Tenemos necesidad de alabar a Dios. por Jorge Chereau (Gral.Belgrano)
San Ignacio en 'Principio y fundamento' de sus EE dice "El hombre es creado para alabar, hacer reverencia (adorar) y servir a Dios nuestro señor y mediante esto salvar su alma; y las otras cosas sobre la faz de la tierra son creadas para el hombre y para que le ayuden a conseguir el fin para el que es creado…"
Dios capacita a los que llama: pidamos el don y dispongámonos…El nos guía
La alabanza nos pone en la verdad de criaturas. Volvemos al centro =Dios y salimos de nuestro egocentrismo. La alabanza pone las cosas en su lugar= Dios es el centro.
La alabanza es la llave que abre el corazón de Dios.
La alabanza nos libera de 'Quien' no quiere que abramos la boca para hacerlo. Cuando alabamos y ponemos a Dios en el centro, ese 'Otro' huye. Conclusión: Dios nos capacita…solo tenemos que comenzar a alabar y vencido el 'obstáculo' veremos como crece la misma y abarca toda la vida y todos los momentos. Y experimentamos la libertad. La alabanza es camino, es verdad, es vida que une la criatura al creador en Cristo y el Esp. Santo
Alabamos a Dios por lo que es. Restauremos la verdadera relación entre Dios y nosotros. Nos unimos a la gloria de Dios en todo tiempo, en todo momento; es el maravilloso destino del hombre. Dependo de Dios, me hago dependiente de El; y cuando nó, entro en caminos obscuros.
La llave de la alabanza es también un don de Dios. Es llave que abre el corazón de Dios
Para tener una vida de oración debemos alabar.
La alabanza se desata por la alabanza.
Imaginemos al Dios trino y alabemos al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo y a la Palabra
Y por los dones recibidos desde antes de nuestra concepción, y desde ella misma. Día por día, etapa por etapa, escribamos el Salmo de nuestra vida, y les aseguro que a medida que lo hagamos se ira agrandando nuestro horizonte cada vez más de ancho en ancho, de alto en alto, de profundidad en profundidad , y si es sincera ,se irá haciendo cada vez más extensa, más intensa e incesante y recibiremos a cambio de la alabanza: el gozo, la alegría, la paz, la dulzura, la delicadeza de la Presencia que se hará cada vez más evidente, aún en momentos malos y de desgracia porque El está ahí, aquí, con nosotros, en nosotros: El es nuestra paz.
A nadar se aprende nadando y a alabar se aprende alabando…podríamos comenzar
1.- sintonizando nuestros sentimientos con nuestros labios en las celebraciones litúrgicas: el Aleluya, el Santo, el Gloria, la respuesta a la Palabra, etc.
2.- escribiendo nuestro Salmo de la Vida y rezándolo cada día
3.- alabando con los Salmos, las Bienaventuranzas.
4.- alabando en el corazón el día que comienza y el día vivido, cada 'presencia', cada encuentro, cada situación
5.- alabar en el corazón antes de iniciar una tarea, me pone en su presencia y realizo lo que tengo que hacer con la conciencia de que todo es por El, en El y para El.
6- no nos será entonces difícil alzar las manos y alabar en las misas, aplaudir, movernos al compás (bailar) sólo en El, sólo por El y sólo para El,. Gloria y alabanzas al Señor!!
¡¡Bendito seas Señor!! ¡¡Bendito y alabado seas mi Señor!!
Jorge
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