Páginas

domingo, octubre 27

Jornada Mundial de la Familia en Roma con el Papa Francisco



Roma, 26 de octubre de 2013 

¡Queridas familias, ¡'buona sera' y bienvenidas a Roma!

Han venido aquí como peregrinos desde muchas partes del mundo, para profesar la fe delante del la tumba de San Pedro. Esta plaza les acoge y abraza: somos un sólo pueblo, con una sola alma, convocados por el Señor, que nos ama y sostiene. Saludo también a todas las familias que están unidas a través de la televisión y de internet: una plaza que se extiende sin confines.
Quisieron llamar a este momento “¡La familia vive la alegría de la fe!”. ¡Me gusta este título! He escuchado las experiencias de ustedes, los casos que han contado. Vi tantos niños, tantos abuelos... Sentí la tristeza de las familias que viven en situación de pobreza y de guerra. He oído a los jóvenes que se quieren casar, aún entre mil dificultades. Y entonces nos preguntamos: ¿Cómo es posible, hoy, vivir la alegría de la fe en familia? ¿Es posible o no es posible vivir esta alegría? 
En el evangelio de Mateo, hay una palabra de Jesús que nos ayuda: 'Venid a mí todos los que están cansados y oprimidos, que yo les aliviaré'. Muchas veces la vida es pesada y tantas veces trágica, lo hemos apenas escuchado. Trabajar es fatigoso; buscar trabajo es fatiga y encontrar trabajo hoy nos pide tanta fatiga.
Pero, aquello que más pesa en la vida, no es esto, lo que más pesa es la falta de amor. Pesa no recibir una sonrisa, no ser acogidos. Pesan ciertos silencios, a veces aún en familia, entre marido y esposa, entre padres e hijos, entre hermanos. Sin amor, el cansancio se hace más pesado. Pienso en los ancianos solos, a las familias en dificultad porque no tienen ayuda para sostener a quienes en casa precisan de especiales atenciones y cuidados. 'Venid a Mí todos los que están cansados y oprimidos', dice Jesús.
Queridas familias, el Señor conoce nuestros cansancios, los conoce y los pesos de nuestra vida. Pero conoce también nuestro deseo profundo de hallar la alegría del alivio. ¿Se acuerdan? Jesús dijo: 'Vuestra alegría sea plena'. Jesús quiere que nuestra alegría sea plena.
Lo dijo a los apóstoles, y hoy lo repite a todos nosotros. Así, esta es la primera cosa que quiero compartir con ustedes en esta tarde, y es una palabra de Jesús: 'Venid a mi, familias de todo el mundo --dice Jesús-- y yo les aliviaré para que vuestra alegría sea completa'.
Y esta palabra de Jesús llévenla a casa, en el corazón, compártanla en familia, él nos invita a ir hacia él para darnos a todos la alegría.
La segunda palabra, la tomo del rito del matrimonio. En este sacramento, quien se casa dice: 'Prometo serte fiel, amarte y respetarte, en la alegría y en el dolor, en la salud y en la enfermedad, y de honrarte y amarte todos los días de nuestra vida'. En aquel momento, los esposos no saben qué sucederá, no saben cuáles son las alegrías y las tristezas que les esperan. Parten, como Abrahan; se ponen juntos en camino. Esto es el matrimonio, partir y caminar juntos, de manos dadas, entregándose en la mano grande del Señor. Mano en la mano por toda la vida y sin hacer caso de esta cultura de lo provisorio que nos corta la vida a pedazos.
Con esta confianza en la fidelidad de Dios, todo se enfrenta, sin miedo, con responsabilidad. Los esposos cristianos no son ingenuos, conocen los problemas y los peligros de la vida. Pero no tienen miedo de asumir la propia responsabilidad, delante de Dios y de la sociedad. Sin huir ni aislarse, sin renunciar a la misión de formar una familia y traer al mundo hijos.
Pero hoy, santo padre, es difícil. ¡Seguro que es difícil! ¡Por eso, es necesaria la gracia del sacramento! ¡Los sacramentos no sirven para decorar la vida; ¡que lindo matrimonio, que linda la ceremonia, que linda la fiesta! Eso no es la gracia del sacramento, eso es una decoración y la gracia no es para decorar la vida pero para hacernos fuertes en la vida, para hacernos corajosos y poder ir adelante! Sin aislarse, siempre juntos.
Los cristianos se casan sacramentalmente, porque son conscientes que necesitan el sacramento. Necesitan a este para vivir unidos entre sí y cumplir la misión de padres. 'En la alegría y en el dolor, en la salud y en la enfermedad'. Así dicen los esposos en el matrimonio y rezan juntos y con la comunidad, ¿por qué? Solamente porque es costumbre hacerlo así? No, lo hacen, porque les sirve para el largo viaje que deben hacer juntos, no a tramos, necesitan de la ayuda de Jesús, para caminar juntos con confianza, para acogerse uno al otro cada día y perdonarse cada día.
Y esto es importante en las familias, saber perdonarse, porque todos nosotros tenemos defectos, todos y a veces hacemos cosas que no son buenas y le hacen mal a los otros. Tener el coraje de pedir perdón en familia cuando nos equivocamos. Hace pocas semanas atrás recordé en esta plaza que para llevar adelante una familia es necesario usar tres palabras, quiero repetirlo, tres palabras: permiso, gracias y perdón. Tres palabras claves.
Pidamos permiso para no ser invasores. En familia: ¿Puedo hacer esto, te gusta que haga esto? El leguaje del permiso. Demos gracias, gracias por el amor, pero dime tú, cuántas veces al día le dices gracias a tu mujer o a tu marido? Cuántos días pasan sin decir esta palabra: gracias.
Y todos nos equivocamos, y a veces alguno se ofende en la familia, o en el matrimonio. A veces, digo, vuelan los platos, se dicen palabras fuertes, pero escuchen este consejo: no terminen la jornada sin hacer la paz, cada día. Disculpa y se recomienza. Permiso, gracias, perdón. ¿Lo decimos juntos?: Permiso, gracias, disculpa, usemos estas tres palabras en familia, perdonarse cada día.
En la vida, la familia experimenta muchos momentos hermosos: el descanso, la comida juntos, el paseo hasta al parque o por los campos, la visita a los abuelos, o a una persona enferma... Pero, si falta el amor, faltará la alegría, faltará la fiesta. Porque el amor nos lo da siempre Jesús: él es la fuente inagotable y se da a nosotros en la Eucaristía. Allí en el sacramento, Jesús nos da su palabra y el pan de la vida, para que nuestra alegría sea completa.
Y para concluir, está aquí delante de nosotros, este ícono de la presentación de Jesús en el templo. Es un ícono verdaderamente bello e importante. Contemplémoslo y dejémonos ayudar por esta imagen. Como todos ustedes, también los protagonistas de la escena tienen su camino: María y José se pusieron en camino, yendo como peregrinos a Jerusalén, obedeciendo a la ley del Señor; y también el viejo Simeon y la profetisa Ana, también ella muy anciana, van al templo impelidos por el Espíritu Santo. La escena nos muestra este entrecruzarse de tres generaciones: el entrelazarse de tres generaciones,
Simeon toma en los brazos al niño Jesús, en quien reconoce al Mesías, y Ana es representada en el gesto de alabar a Dios y anunciar la salvación a quien esperaba la redención de Israel. Estos dos ancianos representan la fe como memoria.
Y les pregunto: ¿Ustedes escuchan a los abuelos?, ¿le abren el corazón a la memoria que nos dan los abuelos? Los abuelos son la sabiduría de la familia, la sabiduría de un pueblo, y un pueblo que no escucha a los abuelos es un pueblo que muere. Hay que scuchar a los abuelos.
María y José son la familia santificada por la presencia de Jesús que es el cumplimiento de todas las promesas. Cada familia, como la de Nazaret está insertada en la historia de un pueblo y no puede existir sin las generaciones anteriores. Y por ello tenemos aquí a los abuelos, los abuelos, y los niños. Los niños aprenden de los abuelos y de las generaciones anteriores.
Queridas familias, también ustedes son parte del pueblo de Dios. Caminen felices, juntamente con este pueblo. Permanezcan siempre unidas a Jesús y llévenlo a todos con vuestro testimonio. Gracias por haber venido. Juntos, hagamos nuestras estas palabras de san Pedro, que nos dan fuerza y continuarán a darnos fuerza en los momentos difíciles: '¿Señor, de quién iremos? ¡Tú tienes palabras de vida eterna!'. ¡Con la gracia de Cristo, vivan la alegría de la fe! ¡El Señor les bendiga y María, nuestra Madre, les proteja y acompañe!
Papa Francisco

