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miércoles, octubre 19

Encuentro en México

Tratamos de evocar, con corazón agradecido, todos los momentos vividos en México.

Los primeros días en DF fueron importantes para poner en común y sobre “mesa y papel” todo lo trabajado a la distancia entre muchos (tanto de México como de Buenos Aires), para definir el desarrollo final del Encuentro y sus dinámicas, para poder pensarla a cada una y con el aporte de cada uno.  Nos hacía sentir familia, unidos poniendo en común lo que se necesitaba para ese encuentro: tiempo, talentos, conocimientos, unos dando para que otros reciban,  (¡ecuación que siempre se revierte!), y todos ¡bajo la mirada sonriente de María!
El privilegio de las visitas a la Basílica, desde donde la Guadalupana mira y envía, donde nos dejamos mirar y entregamos en sus manos tantas y tantas intenciones que nos encomiendan,  en la certeza de que son recibidas y escuchadas… Caminar por “la Senda de Juan Diego”, reviviendo, sí, re _ viviendo el milagro Guadalupano,  llenas de certeza de que María ¡QUIERE QUE LA DEJEMOS SER MADRE!
Y después, la llegada al Monasterio El Encuentro, que es eso: ¡encuentro de hermanos! Las hospitalarias y sonrientes monjitas nos hacen vivir la fiesta de reencuentro.
La alegría de ir recibiendo a los que iban llegando al encuentro, viendo con alegría las mismas caras perseverantes de hace dos años  y algunas nuevas también. El grupo de “El Bajio” que en un año pasaron de “conocidos” o “compañeros” del Encuentro de Soledad Mariana, a ser amigos y hermanos. ¡Clima de Fiesta! ¡Clima de Hermandad! ¡Clima Guadalupano!

El rezo de las horas, la Eucaristía, las charlas de Bernardo, las dinámicas, el silencio, todo se fue sucediendo en un clima festivo de “¡¡no querer estar en otro lado más que allí!!” Encuentro con Jesús, presencia de María.

Después la vuelta a DF, volver a la Basílica para encontrarnos una vez más con la Guadalupana,  agradecer y agradecer, dejarnos sentir hijas bajo esa mirada, en la certeza de que en nosotras veía a todo Soledad Mariana… llevamos a todas las regiones, llevamos a cada uno.

Algo que nos regalaron en el Encuentro: …cada vez que le pedimos algo a María de Guadalupe, ¡¡¡¡LE HACEMOS UN FAVOR!!!! ya que Ella se apareció en el Tepeyac para eso. Ella misma le pidió a Juan Diego que le hicieran un templo allí para recibir nuestros ruegos, para escuchar nuestras penurias, necesidades, para recibirnos en el hueco de su manto.
Un abrazo grande en Ella, a todos y cada uno    
Malena y Ana                                                             

                                                               

Movimiento Soledad Mariana

"Soledad Mariana" es un Movimiento de espiritualidad mariana y contemplativa, fundado en la Argentina en 1973, por el monje trapense Bernardo Olivera, actual Abad del Monasterio Nuestra Señora de los Ángeles de Azul, provincia de Buenos Aires.