visitar y nos recibieron con enorme sed.
Gracias por cuidar nuestras salidas y entradas. Señor, como dice el salmo, sos “Nuestro Guardián que no duerme” y Ella siempre a tu lado, incansable en su guiarnos. Gracias Señor por animarnos a más, por la oración en común y personal y por tanto más. Te pido que junto a María y San José nos lleves adonde quieras. Te pido que nos regales más hermanos misioneros, más jóvenes audaces que se animen a este desafío, más familias que deseen dar su testimonio, para que así podamos llegar a muchos y tantos más hermanos que sedientos, en lugares solitarios, esperan la llegada de un cristiano, deseantes de poder expresar con otro su fe y alimentarse en la comunión de una sencilla y humilde oración, al amparo de una naturaleza que acoge y acompaña la plegaria con toda su belleza espiritual.
Virgen Madre de la Anunciación, Madre Virgen de la Visitación escucha nuestro Ruego, por Jesucristo tu Hijo Nuestro Señor. Amén.
María