Signos de los tiempos
(apuntes de la carta de
Bernardo del libro
“Siguiendo a Jesús en María” pp. 396 a 403).
De la carta “Oración
Discreta”:
-
mis opciones
-
nuestras opciones
-
signos de los tiempos
Una vez Jesús dijo: “No
sabéis discernir los signos de los tiempos” (Mateo 16,3). Jesús aludía con
estas palabras a los prodigios que realizaba y que debían indicar la llegada de
la hora mesiánica.
Qué son y qué los
caracteriza: los signos de los tiempos son aquellos hechos, acontecimientos,
actitudes o relaciones que caracterizan una época determinada. Dichos signos
revelan anhelos, aspiraciones, necesidades y preocupaciones de los hombres.
Son, en definitiva, fenómenos de la historia y vicisitudes de nuestras vidas
humanas (Gaudium et Spes; Pablo VI).
Sus principales
características:
- permiten concebir esperanzas de tiempos mejores.
- implican un cierto consenso colectivo.
- se presentan como realidades profundas e irreversibles.
Luego viene un apartado
sobre los signos de los tiempos que hacen los Pastores de la Iglesia en el mundo de
hoy.
Algunos peligros que hay que
superar para ser discretos en esta oración:
-
cerrarnos a ciertos interlocutores por ser
diferentes a nosotros.
- ser poco cautos ante los oportunistas de siempre que
solo procuran sacar ganancia del trabajo ajeno, enturbiar las aguas, desunir
los corazones.
- convertir el diálogo en polémica, buscar la victoria
más que la unanimidad, preferir tener razón en vez de ponderar razones.
- dejarnos envolver con la fascinación de las
ideologías, con sus aparentes soluciones para todos los problemas y respuestas
para todas las preguntas.
Pero para hacer opciones discretas en relación con los
signos de los tiempos, además de auscultarlos y determinarlos, hemos de
interpretarlos y discernirlos.
Es el segundo momento de
esta oración discreta.
Los signos de Dios:
discernir los signos de los tiempos consiste en buscar y hallar en ellos los
signos de Dios. Es descubrir:
-
los signos verdaderos de la presencia o planes de
Dios.
-
la orientación del plan divino operante en el amor
de Cristo.
- un signo del Espíritu que conduce la historia de los
hombres y de los pueblos hacia su vocación.
- las interpelaciones de Dios y el plan divino sobre
la vocación del hombre.
Estos signos de Dios se dan en
los signos de los tiempos.
Hay una unidad profunda
entre el proyecto salvífico de Dios y las hondas aspiraciones humanas.