viernes, octubre 25

Para mis queridos amigos de Soledad Mariana


¿Se acuerdan que un 17 de agosto les pedí oraciones por una nieta mía que se había accidentado gravemente?
Pues bien, gracias a tantas oraciones pidiendo por su salud, el Señor que es rico en misericordia, se acordó de Teresita y la curó.
Y ahora soy yo la que no pide, sino agradece.

Queridos todos:
¡Muchas gracias por ser tan generosos y rezar por alguien que no conocían! ¡Muchas gracias por ayudarnos en el dolor de la familia y a ella, mi nieta, ayudarla con la oración!
¡Muchas gracias por estar atentos a los demás!
¡Muchas gracias por el ejemplo que me han dado de amistad, solidaridad, lealtad, generosidad y constancia!

No duden queridos amigos que en estos meses yo he cambiado, y son todos ustedes los que me han ayudado a crecer en aceptación,  amor y agradecimiento.

Teresita está próxima a ser dada de alta, camina normalmente, y ha vuelto a sonreír a la vida.

Les envío a cada uno de ustedes, a los que conozco y a los que no, mi agradecimiento,  que se convierte en oración por todos.

Los abraza en el Señor Jesús y a través de nuestra madre María.
¡Gracias otra vez!

Marcela Despontin de Romat
24 octubre 2013

miércoles, octubre 23

Nos atañe directamente...

