“Habiendo amado a los suyos... los amó hasta el extremo”
Jn. 13, 1 - 15
Al espejo de esta Palabra, les comparto esta reflexión, anhelando que nos dejemos conformar con Jesús en su camino. Es una renovada experiencia de la realidad del Amor de Jesús, su dinámica en nosotros y de nuestra respuesta.
Los “suyos” eran al inicio en el prólogo del Evangelio de Juan, (“al principio”) los que no lo recibieron (cf. Jn.1,11). No lo recibimos. Pero ahora los SUYOS son sus discípulos: somos todos los que lo recibimos, los que nos ABRIMOS a su amor… En el Principio era el Amor, el Amor... “se hizo CARNE”. Es decir: se hizo “lo más limitadamente humano” (Jn.1,14). Y acampó entre nosotros. Los que viven en tiendas y en carpas, no se instalan, van y vienen. Toda su vida fue una MANIFESTACIÓN DE AMOR. Su amor toma la iniciativa y siempre está a la puerta llamando respetuosamente. Es un misterio su llamada. Amor hasta el extremo… Podríamos pensar cuáles son nuestros límites-extremos: personales, familiares, comunitarios, sociales. El lavatorio de los pies en la última cena es un TESTIMONIO ANTICIPADO DE UN ACONTECIMIENTO: La Pascua. Testimonio y TESTAMENTO. Martirio - Testamento y testimonio están íntimamente relacionados.
Amor a TODOS HASTA EL EXTREMO. Hasta el extremo de sí mismo, del otro, del hombre, en fin de todo hombre... Incluso, llama “amigo” (de modo simbólico) al traidor. Simbólico porque el hecho de mojar el pan era un signo de amistad y comunión. (Cf.Sal.40). Por eso su amor es una invitación a MÁS... ya en el sermón de la montaña nos dice: “si amas a quien te ama ¿qué mérito tienes?”... Si amo a quien me cae bien en mi familia, en mi comunidad de Soledad Mariana, en la parroquia, en mi trabajo, sólo a aquellos con quienes tengo sintonía... “¿Qué mérito tengo?” ¿Dónde está el EXTREMO? El amor abre siempre el propio horizonte. Y esto me cuesta, nos cuesta por nuestra inmadurez, por nuestras resistencias, nuestras estrecheces, nuestros muros. Muchas veces el terreno está muy bien cercado y calculado. El amor es una lógica distinta a la del cálculo. El amor supera todo límite, lo asume y convierte en POSIBILIDAD y oportunidad. El ejemplo de Jesús, el amor hecho carne, pan, servicio, nos DESPIERTA a ser testigos. Él es el modelo, el parámetro del amor: “Ámense como yo los he amado”. Desde su experiencia del Amor del Padre Dios: siendo el HIJO AMADO, recibimos estas palabras, este TESTAMENTO: “serán hermanos en y por el AMOR”
¿Qué sucede con las heridas, rencores, ofensas y nuestras pequeñas “traiciones”? ¿Qué ocurre con nuestras huellas poco amigas de la historia? Somos invitados al PERDÓN: perdonarme perdonando en el Perdón sin límites de Dios. Los pies son lavados para ser enviados (como testigos) por el camino del Amor, aunque luego los pies caminen a la inversa. Es la experiencia de los dos discípulos de Emaús... Caminan a la inversa, y Jesús camina por el camino equivocado, camina con ellos hasta que ellos descubren, en un proceso amoroso, su SENTIDO. El amor entonces, traspasa TODA APARIENCIA... traspasa prejuicios. Y ¿Quién no tiene prejuicios? El tema es qué hacemos con ellos. El amor despierta una “mirada creyente que nos libera”, que recibe, acoge, perdona, y transforma. Se acerca, abraza todo límite, lava toda miseria. Él se abaja (se hace carne) como SERVIDOR para lavarnos. Rescata lo más imposible y se parte, reparte como pan por nosotros, por vos, por mí, por TODOS. Nos da fuerzas ya que nada podrá “apagar” (dice el Cantar) el amor de Dios. Y “¿Quién podrá apartarnos del amor de Cristo?” (Rm 8).
¿Cómo vivo todo esto en lo cotidiano? ¿Cómo vivo este martirio-testimonio de amor? Hacerlo y vivirlo cada tanto... Cualquiera lo hace, ¿no? Y es fácil. Pero todos los días ¿Cómo lo vivo ante aquel que recién llega y se acerca a mi vida, en mi familia, comunidad, trabajo, alumnos, en los viajes...? Es un MARTIRIO DE LO COTIDIANO... Un testimonio en lo cotidiano. El P. Christian de Chergé (mártir trapense) expresó un jueves santo: “Donarnos a Dios en lo grande es fácil, pero ¿y en lo pequeño?”. Él nos deja un testimonio. NOS DEJA SU PAN para que comamos su testimonio. “Donde hay amor y caridad, Dios allí está”. SOMOS AMADOS HASTA EL EXTREMO… Y desde nuestra experiencia somos invitados a SER ese AMOR SIN LIMITES ENTRE MIS (NUESTROS) LIMITES, ENTRE LOS LIMITADOS, incluso, ENTRE LOS LIMITANTES (los que nos limitan). La CRUZ es un punto de ENCUENTRO de un amor que abraza todas las dimensiones y les da un nuevo SENTIDO.
Adrián Gauna
Cuaresma 2009 - Región Oeste.