Intenciones:
1) Por la Madre Aurora, abadesa del Monasterio trapense y toda la comunidad que nos invitaron y reciben ahora en su casa para encontrarnos con el grupo "deseante"
1) Por la Madre Aurora, abadesa del Monasterio trapense y toda la comunidad que nos invitaron y reciben ahora en su casa para encontrarnos con el grupo "deseante"
Le pedimos a San Jose por ellas, para que las cuide como cuidó de María y el Niño Jesus.
María, Esposa de san José.
Te casaste con José, a quién amaste con todo tu ser. Tú elegiste a este santo hombre como compañero de camino. Por eso te llamamos María de san José.
Tu amor a él fue fecundo, recreándose mutuamente en la interrelación. Fue libre; siempre respetaste sus tiempos y jamás lo forzaste. También tu amor a él fue promocional; tu santidad lo llevó nada menos que a ser padre de Jesús. Este amor tuyo hizo que se moldeara su amor conformándolo como amor virginal. Por eso José es y lo llamamos José de santa María.
Tu “Si” lo transformó en padre de Jesús. Al pie de la Cruz, Jesús te dio como hijos a todos los hombres. En esa aceptación tuya, Jesús transformó a José, también, en padre de toda la humanidad.
Así como José dio el nombre de Jesús, le enseñó a vivir, a desear, a trabajar, en fin, lo adoptó como hijo propio, queremos que nombre a Jesús en nosotros, para que vayamos transformándonos en El.
Que nos enseñe a vivir, a desear y trabajar solamente para gloria de Dios.
Queremos entregarnos a él y recibirlo como a nuestro padre. ¡Que nos adopte como hijos suyos! Así como te llamamos a Ti, Madre, queremos a partir de hoy llamarlo “padre José”, pedirle su ayuda y, también, tomarlo como modelo de esposo, padre, trabajador, hombre de fe, de escucha obediente, de contemplativo.
No dudamos que, junto contigo, intercede permanentemente por nosotros.
Por eso le decimos: Padre José, condúcenos y protégenos como lo hiciste con María y tu Niño, Jesús e intercede siempre por nosotros.
Lectura del Evangelio: (Lc.2,1-7)
“En aquella época apareció un decreto del emperador Augusto, ordenando que se realizara un censo en todo el mundo. Este primer censo tuvo lugar cuando Quirino gobernaba la Siria. Y cada uno iba a inscribirse a su ciudad de origen. José, que pertenecía a la familia de David, salió de Nazareth, ciudad de Galilea, y se dirigió a Belén de Judea, la ciudad de David, para inscribirse con María, su esposa, que estaba embarazada. Mientras se encontraban en Belén, le llegó el tiempo de ser madre; y María dio a luz a su Hijo primogénito, lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el albergue”.
Meditar:
“María, Madre nuestra Reconciliadora, ruega por nosotros”.
Frase para meditar durante el día: “Dios es Amor; todos lo sabemos; el mismo amor con que nosotros amamos, no todos lo sabemos.” (“Gotas de sal y de sol”: Bernardo Olivera OCSO).