Catequesis del Papa: 
“María, modelo de la Iglesia


Ciudad del Vaticano (AICA): María como modelo de la Iglesia “en el orden de la fe, de la caridad y de la unión perfecta con Cristo”, según la definición del Concilio Vaticano II, fue el tema de la catequesis del papa Francisco durante la audiencia general de los miércoles que tuvo lugar en la Plaza de San Pedro y a la que asistieron alrededor de noventa mil personas. 
María es modelo de fe, no sólo porque como hebrea esperaba de todo corazón la redención de su pueblo, sino también porque con el “sí” que pronuncia en la Anunciación se adhiere al proyecto de Dios “y desde ese momento su fe recibe una nueva luz: se centra en Jesús. La fe de María es el cumplimiento de la fe de Israel y en este sentido es el modelo de la fe de la Iglesia, que está centrada en Cristo, la encarnación del amor infinito de Dios”. 
La madre de Cristo vive esta fe “en la sencillez de las mil ocupaciones y preocupaciones cotidianas; esa existencia normal fue el terreno donde se desarrolló una relación única y un diálogo profundo entre ella y Dios, entre ella y su hijo. El "sí" de María, ya perfecto desde el principio, creció hasta la hora de la Cruz. Allí, su maternidad se dilató, abrazando a cada uno de nosotros para llevarnos a su Hijo. María vivió siempre inmersa en el misterio de Dios hecho hombre, como su primera y perfecta discípula, meditando cada cosa en su corazón a la luz del Espíritu Santo, para entender y poner en práctica toda la voluntad de Dios”. 
Para explicar el segundo aspecto, María, modelo de caridad, el Papa utilizó el relato evangélico de la visita a Isabel, su prima. “Visitándola –dijo el Santo Padre- María no le dio sólo ayuda material -que es importante- también le llevó a Jesús, que ya vivía en su seno. Llevar a Jesús a aquella casa significaba llevar la alegría, la alegría plena la que procede de Jesús y el Espíritu Santo, y se expresa en la caridad gratuita, en el compartir, ayudarse, comprenderse. María quiere darnos, también a nosotros, ese gran regalo que es Jesús: y con Él su amor, su paz, su alegría. 
Así hace la Iglesia: es como María, no es un negocio, no es una organización humanitaria, no es una ONG, pero tiene el mandato de llevar a todos a Cristo y su Evangelio; no se lleva a sí misma, pequeña, grande, fuerte o débil lleva a Jesús. Y tiene que ser como María cuando fue a visitar a Isabel. ¿Qué le llevaba María? A Jesús. La Iglesia lleva a Jesús: este es el centro de la Iglesia: llevar a Jesús. Si, por hipótesis, alguna vez sucediera que la Iglesia no llevase a Jesús, sería una Iglesia muerta. La Iglesia tiene que llevar la caridad de Jesús, el amor de Jesús”. 
María es también modelo de unión con Cristo. “La vida de la Virgen santa -concluyó el Santo Padre- era la vida de una mujer de su pueblo, rezaba, trabajaba, iba a la sinagoga. Pero llevaba a cabo cada acción en perfecta unión con Jesús”. 
“Esa unión alcanza su culmen en el Calvario: aquí María se une a su Hijo en el martirio del corazón y en la ofrenda de la vida al Padre para la salvación de la humanidad. Nuestra Señora hizo suyo el dolor del Hijo y aceptó con él la voluntad del Padre, en la obediencia que da fruto, que da la verdadera victoria sobre el mal y la muerte”.+ 


¡Gracias Juan Pablo!


Juan Pablo II: 35 años del Pontificado que cambió al mundo
Ciudad del Vaticano (AICA): Hoy, 22 de octubre, se celebra la memoria litúrgica del beato Juan Pablo II. Este año coincide con el 35º aniversario del inicio de su pontificado que comenzó el domingo 22 de octubre de 1978 cuando el joven cardenal Wojtyla de 58 años de edad, hasta entonces arzobispo de Cracovia, proclamó al mundo: “No tengan miedo ¡Abran de par en par las puertas a Cristo!” e inició su pontificado, que duró 27 años y abrió una nueva época para la Iglesia y para el mundo. 
Juan Pablo II se convirtió en el 263º sucesor del apóstol Pedro y en el primer papa polaco que llegaba del Este para guiar la Iglesia. 
El 22 de octubre es la fiesta del beato Juan Pablo II, como anunció Benedicto XVI, en la solemne celebración en la que beatificó al papa Karol Josef Wojtyla, el 1 de mayo de 2011, que coincidía con el Domingo de la Divina Misericordia. Solemnidad establecida en el 2000 por el mismo Juan Pablo II, que luego cerró sus ojos a este mundo en las vísperas de la misma celebración, en 2005. 
La misma solemnidad elegida por el papa Francisco, para canonizarlo junto con Juan XXIII, el 27 de abril de 2014, que será precisamente el Domingo dedicado a la Divina Misericordia. 

