Hoy es la
fiesta de nuestra Sra. de los Ángeles, también patrona de Río Villegas… Como
cada año que regresamos del camino misionero (de verano o invierno) nos
gustaría contarles todo lo que nos pasó en el camino cómo lo descubrimos a
Jesús en la Palabra, en el Pan y en los Encuentros…(Cf. Lc. 24, 33-35). Como
somos pobres, y la comunicación nunca agota la vida, compartimos algunas
experiencias. Aquí van las de Tere Páez, María Nougués y la mía.
TERE
PAEZ
Viví
esta misión de invierno con mucho gozo, contemplando al Dios vivo y providente.
Sorprendiéndonos paso a paso. Desde las condiciones climáticas favorables – que
no es poca cosa – en los detalles amorosos de quienes disponen la escuela para
que nos alojemos, hasta la hospitalidad presente en las sonrisas y abrazos
cálidos de quienes nos esperan , nuestros hermanos de Villegas y Manso. Sentí
viva a una pequeña comunidad que se va gestando.
Caminamos
por las calles contemplando los humitos y descubriendo “ acá no hay nadie “ o
…. “están durmiendo “ , no se ve humo… , “ hay humo …..están “!!!
Silencio matutino, mientras nuestros
cantos de alabanzas y oraciones van pincelando los futuros encuentros.
Empieza el
recorrido misionero.
Una visita
muy particular, Don Juan , 93 años. Pícaro. Nos provoca con sus comentarios. Se
ríe y se pone serio a la vez. “Yo creo en Dios ….. , pero no existe. O
usted lo vio?”
Nos saca
una sonrisa y al final se despide diciéndonos “ vivo por El” . Gracias don Juan
por mostrarnos que se cumple la Palabra.” Te alabo Padre, Señor del cielo y de
la tierra , porque has
ocultado
estas cosas a los sabios e inteligentes y se las has revelado a los pequeños. “
( Mt 11, 25 ).
MARÍA
NOUGUÉS
Querida
familia: otra vez aquí en el blog o faceb. me encuentro compartiéndoles algo de
la misión reciente.
No quiero
aburrirlos, ninguna misión es igual, ¡todas son distintas! a pesar de que somos
las mismas personas: misioneros y visitados, ¡cada misión vivida es una
renovada y más profunda acción de gracias!
Esta vez quiero compartirles no lo
que hicimos sino un poco lo que vengo reflexionando.
Misionar es
desear ofrecer, entregar, dar a Jesús… y al intentar darlo, se descubren muchas
cosas de uno mismo para trabajar, purificar, aprovechar y por gracias de Dios
hacerlas crecer.
Y este hacer crecer… es para beneficio de la próxima
visita-encuentro-misión…
Hoy puedo
decir que misionar es estar abierto a despojarse de las propias miserias en
cuanto a mi propia verdad de mi “relación-vivir en y a Jesús”.
Desear ser
misionero de verdad y tratar de vivirlo a fondo cada vez más, te va desnudando
de todo aquello que maquilla y empobrece nuestras entregas.
Si la
misión no me transforma en algo, o no me ayudó a crecer en algo, seguramente no
la he sabido aprovechar y vivirla a fondo.
Soy
cada vez más consciente de mis ansias de misión que María Visitación me regala
y de mi ser una pobre arcilla en las manos de Dios nuestro Alfarero y por eso
¡cuánto es mi agradecimiento a Jesús por lo que me ha ayudado a crecer en cada
visita misión, y les comparto un aspecto que estoy reconociendo más
últimamente, me refiero al sentido del humor conmigo misma.
Ante los
repetidos obstáculos propios del lugar y circunstancias se reiteran en mi
sentimientos… con los cuales he tenido que lidiar bastante y a “Dios rogando y
con el mazo dando”…dice el refrán y por supuesto que María con San José han
sido mis verdaderos socorristas. Son varios y me vuelvo a reír de recordarlos, les comparto algunos…
-La
cobardía para salir a visitar, brrrrrrr sabiendo que hay que enfrentar el frío
gélido acompañado de lluvias o viento…
-La pereza
que se asoma después del mediodía queriendo paralizar la continuación de las
acciones proyectadas para ese día.
