Magnificat: Ventana de tu Secreto

Hoy José me diste parte en tu ESCUCHA NOCTURNA a las 04:00 o antes...me DESPERTÉ y Aquí estoy.
Junto a vos para recibir en ELLA al VERBO... Palabra viva para ser rumiada…
Rezando el oficio. Encuentro imágenes, verbos que te espejan, que comunican algo de la intimidad de tu SECRETO.

El himno de laudes me conmueve...y abre a tu misterio. Algunas frases anoto para seguir creciendo en ellas.

“...amor junto al Amor siempre presente....
...la mente ante el Misterio reclinabas...
...Amor hecho MIRADA DE CONFIANZA...
...se padre que nos lleve a nuestro Padre”

Siempre me pareció que María y vos se unían en un único Magnificat que al atardecer canto con ustedes, con todos en la familia de la Iglesia. Un magnificat común... Pero ¿No es justo que cantes como ella tu propia experiencia de Dios en vos y los otros? Como ella intuyo y sueño que habrás sacado del corazón lo que cantaban juntos... Los salmos.

JOSÉ ¿Este es tu MAGNIFICAT?


¡Qué magníficas son tus obras, Señor,
Qué profundos tus designios!
Me has concedido el deseo de mi corazón
No me has negado lo que pedían mis labios

Te adelantaste a bendecirme con el éxito---
Tu Victoria ha engrandecido mi fama.
Me colmas de gozo en tu presencia.
Confío en el Señor y con la gracia del Altísimo no fracasaré

Es bueno dar gracias al Señor
Y tocar para tu nombre, oh Altísimo
Proclamar por la mañana tu misericordia
Y de noche tu fidelidad con arpas de diez cuerdas y laúdes, con música de cítaras.

Tus acciones, Señor, son mi alegría
Y mi júbilo las obras de tus manos
¡Qué magníficas son tus obras, Señor,
qué profundos tus designios!

El ignorante no los entiende
Ni el necio se da cuenta.
Porque tus enemigos, Señor, perecerán
Los malhechores serán dispersados
El justo crecerá como una palmera
Y se alzará como un cedro del Líbano

Plantado en la Casa del Señor
Crecerá en los atrios de nuestro Dios
En la vejez seguirá dando fruto
Estará lozano y frondoso


Para PROCLAMAR QUE EL SEÑOR ES JUSTO,
Que en MI ROCA no existe la maldad.


Amen

Adrian Gauna 19-03-07
Región Oeste

San José

José, joven en quien Dios confió,

esposo de nuestra Madre Virgen, María:

¡dame parte en la intimidad de tu secreto!
Silencioso y oyente,
servicial y presente...
El de ojos admirados,
deseos confirmados,
corazón inflamado,
brazos arremangados...
Justo esposo creyente,
fiel padre obediente...
Por la soledad de tus noches
y la solidaridad de tus días:
¡acógenos en María
y nombra a Jesús en mi vida!

P. Bernardo Olivera