Francisco reza a Juan Pablo II 
El papa Francisco, el pasado miércoles en su audiencia general, recordó que este año se cumple el 35º aniversario de la elección de Karol Josef Wojtyla como sucesor del Apóstol Pedro: 
“Encomiendo a todos los que están presentes aquí y a sus seres queridos a la celestial intercesión del beato Juan Pablo II, en el trigésimo quinto aniversario de su elección a la cátedra de Pedro y los bendigo de corazón ¡Alabado sea Jesucristo!” 
Su pontificado fue uno de los más largos de la historia de la Iglesia duró casi 27 años. Amplió notablemente el colegio cardenalicio, creando 231 cardenales -más uno "in pectore", cuyo nombre no se hizo público antes de su muerte- en 9 consistorios. Uno de los cardenales creados por Juan Pablo II fue Jorge Mario Bergoglio –hoy papa Francisco- como anunció en el Ángelus del 21 de enero de 2001, con el nombre de otros 32 purpurados. 
Cuatro años después, el cardenal Jorge Mario Bergoglio, arzobispo de Buenos Aires y primado de la Iglesia Argentina, celebraba la Misa en memoria de Juan Pablo II, destacaba la coherencia obediencial y trascendental de su corazón a la voluntad de Dios. 
“Recordamos a un hombre coherente, que una vez nos dijo que este siglo no necesita de maestros, necesita de testigos, y el coherente es un testigo. Un hombre que pone su carne en el asador y avala con su carne y con su vida entera, con su transparencia, aquello que predica”, decía el cardenal Bergoglio, de Juan Pablo II. 
Y añadía: “Este coherente que por pura coherencia se embarró las manos, nos salvó de una masacre fraticida; este coherente que gozaba tomando a los chicos en brazos porque creía en la ternura. Este coherente que más de una vez hizo traer a los hombres de la calle, para hablarles y darles una nueva condición de vida. Este coherente que cuando se sintió bien de salud pidió permiso para ir a la cárcel a hablar con el hombre que había intentado matarlo”. 
Es un testigo, dijo el entonces arzobispo de Buenos Aires y terminó su homilía repitiendo las palabras: «Lo que necesita este siglo no son maestros, son testigos”. 

Las cifras del Papa incansable 
Juan Pablo II ejerció su ministerio petrino con incansable espíritu misionero, movido por la caridad abierta a toda la humanidad. Realizó 104 viajes apostólicos fuera de Italia, y 146 por el interior de este país. 
Su amor a los jóvenes le impulsó a iniciar en 1985 las Jornadas Mundiales de la Juventud. En las 19 ediciones de la JMJ celebradas a lo largo de su pontificado se reunieron millones de jóvenes de todo el mundo. Además, su atención hacia la familia se puso de manifiesto con los encuentros mundiales de las familias, inaugurados por él en 1994. 
Juan Pablo II promovió el diálogo con los judíos y con los representantes de las demás religiones, convocándolos en varias ocasiones a encuentros de oración por la paz, especialmente en Asís. 
Bajo su guía, la Iglesia cruzó el umbral del tercer milenio y celebró el Gran Jubileo del año 2000, según las líneas indicadas por él en la carta apostólica Tertio millennio adveniente; y se asomó después a la nueva época, recibiendo sus indicaciones en la carta apostólica Novo millennio ineunte, en la que mostraba a los fieles el camino del tiempo futuro. 
Con el Año de la Redención, el Año Mariano y el Año de la Eucaristía, promovió la renovación espiritual de la Iglesia Realizó numerosas canonizaciones y beatificaciones para mostrar innumerables ejemplos de santidad de hoy, que sirvieran de estímulo a los hombres de nuestro tiempo: celebró 147 ceremonias de beatificación -en las que proclamó 1338 beatos- y 51 canonizaciones, con un total de 482 santos. Proclamó a santa Teresa del Niño Jesús Doctora de la Iglesia. 
Juan Pablo II falleció el 2 de abril de 2005, a las 21.37, mientras concluía el sábado, y ya habíamos entrado en la octava de Pascua y domingo de la Misericordia Divina. 
Desde aquella noche hasta el 8 de abril, día en que se celebraron las exequias del difunto pontífice, más de tres millones de peregrinos rindieron homenaje a Juan Pablo II, haciendo incluso 24 horas de cola para poder acceder a la basílica de San Pedro. 

El 28 de abril, Benedicto XVI dispensó del tiempo de cinco años de espera tras la muerte para iniciar la causa de beatificación y canonización de Juan Pablo II. La causa la abrió oficialmente el cardenal Camillo Ruini, vicario general para la diócesis de Roma, el 28 de junio de 2005.


lunes, octubre 21

Martín Serantes comparte lo que explicó en la Jornada del sábado

Signos de los tiempos
(apuntes de la carta de Bernardo del libro
Siguiendo a Jesús en María” pp. 396 a 403).

De la carta “Oración Discreta”:
-         mis opciones
-         nuestras opciones
-         signos de los tiempos

Una vez Jesús dijo: “No sabéis discernir los signos de los tiempos” (Mateo 16,3). Jesús aludía con estas palabras a los prodigios que realizaba y que debían indicar la llegada de la hora mesiánica.

Qué son y qué los caracteriza: los signos de los tiempos son aquellos hechos, acontecimientos, actitudes o relaciones que caracterizan una época determinada. Dichos signos revelan anhelos, aspiraciones, necesidades y preocupaciones de los hombres. Son, en definitiva, fenómenos de la historia y vicisitudes de nuestras vidas humanas (Gaudium et Spes; Pablo VI).

Sus principales características:
- permiten concebir esperanzas de tiempos mejores.
-      implican un cierto consenso colectivo.
- se presentan como realidades profundas e irreversibles.

Luego viene un apartado sobre los signos de los tiempos que hacen los Pastores de la Iglesia en el mundo de hoy.

Algunos peligros que hay que superar para ser discretos en esta oración:
-         cerrarnos a ciertos interlocutores por ser diferentes a nosotros.
-     ser poco cautos ante los oportunistas de siempre que solo procuran sacar ganancia del trabajo ajeno, enturbiar las aguas, desunir los corazones.
-  convertir el diálogo en polémica, buscar la victoria más que la unanimidad, preferir tener razón en vez de ponderar razones.
-  dejarnos envolver con la fascinación de las ideologías, con sus aparentes soluciones para todos los problemas y respuestas para todas las preguntas.

