Hoy 30 de diciembre hace 22 años que partió hacia Dios la Hermana Lía.
Ella vivió la última etapa de su vida fundando las Hijas de María Contemplativa.
Ella vivió este ideal y soy testigo de esto. Lo vivió con mucha santidad en su vida cotidiana. Y escribió las Constituciones y el Directorio (consejos prácticos para vivir las Constituciones) de esta vida religiosa de SM.
Tuve la gracia de Dios de acompañarla espiritualmente los últimos siete años de su vida. Nos reuníamos una mañana por semana y almorzábamos ese día juntos.
Algo gracioso: yo ya me sabía partes de su vida de memoria, y cuando llegaba a esas partes de su historia yo la seguía contando.
Era tan mariana que todo lo hacía en María. Hasta su adoración al Santísimo diaria la hacía poniendo el Santísimo justo adelante de un cuadro de la Guadalupana.
Atraía su testimonio y humildad a los jóvenes de SM y del barrio, como también a los vecinos. La recuerdo caminando por las calles del barrio con dos bolsas de haber hecho las compras para la casa, una a cada lado para equilibrar el peso, y parando cada tanto para descansar. Por supuesto iba rezando Avemarías mientras caminaba.
Todos los que la conocimos de SM la recordamos con mucho cariño, como una hermana, una amiga. Hoy intercede por nosotros, y sigue siendo un ejemplo fresco de seguimiento de Jesús.
¡Gracias Señor por el don de la vida de Lía y por todo lo que nos dejó!
Tuve la gracia de Dios de acompañarla espiritualmente los últimos siete años de su vida. Nos reuníamos una mañana por semana y almorzábamos ese día juntos.
Algo gracioso: yo ya me sabía partes de su vida de memoria, y cuando llegaba a esas partes de su historia yo la seguía contando.
Era tan mariana que todo lo hacía en María. Hasta su adoración al Santísimo diaria la hacía poniendo el Santísimo justo adelante de un cuadro de la Guadalupana.
Atraía su testimonio y humildad a los jóvenes de SM y del barrio, como también a los vecinos. La recuerdo caminando por las calles del barrio con dos bolsas de haber hecho las compras para la casa, una a cada lado para equilibrar el peso, y parando cada tanto para descansar. Por supuesto iba rezando Avemarías mientras caminaba.
Todos los que la conocimos de SM la recordamos con mucho cariño, como una hermana, una amiga. Hoy intercede por nosotros, y sigue siendo un ejemplo fresco de seguimiento de Jesús.
¡Gracias Señor por el don de la vida de Lía y por todo lo que nos dejó!
Un abrazo grande, Martín.