Lili perteneció a región Oeste vivía en los lindos pagos de Ituzaingó.
Su amor por la Virgen creció de la mano de la tan querida también, hermana Lía. Fue creciendo con fuerte inquietud y apasionamiento por su caminar mariano y contemplativo.
Deseaba ser y vivir con profundidad su ser contemplativa en todo lugar donde le tocara actuar y por más dificil que fuera.
Deseaba con verdadera hondura ser coherente con nuestra espiritualidad en la que intentaba crecer cada día. Y asi, fue tan grande su deseo que asumió como una verdadera madraza el ser coordinadora de su región.
Solo vuelvo a decirle ¡Gracias a Lili! porque su recuerdo no se borra, porque ha dejado raíz en su región especialmente y en nuestra Soledad Mariana.
Tuve la feliz oportunidad de conocerla de cerca, de vivir su entrañable ser familia entre los suyos y su cariñosa y fraterna amistad. Lili vivía la dimensión de la comunión con fuerza y amaba mucho a nuestra familia, Y tanto más para decir y recordar de ella, momentos tan lindos de encuentros vividos entre hermanos.
¡Gracias querida Lili por tu testimonio profundo y verdadero y Gracias porque no dudo que seguís trabajando e intercediendo por tu y nuestra Soledad Mariana!
María Nougués