Pero para hacer opciones discretas en relación con los signos de los tiempos, además de auscultarlos y determinarlos, hemos de interpretarlos y discernirlos.
Es el segundo momento de esta oración discreta.

Los signos de Dios: discernir los signos de los tiempos consiste en buscar y hallar en ellos los signos de Dios. Es descubrir:
-         los signos verdaderos de la presencia o planes de Dios.
-         la orientación del plan divino operante en el amor de Cristo.
-     un signo del Espíritu que conduce la historia de los hombres y de los pueblos hacia su vocación.
-     las interpelaciones de Dios y el plan divino sobre la vocación del hombre.

Estos signos de Dios se dan en los signos de los tiempos.
Hay una unidad profunda entre el proyecto salvífico de Dios y las hondas aspiraciones humanas.

martes, octubre 15

Reúne a todos bajo tu protección


Papa Francisco le confía el mundo a María, Virgen de Fátima

 

Ciudad del Vaticano, 13 de octubre de 2013 


Bienaventurada María, Virgen de Fátima,
con renovada gratitud por tu presencia materna
unimos nuestra voz a la de todas las generaciones 
que te llaman bienaventurada.

Celebramos en ti las grandes obras de Dios,
que nunca se cansa de inclinarse
con misericordia sobre la humanidad afligida por el mal
y herida por el pecado, para sanarla y salvarla.

Acoge con benevolencia de madre el acto
por el nos ponemos hoy bajo tu protección
con confianza, ante esta tu imagen
tan querida por todos nosotros.

Estamos seguros que cada uno de nosotros es precioso a tus ojos
y que nada te es ajeno de todo lo que habita en nuestros corazones.

Nos dejamos alcanzar por tu dulcísima mirada
y recibimos la caricia consoladora de tu sonrisa.

Protege nuestra vida entre tus brazos:
bendice y refuerza cada deseo de bien; reaviva y alimenta la fe;
sostiene e ilumina la esperanza; suscita y anima la caridad;
guíanos a todos nosotros en el camino de la santidad.

Enséñanos tu mismo amor de predilección hacia los pequeños y los pobres,
hacia los excluidos y los que sufren, por los pecadores
y por los que tienen el corazón perdido:

Reúne a todos bajo tu protección
y a todos entrégales a tu Hijo dilecto, 
el Señor Nuestro, Jesús.

Amén.

sábado, octubre 12

Homilía del papa en la Jornada Mariana del Año de la Fe.

Ciudad del Vaticano, 12 de octubre de 2013


Queridos hermanos y hermanas:

