Todos podemos leer el simple signo, pero hay algo más. El signo, asumido por la oración de la Iglesia en su Liturgia, se convierte en “sacramental”. Es decir: un signo operativo de gracia divina mediante la intercesión de la Iglesia. En consecuencia, el sacramental de la Ceniza cuaresmal:
- Significa:
- Nuestra nada creatural en relación con Dios el Creador.
- Nuestro pecado que es la causa de nuestro retorno al polvo de la muerte. - Obra:
- Despertando nuestra consciencia de ser pecadores miserables ante nuestro misericordioso Salvador.
- Despertando nuestra consciencia de finitud ante Dios todopoderoso que nos da parte en su Vida divina
Estas dos realidades, la consciencia de pecado y de finitud, son condiciones indispensables para poder iniciar nuestro camino cuaresmal de conversión.
Pero, quizás, lo más importante es tener clara la meta: la Pascua gloriosa de Jesús Salvador que vive y reina para felicidad nuestra. Y esta Pascua, término de nuestra Cuaresma, se nos anticipa en la Eucaristía de cada día.
P. Bernardo Olivera
Miercoles de Ceniza - 2009