-El
sentimiento de inutilidad cuando me llega el turno de preparar una creativa y
cariñosa comida, ¡muy a pesar de mi torpeza culinaria! para los hambrientos
misioneros que no tendrán otra que comer lo que pude lograr. Jajá.
-La
horrible tentación de no visita a una casa que sabemos complicada o difícil por
variadas circunstancias.
-El deseo de desear que todo salga
bien en cada encuentro y no estar disponible como Jesús, abierta a
aceptar el rechazo o la adversidad o lo que sea…
-El tedio,
ante la toma de decisión de ir a visitar a una u otra persona después de haber
tenido ya varios encuentros y deseando volver a la escuela calentita…jeje.
Y hay
muchos más ¡por supuesto! Felizmente Jesús en su Gracia va ganando la batalla
con la victoria del perfume del Evangelio: alegría y disponibilidad..
En la
misión el tiempo es Oro, los encuentros son Tesoros y los misioneros somos
pequeños que ofrecemos el tiempo y el encuentro… lo demás es pura añadidura del
Reino de Dios que se hace gozoso en cada experiencia. ¡Gracias Madre
Guadalupana por tus manos orantes y pies evangelizadores que están siempre
presentes entre nosotros!. ¡Gracias querida Soledad Mariana que vamos siendo un
solo corazón de María Contemplativa Misionera! Amén.
ADRIÁN
GAUNA
Esta misión tuvo un signo que la acompañó: EL
TEJIDO. La trama de la misión es tejida por muchos, los que vamos, los que
colaboran y ayudan, los que vienen desde su corazón intercesor, etc. La misión
(siguiendo el hilo de María N) no sólo nos muestra la trama del lugar, la trama
de la Iglesia del Lugar, la trama del paisaje, el clima no siempre amigo…sino
que también nos muestra la trama más profunda de quiénes somos, nuestras
fragilidades, deseos, en realidad, nuestro misterio.
Ésta es mi segunda misión de invierno… El
invierno no es igual al verano en los encuentros misioneros, y no sólo por el
clima. Aunque es el fundamental factor que condiciona, y a veces desalienta
cualquier encuentro. El invierno implica una misión de mayor intimidad y
hondura en los encuentros, tanto entre nosotros como comunidad, durante las
visitas a los hogares, en los encuentros en la escuela… Fueron largos
encuentros y compartir en cada casa visitada, también lindos, graciosos, profundos encuentros en nuestros
diálogos comunitarios de camino o en las comidas.
Le doy gracias a Dios porque
la misión es cada uno, también es la comunidad misionera como entramado no
siempre fácil de hilar, desanudar, tejer. Dios nos teje en su Historia de
Salvación… Así lo compartíamos con las señoras. La Palabra y la Vida son un
tejido de Dios que debemos cuidar y potenciar, rumiar y contemplar, aceptar con
sus nudos y reparar cuando alguna actitud hirió su texto-tejido. Las
señoras se animaron a abrir sus tramas: compartir sus dolores, sus deseos, sus
alegrías, sus frustraciones y heridas… sus silencios. Y desde ahí, entre mate y
mate, con la Virgencita se animaron a tejer mantas para niños del hospital de
Neuquén. A esta tarea se sumaron jóvenes que se preparan para recibir la
Comunión y la Confirmación. Le doy gracias a Dios por todo lo que recibí
de SM, de Bernardo y tantos, el arte de escuchar, la alegría y humor, la mirada
contemplativa, la presencia mariana, el sentido eclesial, la oración con la
Palabra y la fiesta de la Eucaristía.
Una trama de Dios es la Misión, en Río
Villegas, donde tejimos y somos tejidos. Tejemos Palabra de Dios, el
valor de Toda Vida y la solidaridad fruto del Encuentro.
Abrazo
grande a cada uno…
Tere, María
y Adrián