Estamos aquí, en este encuentro del Año de la fe dedicado a María, Madre de Cristo y de la Iglesia, Madre nuestra. Su imagen, traída desde Fátima, nos ayuda a sentir su presencia entre nosotros. María siempre nos lleva a Jesús. Es una mujer de fe, una verdadera creyente. ¿Cómo es la fe de María?
El primer elemento de su fe es éste: La fe de María desata el nudo del pecado (cf. lg, 56). ¿Qué significa esto? Los Padres conciliares han tomado una expresión de san Ireneo que dice así: «El nudo de la desobediencia de Eva lo desató la obediencia de María. Lo que ató la virgen Eva por su falta de fe, lo desató la Virgen María por su fe».
El «nudo» de la desobediencia, el «nudo» de la incredulidad. Cuando un niño desobedece a su mamá o a su papá, podríamos decir que se forma un pequeño «nudo». Esto sucede si el niño actúa dándose cuenta de lo que hace, especialmente si hay de por medio una mentira; en ese momento no se fía de la mamá o del papá.
Ustedes lo saben. ¡Cuántas veces pasa esto! Entonces, la relación con los padres necesita ser limpiada de esta falta y, de hecho, se pide perdón para que haya de nuevo armonía y confianza.
Algo parecido ocurre en nuestras relaciones con Dios. Cuando nosotros no lo escuchamos, no seguimos su voluntad, cometemos actos concretos en los que mostramos falta de confianza en él –y esto es pecado–, se forma como un nudo en nuestra interioridad. Estos nudos nos quitan la paz y la serenidad. Son peligrosos, porque varios nudos pueden convertirse en una madeja, que siempre es más doloroso y más difícil de deshacer.Pero para la misericordia de Dios nada es imposible. Hasta los nudos más enredados se deshacen con su gracia. Y María, que con su «sí» ha abierto la puerta a Dios para deshacer el nudo de la antigua desobediencia, es la madre que con paciencia y ternura nos lleva a Dios, para que él desate los nudos de nuestra alma con su misericordia de Padre.
Cada uno de nosotros tiene algunos y podemos pedirnos dentro de nuestros corazones cuáles son los en mi vida. ¡Eh padre! Los míos no se pueden desatar. Es una equivocación. Todos los nudos de la conciencia pueden desatarse. Pido a María que me ayude a tener confianza en la misericordia de Dios, para desatarlos, para cambiar. Ella, mujer de fe, seguro que nos dirá: ve adelante, ve a lo del Señor y ella nos lleva como madre al abrazo del Padre de la misericordia. ¿Le pido a María que me ayude a tener confianza en la misericordia de Dios para cambiar?
Segundo elemento: la de fe de María da carne humana a Jesús. Dice el Concilio: «Por su fe y obediencia engendró en la tierra al Hijo mismo del Padre, ciertamente sin conocer varón, cubierta con la sombra del Espíritu Santo» (lg, 63). Este es un punto sobre el que los Padres de la Iglesia han insistido mucho: María ha concebido a Jesús en la fe, y después en la carne, cuando ha dicho «sí» al anuncio que Dios le ha dirigido mediante el ángel.
¿Qué quiere decir esto? Que Dios no ha querido hacerse hombre ignorando nuestra libertad, ha querido pasar a través del libre consentimiento de María, de su «sí».Y Dios le ha pedido: ¿Estás dispuesta a esto? Y ella dijo sí.
Pero lo que ha ocurrido en la Virgen Madre de manera única, también nos sucede a nosotros a nivel espiritual cuando acogemos la Palabra de Dios con corazón bueno y sincero y la ponemos en práctica. Es como si Dios adquiriera carne en nosotros. Él viene a habitar en nosotros, porque toma morada en aquellos que le aman y cumplen su Palabra.No es fácil entender esto pero sí sentirlo en el corazón.
Pensamos que la encarnación de Jesús es sólo algo del pasado, que no nos concierne personalmente? Creer en Jesús significa ofrecerle nuestra carne, con la humildad y el valor de María, para que él pueda seguir habitando en medio de los hombres; significa ofrecerle nuestras manos para acariciar a los pequeños y a los pobres; nuestros pies para salir al encuentro de los hermanos; nuestros brazos para sostener a quien es débil y para trabajar en la viña del Señor; nuestra mente para pensar y hacer proyectos a la luz del Evangelio; y, sobre todo,ofrecerlenuestro corazón para amar y tomar decisiones según la voluntad de Dios. Todo esto acontece gracias a la acción del Espíritu Santo.Y así somos instrumentos de Dios para que Jesús actúe en el mundo a través de nosotros.
El último elemento es la fe de María como camino: El Concilio afirma que María «avanzó en la peregrinación de la fe» (lg, 58). Por eso ella nos precede en esta peregrinación, nos acompaña y nos sostiene.¿En qué sentido la fe de María ha sido un camino? En el sentido de que toda su vida fue un seguir a su Hijo: él es la vía, él es el camino. Progresar en la fe, avanzar en esta peregrinación espiritual que es la fe, no es sino seguir a Jesús; escucharlo y dejarse guiar por sus palabras; ver cómo se comporta él y poner nuestros pies en sus huellas, tener sus mismos sentimientos y actitudes:
¿Y cuáles son las actitudes e Jesús? Humildad, misericordia, cercanía, pero también un firme rechazo de la hipocresía, de la doblez, de la idolatría. La vía de Jesús es la del amor fiel hasta el final, hasta el sacrificio de la vida; es la vía de la cruz.
Por eso, el camino de la fe pasa a través de la cruz, y María lo entendió desde el principio, cuando Herodes quiso matar a Jesús recién nacido. Pero después, esta cruz se hizo más pesada, cuando Jesús fue rechazado. María estaba siempre con Jesús, lo seguía a Jesús en medio al pueblo y escuchaba sus chismeríos, las odiosidades, de quienes no lo querían. Y esta cruz ella la llevó.
La fe de María afrontó entonces la incomprensión y el desprecio; y cuando llegó la «hora» de Jesús, la hora de la pasión: la fe de María fue entonces la lamparilla encendida en la noche.Esa lamparilla en plena noche.María veló durante la noche del sábado santo. Su llama, pequeña pero clara, estuvo encendida hasta el alba de la Resurrección; y cuando le llegó la noticia de que el sepulcro estaba vacío, su corazón quedó henchido de la alegría de la fe, la fe cristiana en la muerte y resurrección de Jesucristo.
Porque siempre la fe nos lleva a la alegría y ella es la madre de la alegría que nos enseña a vivir y caminar por este camino de alegría y a vivir esta alegría.Este es el punto culminante,esta alegría del encuentro de Jesús y María. Este es el punto culminantedel camino de la fe de María y de toda la Iglesia. ¿Cómo es nuestra fe? ¿La tenemos encendida como María también en los momentos difíciles, en esos momentos de oscuridad? ¿Tengo la alegría de la fe?
Esta tarde, María, te damos gracias por tu fe mujer fuerte y humilde yrenovamos nuestra entrega a ti, Madre de nuestra fe. 
Amen


martes, octubre 8

Jornada de Ejercitadores y Servidores


 
Lunes 7 de Octubre de 2013

Queridos amigos:

El próximo sábado 19 de Octubre tendremos nuestra jornada de ejercitadores y servidores en Avda. Ratti 2839 (esquina Pringles) de Ituzaingó. Comenzará a las 9:30 y terminará a las 18:00.

Continuando con  lo visto en Marzo, trabajaremos el discernimiento de los signos de los tiempos. Este tema lo hemos tratado profundamente en el Encuentro General del 2009. Los invito a rever las conclusiones que sacamos en ese momento, para poder seguir avanzando. El material lo tienen los coordinadores. También les propongo, en este tiempo, rezar con el diario para ir rezando nuestra realidad actual.

El costo de la jornada es de $40, la comida es a la canasta y para los que no quieran cocinar, las hermanas hacen unas ricas empanadas por $50 la docena.

