Pronto nos vamos a reunir en un retiro de ejercitadotes y servidores para seguir trabajando juntos el plan de SM para los próximos cinco años. Este trabajo lo coordinan con generosidad Pepe Mendizábal y Malena Nougués, asesorados por Eduardo Serantes.
Pienso que para ir viendo juntos este plan es importante tener presentes las palabras que nos dijo y dejó en nuestros corazones Bernardo, nuestro fundador. El lo hizo a la luz de la carta del Papa Francisco "La alegría del Evangelio" (Evangelii Gaudium).
Estos escritos de nuestro fundador y nuestro Papa actual deben iluminar nuestro camino de manera especial.
El Papa en su carta (EG) propone para toda la Iglesia un programa pastoral para los próximos años.
Bernardo lee y estudia la carta del Papa en clave de SM ¿qué nos dice a nosotros? Esto fue en el mes de mayo del 2014. Y luego en diciembre Bernardo dio un paso más en esta reflexión en la celebración de nuestros 40 años de vida como Movimiento. Allí hizo una lectura de lo vivido en estos 40 años de nuestra historia, y dio algunas pautas para el futuro.
Estas charlas de Bernardo se las pueden encontrar en nuestra página Web (www.soledadmariana.com.ar).
Para no ser larguero, quiero compartirles nomás las conclusiones de la última charla de Bernardo, la que nos dio en Pilar en diciembre pasado. En estas conclusiones se ve claro el trasfondo de la misma: la carta programática de Francisco para toda la Iglesia, y la mirada de Bernardo en nuestros ¡40 años de vida!
Les copio estas conclusiones de Bernardo:
1. Existen en SM diferentes corrientes o acentuaciones, por ejemplo:
- Espontánea – carismática,
- Piadosa – popular,
- Teologal – mariana,
- Adorativa – eucarística,
- Misionera – promocional,
- Ejercitativa – acompañativa…
Y esto sin contar las gracias particulares de diferentes personas.
2. Todas estas corrientes proceden y han de confluir en aquello que constituye el corazón de nuestro carisma: la dimensión contemplativa o teologal (fe – esperanza – caridad) de la vida cristiana y la presencia eficaz y mediadora de María, Madre de Dios, para la gloria de Dios y la salvación de todos.
3. La espiritualidad de SM se puede transmitir de muchas y diferentes maneras, todas ellas presuponen el testimonio de una vida mariana y contemplativa, creyente y amante, en María y para Jesús.
4. La formación en SM implica un método y pedagogía, a modo de "catequesis doctrinal, práctica y acompañada", que llamamos "ejercitaciones".
Las "Ejercitaciones de Juan Diego" son un camino privilegiado de crecimiento y maduración en la fe, ellas nos permiten que la opción preferencial por los pobres se traduzca en atención religiosa privilegiada y prioritaria (EG 200).
La ejercitación sobre "Oración espontánea" es un medio muy apropiado para celebrar la alegría de evangelizar y de haber sido evangelizado.
5. Recordando asimismo: Solo el Espíritu puede suscitar la diversidad, la pluralidad, la multiplicidad y, al mismo tiempo, realizar la unidad. En cambio, cuando somos nosotros los que pretendemos la diversidad y nos encerramos en nuestros particularismos, en nuestros exclusivismos, provocamos la división y, por otra parte, cuando somos nosotros quienes queremos construir la unidad con nuestros planes humanos, terminamos por imponer la uniformidad, la homologación. Esto no ayuda a la misión de la Iglesia (EG 131).
6. Las Ejercitaciones "intensivas" son un instrumento catequético, completo y muy apto para la profundización del kerigma.
7. La uniformidad no es católica. La unidad católica es diversa pero es una. Es curioso, el mismo que hace la diversidad es quien hace la unidad: el Espíritu Santo. Hace las dos cosas: unidad en la diversidad. La unidad no es uniformidad, no es hacer todos obligatoriamente lo mismo, pensar de igual manera, ni siquiera perder la propia identidad. La unidad en la diversidad es precisamente lo contrario, es reconocer y aceptar con alegría los diversos dones que el Espíritu da a cada uno y ponerlos al servicio de toda la Iglesia (Francisco, Discurso a la "Catholic Fraternity of Charismatic Covenant Communities and Fellowships" 31 de Octubre 2014).
8. ¡Dios es amor, por eso nos amó primero y gratuitamente. Nos dio a su Hijo, cuando todavía éramos pecadores y enemigos. Y su Unigénito nos dio su Vida, su Espíritu y su Madre, para que amáramos a nuestro prójimo como a nosotros mismos, como Él mismo nos amó!
Un abrazo grande, Martín.