En el mes de febrero de 1858 la Santísima Virgen se le aparece a la joven campesina Bernardita Soubirous en una gruta en la cercanía de Lourdes (Pirineos franceses). Se le reveló como la Inmaculada Concepción, pidiéndole que erigiera una capilla en ese sitio y bebiera de una fuente que había en el lugar. Bernardita no veía ninguna y al escarbar en la tierra, comenzó a correr un manantial cuyas aguas tienen hasta ahora gran poder curativo.
Pocos años después se funda una Cofradía en Chile, se concreta la donación de unos terrenos cerca de la Quinta Normal y en 1880 se bendice la primera piedra de la futura iglesia. Tiempo después (1890) llegan los padres asuncionistas para asumir la pastoral y en 1988 se inaugura una gruta similar a la original.
Miles de placas tapizan sus muros, manifestando el agradecimiento de los fieles por las gracias concedidas.
Lectura: Jn 4, 10-14
"Jesús le respondió: -Si conocieras el don de Dios y quién es el que te pide de beber, sin duda que tú misma me pedirías a mí y yo te daría agua viva. Contestó la mujer: -Señor, si ni siquiera tienes con qué sacar el agua, y el pozo es profundo, ¿de dónde vas a sacar esa «agua viva»? Nuestro padre Jacob nos dejó este pozo del que bebió él mismo, sus hijos y sus ganados. ¿Acaso te consideras más importante que él? Jesús contestó: -Todo el que bebe de esta agua, volverá a tener sed; en cambio, el que beba del agua que yo quiero darle, nunca más volverá a tener sed. Porque el agua que yo quiero darle se convertirá en su interior en un manantial que conduce a la vida eterna."
Reflexión
Virgen de Lourdes se aparece en una gruta sucia, oscura, húmeda y fría, un lugar habitado solo por cerdos. Allí se aparece la Santísima Virgen para decirnos que Dios nos busca donde estamos, en medio de nuestras miserias y nos ama tal cual somos, con nuestros éxitos y también nuestras debilidades, heridas y fracasos. Ella aparece en Lourdes como la Inmaculada toda pura; imagen y representación viva de lo que Dios siempre ha querido realizar con nosotros. La gruta es pues, el corazón del hombre que Dios trata de liberar de sus miserias y así como Bernardita besa ese suelo mugriento y de allí surge una fuente de agua viva, Dios nos invita a la penitencia y a la conversión para que aquí renazca el hombre digno, el hijo de Dios que hay en cada uno. En ese lugar hay una capilla, un santuario para que allí Dios se encuentre con sus hijos renovados y construyan la Iglesia como "casa y escuela de comunión".
La penitencia y la conversión nos colocan nuevamente en el camino de la Iglesia de Dios en esta tierra.
Oración
Madre y Virgen de Lourdes
que te apareciste a Bernardita en la humildad de una gruta.
Le regalaste el calor de tu maternal presencia y el resplandor de tu virginal belleza.
Tú eres la Inmaculada Concepción, socórrenos porque somos pecadores
ayúdanos a recobrar la gracia bautismal. Danos humildad para la conversión,
valor para la penitencia y generosidad para el servicio.
María de Lourdes, Madre de Dios contigo caminamos hacia el Padre,
por el Hijo, en el Espíritu Santo. Amén.