Deseando que todos puedan venir les mando un fuerte abrazo en nuestra Señora del Rosario!!!

Mercedes Sarmiento

jueves, octubre 3

Invitacion

Queridos todos :  con muchísima alegría les comparto el casamiento de Lucas, mi hijo mayor. Me sacaré la piel de oveja y las ushutas y me vestiré de fiesta! Tendré todo S M en mi corazón en la misa de esponsales, agradeciendo a Dios por haberlos puesto en mi camino. Con un fuerte abrazo Ana




martes, octubre 1

Santa Teresita del Niño Jesús.



Su vida
Luis José Estanislao Martín y María Celia Guerin la noche del 2 al 3 de enero de 1873 tenían la alegría de recibir del Señor el noveno y último de sus hijos. Le bautizaron el día 4 con los nombres de María Francisca Teresa. Viven en Alencón (Francia). Es nuestra Teresita. 
Ella es sensible, sumamente avispada. Aprende enseguida a rezar y a los dos años ya toma la "resolución de hacerse monja".
A los tres años ya procura "no rehusar nada al buen Dios".
El 28 de agosto de 1877 Teresita siente un profundo dolor por la muerte de su madre y escoge como "madrecita" a su hermana Paulina.
En noviembre de 1877 el Sr. Martín con sus cinco hijas -los otros hermanitos habìan muerto de muy pequeños- se traslada a vivir a Les Buissonets (Lisieux). Sus otras hermanas se llaman: María, Paulina, Leonia y Celina.
El 25 de marzo de 1883 Teresa enferma gravemente, hasta el domingo 13 de mayo, en que la sonrisa de la Virgen la cura milagrosamente.
El 8 de mayo, de 1884 su primera Comunión constituye una "fusión" con Jesús, al cual le pide "que le quite su libertad".
La noche de Navidad de 1886, durante la Comunión en la Misa de Medianoche, Jesús realiza "en un instante" la "conversión total" que en diez años de esfuerzo no había podido conseguir.
El 29 de mayo de 1887, fiesta de Pentecostés, su padre le da permiso para entrar en el Carmelo a sus quince años. Ya se sabe de memoria la Imitación de Cristo.
El 4 de noviembre de aquel año, en compañía de su padre y de Celina, parte para Roma y el día 20 se postra ante el papa León XIII suplicándole su permiso para entrar en el Carmelo de Lisieux.
El 9 de abril de 1888 ingresa en el Carmelo. No le faltan espinillas pero tiene también muchas alegrías.
El 8 de septiembre, Natividad de María de 1890, llena de gozo, realiza sus votos religiosos.
En enero de 1895 por orden de Madre Priora, Inés de Jesús, Teresa comienza a escribir la Historia de un alma.
Desde junio de 1895 hasta su muerte fueron 27 meses de un terrrible martirio. Llegará a decir al final de sus días "que nunca pensó que fuera capaz de sufrir tanto como sufrió". También tuvo durante este tiempo profundos y abundantes gozos espirituales.
A las "noches de las nadas" y a los dolores que le ocasionaban "los hermanos pecadores" se unía "el océano de gracias" y "los tiempos pascuales".
La enfermedad continuaba minando su cuerpo.
Del 6 de abril de 1897 al 30 de septiembre Madre Inés fue recogiendo en su "Novissima Verba", sus últimas conversaciones, que son todo un tesoro.
El 30 de septiembre, poco antes de morir "sin el menor consuelo", exclamó: "No me arrepiento de haberme abandonado al Amor; muy al contrario".
A las siete de la tarde miró al Crucifijo: "¡Dios mío, os amo!", y después de un éxtasis que duró el espacio de un credo, expiró.
El 17 de mayo de 1925 el papa Pío Xl la canonizó.
Su fiesta es el 1ro. de octubre.

Sus obras
Fue corta su existencia y por lo mismo no pudo ser demasiado fecunda su producción literaria.
En 1898 se publican sus escritos en Historia de un alma.
El P. Francisco de Santa Maria fue el editor de los Manuscritos autobiográficos en el citado año, subsanando definitivamente el interpolado texto de Historia de un alma. Estos Manuscritos comprenden:
Historia juvenil de una florecita blanca, dirigida a la Madre Inés, escrita desde enero de 1895 a enero de 1896. Este manuscrito rebosa del amor que informa toda la vida de Teresa: "Este amor misericordioso me renueva, me purifica y no me deja huella de pecado".
Carta a su hermana Sor María del Sagrado Corazón. Escrita entre el 13 y el 16 de septiembre de 1896. Habla del Caminito. Teresa enseña que el Cuerpo Místico de Cristo tiene un corazón rebosante de amor y que éste lo es todo: "En el corazón de la Iglesia yo seré el amor".
Continuación de su historia juvenil... Dedicado a Madre Gonzaga. Escrito del 3 de junio al 13 de julio de 1897. Trata de su aspiración ideal a la santidad, que se cifra en permanecer pequeñita y alegrarse de esta pequeñez, que permite a Dios cumplir en ella la obra de su misericordia santificante y se afianza en la caridad fraterna que abraza a todo el mundo.
Cartas. En 1948 Andrés Combes publicó 238;
Poesías. Novíssima Verba. Consejos y Recuerdos.

