Hoy nos toca despedir a nuestra querida Mirta, que partió a la Casa del Padre, en el día de ayer y que con tanto interés participaba de las actividades en la Región Sur.
Profundamente religiosa, mujer de oración, nunca dejaba de interceder pidiendo y orando por las necesidades nuestras y familiares. A lo largo de estos años, todo lo compartido fue muy enriquecedor, porque vivía muy hondamente nuestra espiritualidad .
Aunque la vamos a extrañar… no dudamos que ya esté gozando de la alegría de estar en la Casa del Padre Celestial.
Les pedimos oraciones por su esposo Rubén, para que El Señor lo fortalezca y lo consuele en estos momentos de tanto dolor.
Unidos siempre en María, Stella.