¡Qué tarde maravillosa! A pesar de la lluvia que cayó constantemente, sin parar. Pero eso no fue motivo para que dentro del gimnasio no hubiera espíritu festivo.
Creo que todos nos llenamos del Espíritu Santo y alabamos y glorificamos al Señor, con fuerza, con brazos levantados, abrazos, cariños, besos, manos tendidas, palabras de consuelo, silencios… y Jesús caminando entre nosotros, "tocándonos", despacio, tranquilo, paciente, con AMOR, con mucho AMOR, con PAZ, con mucha PAZ
No pude sostenerme y me rendí a sus pies, fue inesperado, nadie me sostuvo, pero no me pasó nada, sólo lloré y después ¡qué PAZ!, EL sabe lo que necesito, EL me conoce y vino a ayudarme, Lo sentí tan cerca mío, ¡tan conmigo! Que esa noche no pude dormir, resonaba en mis oídos la letra de la canción
EL VIVE, VIVE
EL VIVE, VIVE
VIVE, SEÑOR, NUESTRO DIOS!!!
María Victoria
Chascomús 31.05.10