Su espiritualidad
No es fácil sintetizar su doctrina o espiritualidad. Lo hacemos en estos cuatro puntos:
Vocación del amor.
Toda la vida de Santa Teresa del Niño Jesús fue, según su propia expresión, "un cántico al amor" y efectivamente el amor ocupó en su vida un lugar enteramente central. Decía que quería amar a Jesús "Como jamás había sido amado", que no conocía otro camino para llegar a la perfección que el amor. Que en la vida espiritual sólo pesa y cuenta el amor.
La infacia espiritual.
Encantadora es toda su doctrinma de la infancia espiritual. Ella descubrió al mundo los tesoros de paz, generosidad, sencillez y amor escondidos en el Santo Evangelio.
El "caminito de infancia espiritual" es el secreto de una santidad cada vez más perfecta y maravillosamente adaptada a la vocación y a las necesidades espirituales de todas las almas. Caminito de infancia, de pobreza espiritual, de confianza sin limites y de entrega al amor misericordioso. Escribió: "Quisiera tener un ascensor para subir hasta Jesús, porque soy muy pequeña para subir sola.  -El ascensor que ha de elevarme hasta el cielo son tus brazos, Jesús mío".
El Santo abandono.
Es el fruto de la infancia espiritual. Junto con el amor, la esperanza y la humildad el alma se entrega a Dios sin reserva y para siempre, porque tiene fe en su omnipotencia, en su sabiduría y en su bondad. Es un acto de confianza en Dios, es sobre todo el término y la consecuencia del amor. Escribió la Santa.
"Desde hace tiempo no me pertenezco, me entregué del todo a Jesús... "El es libre de hacer de mí lo que le plazca".
Misionera de retaguardia.
La dimensión apostólica de Santa Teresa va compendiada en estas frases suyas: "Quisiera, oh amado, bien mío, recorrer la tierra, predicar vuestro nombre y clavar en tierras infieles vuestra cruz gloriosa. Quisiera anunciar el evangello a un tiempo en todas las regiones del mundo y hasta en las islas más lejanas.
Yo quisiera ser misionera, no sólo durante algunos años, sino haberlo sido desde la creación del mundo y continuar siéndolo hasta la consumación de los siglos.
Nuestra vocación es formar obreros evangélicos, de quienes seremos "Madres".
De hecho la vemos a ella sacrificándose por los misioneros incluso durante su última enfermedad.
Su estela
El 9 de junio de 1897 había prometido hacer "caer una lluvia de rosas"; el 17 de julio había precisado: "Si mis deseos son escuchados, mi cielo lo pasaré sobre la tierra hasta el fin del mundo. Sí, quiero pasar mi cielo haciendo bien en la tierra".
El primero de agosto había declarado con tono inspirado: "Ah, lo sé, todo el mundo me amará".
No se equivocó. En veinticinco años se contaron más de cuatro mil prodigios atribuidos a su intercesión.
San Pío X, antes de incoar el proceso de su beatificación, ya había dicho: "Es la Santa más grande de los tiempos modernos".
Han sido innumerables las conversiones que se ha hecho por su medio, especialmente por la lectura de Historia de un alma.
Su estela y su recuerdo llena aún hoy las iglesias, las familias cristianas e inumerables almas que la invocan con fraternal devoción.
Su mensaje
Que procuremos ir por el "caminito" de la sencillez.
Que nos enamoremos del Amor con todas nuestras fuerzas.
Que siempre y en todo procuremos cumplir la voluntad de Dios.
Que el celo por las almas devore nuestro corazón.
Su oración
Oh Dios, que has preparado tu Reino para los humildes y sencillos, concédenos la gracia de seguir confiadamente el camino de Santa Teresa del Niño Jesús para que nos sea revelada por su intercesión tu gloria eterna. Amén.

Su camino en fechas
20.01.1873:       Nace en Alencón-Francia siendo la última de nueve hermanos.
28.08.1877:     Primera Confesión de Teresita.
1879:              Muere Celia, la bondadosa madre de Teresita.
08.05.1884:       Primera Comunión.
14.06.1884:     Recibe el sacramento de la Confirmación.
20.11.1887:   Entrevista de Teresita con S.S. León XIII pidiéndole su ingreso en el Carmelo.
09.04.1888:       Ingresa Teresita en el Carmelo de Lisieux.
10.01.1889:     Viste el hábito carmelitano.
08.09.1890:       Profesión religiosa.
20.02.1893:     Es nombrada ayudante de la Madre Gonzaga para formar a las novicias.
27.09.1894:     Muere su padre.
01.1895:           Empieza a escribir la Historia de un alma.
01.1896:           Termina de escribir la Historia de un alma.
30.07.1897:     Recibe la Extremaunción.
19.08.1897:     Ultima Comunión.
30.09.1897:     A las siete y veinte minutos de la tarde da su último suspiro, que era un éxtasis de amor.
1923:              Es beatificada por S.S. Pío Xl.
1925:              Es canonizada por el mismo Pontífice.

1927:              Pío XI la declara Patrona Universal de las misiones católicas.

Fuente: www.carmelnet.org

Movimiento Soledad Mariana

"Soledad Mariana" es un Movimiento de espiritualidad mariana y contemplativa, fundado en la Argentina en 1973, por el monje trapense Bernardo Olivera, actual Abad del Monasterio Nuestra Señora de los Ángeles de Azul, provincia de Buenos Aires.